"Amenazó con matarme si contaba algo": a juicio el entrenador acusado de violar a una jugadora menor

El entrenador de un equipo de fútbol femenino que está siendo juzgado en la Audiencia de Barcelona acusado de violar de forma continuada a una menor de 15 años ejercía un gran control sobre ella y la llegó a amenazar con matarla, secuestrarla o dejarla embarazada si contaba algo, ha relatado la presunta víctima al tribunal.

En el juicio que ha comenzado este martes en la sección tercera de la Audiencia de Barcelona, la Fiscalía solicita 17 años de prisión para Francisco R.T., acusado de violar de forma continuada a la víctima después de haberse ganado la confianza de la familia de la menor y prometerles que la "trataría como a una hija", como adelantó la semana pasada este diario.

Procedentes de Marruecos

El ministerio público solicita para el acusado 15 años de cárcel por un delito continuado de violación con prevalimiento de situación de superioridad y otros dos años más por apropiación indebida, así como la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima otros 10 años superiores a la pena impuesta y a indemnizarla con una cuantía total de 57.060 euros.

La víctima, que llegó de Marruecos junto a sus padres, ha testificado que el acusado la tenía amenazada y que le hacía ver contenido pornográfico para que cogiera "un poco de práctica" para que pudiera practicarle lo que él "pedía". También ha explicado que llegó un momento en el que vio el suicidio como única salida para escapar de las violaciones continuadas a las que supuestamente Francisco R.T. la sometía.

Decía que era su hija adoptiva

Como explicó este diario, el acusado mantenía sobre la víctima un control extremo, hasta el punto de que la obligaba a decir que era él su padre en los campos de fútbol, puesto que el acusado la presentaba como su hija adoptiva a la que trajo de Marruecos, según el relato de la joven.

"No tenía fuerza suficiente, en el coche, en su casa, en todo momento ejercía violencia física hacia mí", ha explicado la víctima. También ha manifestado que tras algunas violaciones el acusado le daba una pastilla, que resultó que se trataba de la anticonceptiva del día después.

Según el escrito provisional de la Fiscalía, la víctima llegó junto a su familia procedente de Marruecos en 2008 y se estableció en Sant Joan Despí (Barcelona). Al poco tiempo se puso a jugar a fútbol y conoció a Francisco R.T.

Poder de representación

El acusado, explica el ministerio público, se interesó por la víctima, se ganó la confianza de la familia -que no hablaba ni entendía el castellano- y consiguió que en 2012 los progenitores le entregaran un poder de representación sobre la menor para actividades privadas creyendo que se limitaba únicamente al fútbol, aunque en realidad se convirtió 'de facto' en el responsable legal de la menor, como explicaron fuentes de uno de los clubs en los que estuvieron la denunciante y el acusado.

El ministerio público considera que entre los años 2013 y 2014, aprovechando su posición de poder por la confianza que sus padres tenían depositada en él y su estrecha relación con la menor, la violó repetidamente, realizándole besos, tocamientos y penetraciones.

Primera agresión

La primera vez que la atacó fue en el año 2013, mientras la víctima se encontraba en el dormitorio de su casa, cuando el acusado se abalanzó sobre ella, la tumbó en la cama y la besó en la boca diciéndole que los padres hacen eso con sus hijos, según el relato de Fiscalía.

"Le dijo que no tenía relaciones sexuales con su mujer y que, al menos, le hiciera sexo oral", recoge el escrito del ministerio público. La Fiscalía también señala que Francisco R.T. consiguió convertirse en cotitular de la cuenta corriente de la joven y se hizo en posesión de cuantías de dinero pertenecientes a la víctima, que sumaban un total de 1.060 euros.

Como consecuencia de la violación continuada, la víctima trató de suicidarse en dos ocasiones.

El juicio está previsto que continúe mañana miércoles, cuando quedará visto para sentencia, momento en que declarará el acusado, puesto que la defensa ha pedido que lo haga al final, después de la práctica de toda la prueba.