investigación judicial

La víctima de Alves, preocupada ante la posible divulgación de su identidad

Los investigadores deberán analizar el semen encontrado en el lavabo y si se corresponde con el ADN del jugador, que ofreció una muestra el mismo día de su declaración

Guillem Sánchez
J. G. Albalat
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La víctima de la presunta agresión sexual a Dani Alves mostró durante su interrogatorio su preocupación por que pudiera conocerse su nombre o sus datos personales, según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO. En este sentido, la Ley de Enjuiciamiento Criminal prohíbe la divulgación o publicación de información relativa a la identidad de la víctima y de información que pueda facilitar saber de quién se trata. Esta normativa veta, asimismo, la divulgación o publicación de imágenes de la denunciante. El objetivo es proteger a la víctima y a su entorno. El deportista tiene hasta este jueves para presentar recurso contra su auto de prisión.

Las contradicciones en las que incurrió el jugador en su declaración pesaron al decretar su prisión. Al menos, cambió su versión en tres ocasiones, pero sus explicaciones tampoco cuadraron con las testificales ante los Mossos de los camareros y los responsables de la discoteca Sutton, donde, en un lavabo de un reservado, ocurrió el presunto ataque sexual. De entrada, el jugador negó los hechos, pero, cuando se le comentó el contenido de las imágenes de las cámaras del local, modificó sus palabras y sostuvo que la mujer se le abalanzó cuando estaba sentado en el retrete haciendo sus necesidades y que ella se quedó allí. Y cuando se le expuso que había semen en el lavabo, el futbolista volvió a cambiar y relató que la víctima se abalanzó sobre él y que le practicó sexo oral. Él afirmó: "Me dejé hacer". Cuando eyaculó, según Alves, se subió los pantalones y se marchó.

En ningún momento Alves ofreció una explicación coherente al hecho de que permaneciera 16 minutos en ese lavabo con la denunciante, como desvelan la grabaciones de las cámaras del local. En cambio, la declaración de la víctima fue verosímil para la jueza y, de ahí, que decretara su ingreso en prisión.

Los restos en el cuerpo de la víctima

Pero la instrucción acaba de empezar. Una de las pruebas que deberá realizarse es la extracción de ADN de la muestra de semen encontrada en el lavabo de la discoteca Sutton y también de los restos que el médico forense pudo recuperar durante el examen médico al que se sometió la joven en el Hospital Clínic horas después de la supuesta agresión sexual. El perfil genético que se extraiga de ambas muestras deberá contrastarse luego con el ADN de Alves, que ha accedido a entregar su ADN voluntariamente.

Tal y como publicó este diario, la jueza tuvo en cuenta el viernes pasado a la hora de encarcelar a Alves no solo la gravedad de los hechos, sino también el riesgo de fuga (militaba hasta ahora en un equipo de fútbol mexicano) y su situación económica (cobraba 300.000 euros al mes, más otros miles por sus otros negocios), que le podría permitir vivir en cualquier país. El jugador dio como domicilio una vivienda en Esplugues de Llobregat, donde vive su mujer, pero la togada consideró que no era suficiente arraigo para dejarlo en libertad o imponer una fianza. Otro de los aspectos llamativos de su declaración es que el deportista admitió que tenía la intención de marcharse a México el pasado sábado.

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