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Que te pique un mosquito en invierno no es normal

Estos insectos han tomado protagonismo en el comienzo de 2023, pero aún no se sabe si será una tendencia por el cambio climático

Descubren el compuesto químico que atrae al mosquito del Zika o el dengue

Descubren el compuesto químico que atrae al mosquito del Zika o el dengue / vcstar

Marc Masip (Verificat)

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Los mosquitos están de moda este invierno. Estos insectos que tanto molestan en los meses de primavera, verano y otoño, han tomado protagonismo también durante el final de 2022 y el comienzo de 2023. Las redes sociales se han llenado de mensajes que comparten imágenes de mosquitos en pleno mes de enero y la vinculan con el cambio climático. Pero, ¿qué hay de cierto en esta relación? 

La temporada de mosquitos en España se ha alargado más de lo normal este año. El proyecto de ciencia ciudadana Mosquito Alert, que recoge y valida con expertos datos que comparte la ciudadanía para estudiar, vigilar y luchar contra los mosquitos invasores, recibió un reporte de mosquito tigre el 1 de enero de 2023 en Sant Boi de Llobregat y registró un 4,6% de las notificaciones de 2022 en los últimos dos meses del año, algo que sólo había pasado en 2017

En Barcelona “hemos tenido actividad de mosquito tigre y mosquito común hasta el puente de la Purísima”, es decir, hasta principios de diciembre, varias semanas más de lo habitual, explica en conversación con Verificat Tomás Montalvo, responsable del Programa de Vigilancia y Control de Mosquitos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB). “Normalmente, la tercera semana de noviembre ya no tenemos actividad”, continúa el experto.

La temporada de mosquitos en España se extiende, normalmente, de abril a la primera mitad de noviembre. En invierno se detiene, debido a que estos insectos no tienen mecanismos propios para regular su temperatura corporal, lo que los hace muy sensibles al frío. Se encuentran cómodos a 25 ºC, y cuando las temperaturas bajan de 10 ºC hibernan. 

Sin embargo, “los otoños tardíos y los principios de invierno cálidos provocan temperaturas que son óptimas para los mosquitos”, explicaba Frederic Bartumeus, director del proyecto Mosquito Alert en una entrevista en la emisora de radio RAC-1, unas condiciones que se han dado este año y que explican el auge de mosquitos en fechas atípicas. Sin embargo, antes de caer en conclusiones precipitadas, "hemos de descartar que eso sea una variación estacional", indica Montalvo, similar a la de 2017.

Cautela con el cambio climático

El cambio climático está alargando los veranos, pero la relación entre los ciclos biológicos de los mosquitos y el clima (la fenología) no es lineal, así que no se conoce con precisión cómo responderán al cambio climático. 

Es muy difícil hacer el seguimiento de cómo está afectando el cambio climático en los insectos, ya que faltan datos históricos, advertía Bartomeus. Montalvo coincide con él: “[Faltan] estudios bien protocolizados para ver si realmente estos cambios que detectamos son permanentes y, por tanto, si hay un cambio de tendencia [...] Un año no quiere decir nada”.

El experto de la ASPB aboga por no centrarse solo en la actividad de los mosquitos, sino también investigar si ha sido fruto de unas condiciones puntuales excepcionales, o si hay actividad generalizada en la vía pública. La proliferación de los mosquitos depende, y mucho, de las condiciones locales. Un estudio de 2013 de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)', concluyó que las futuras temporadas de mosquitos transmisores del virus oriental del Nilo dependerían de “combinaciones específicas de condiciones locales y regionales”, descartando un patrón homogéneo. 

Dispersión y número

Lo que está claro es la tendencia a que los mosquitos asciendan a latitudes a las que antes no llegaban y que esta expansión tiene que ver con el aumento generalizado de las temperaturas. Un artículo publicado en julio de 2021 en The Lancet, y otro de mayo de 2020 publicado en Nature, avisaban de que especies de mosquitos típicos en climas tropicales, como las que transmiten la malaria o el dengue, tendrían condiciones favorables para expandirse a latitudes más templadas, incluyendo el Este del Mediterráneo.

Sin embargo, “el cambio climático, de por sí, no tiene por qué favorecer a los mosquitos”, explica a Verificat Roger Eritja, responsable de Entomología —ciencia que estudia los insectos— de Mosquito Alert. El experto explica que mientras un aumento de temperaturas puede hacer que crezcan más rápido y que haya más generaciones al cabo del año, una sustitución de las lluvias frecuentes por temporales puntuales con grandes acumulaciones, sumando muchos días secos, puede limitar la disponibilidad de agua, imprescindible para su cría y desarrollo.

“Incluso un aumento de temperatura muy intenso”, con temperaturas mantenidas por encima de 30 ºC, “seguramente provocaría mortalidad”, apunta Montalvo, de la ASPB, quien también ve los episodios de lluvias torrenciales como oportunidades para que aparezcan nuevos puntos de cría.

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