Bienestar animal

Los animalistas cercan a Lidl para que mejore las condiciones de los pollos

Un vídeo de la oenegé Equalia muestra el maltrato en una macrogranja avícola que provee a la cadena de supermercados, una de las pocas que no se ha comprometido a suscribir los nuevos estándares de bienestar animal

Granja de pollos

Granja de pollos / EQUALIA

Juan Ruiz Sierra

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La macrogranja se encuentra en algún lugar no desvelado de Alemania. Está vinculada a un proveedor de la cadena de supermercados Lidl. Sus trabajadores retuercen en ocasiones el cuello de los pollos que allí se crían, que también son golpeados en la cabeza contra los bebederos. Las condiciones de vida de los animales soninsalubres: hay comportamientos caníbales, aves agonizando o con graves deformidades que les impiden moverse. 

Según la oenegé Equalia, que este martes lanza una campaña en toda Europa para que Lidl mejore las condiciones de cría en las granjas que surten de pollos a esta cadena, este no es un caso raro. Escenas similares pueden verse en instalaciones situadas en Españas. “Hay prácticas que son iguales: elevada densidad de pollos, cría de razas de crecimiento rápido e incumplimiento de estándares mínimos de enriquecimiento ambiental. Lidl no tiene una política de bienestar animal a la altura de la evidencia científica, las demandas actuales de los consumidores y las tendencias del sector”, señala Julia Elizalde, mánager de campañas en Equalia, responsable del material gráfico que pone de manifiesto el maltrato descrito. 

“Lidl condena rotundamente los abusos y el maltrato animal que muestran esas imágenes”, explica un portavoz de la compañía, que subraya que la macrogranja alemana “no tiene ninguna vinculación” con la división española. “El 100% de la carne que vendemos en nuestras más de 650 tiendas en España es de origen nacional”, continúa. 

Las imágenes

Grabado durante meses, el vídeo no resulta apto para los más sensibles. Junto a los episodios de violencia, los operarios también orinan dentro de la nave, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria. Y las aves se encuentran en condiciones tan lamentables que resulta perturbador pensar que ese es el mismo alimento que acaba en la mesa.

Se trata de pollos de los llamados ‘broilers’. Su selección genética ha provocado que crezcan un 400% por más rápido, alcanzado el peso de mercado en un 60% menos de tiempo que hace medio siglo, con sus pechugas siendo casi el doble de grandes que entonces. 

“Las razas de pollo de crecimiento rápido están predispuestas a sufrir graves enfermedades congénitas de las que poco saben las personas consumidoras. Entre ellas se encuentra la miopatía de estrías blancas, que implica que la pechuga tenga un peor valor nutricional: menos proteínas y más grasa”, explican en Equalia, que se ha unido a otras oenegés en toda la UE para que Lidl dé un paso que hasta ahora había rechazado: suscribir el Compromiso Europeo del Pollo

Las medidas

El Compromiso incluye una serie de medidas para elevar los estándares de bienestar animal en este sector: reducción de la densidad de estas aves por metro cuadrado, mejoras en la calidad del aire, iluminación y alimentación, cambio de razas de crecimiento rápido a lente y métodos de aturdimiento más humanitarios en los mataderos. 

Granja de pollos

Granja de pollos / EQUALIA

La mayoría de las más importantes cadenas de supermercados que trabajan en España ya lo han suscrito. Otras se encuentran en conversaciones para hacerlo. Pero Lidl no, denuncia Equalia. La empresa solo ha adquirido estos compromisos en Francia, no en el resto de países europeos. "Apoyamos todas las iniciativas en favor del bienestar de los animales, incluidos los objetivos que defiende el Compromiso Europeo del Pollo. Pero solo nos podemos comprometer con aquellas medidas que tengamos la seguridad de poder cumplir de manera realista tanto en la forma como en los plazos en cada uno de los mercados", explica el portavoz de la compañía.

En España, la compañía se publicita como “el primer supermercado en España con todo el pollo fresco certificado en bienestar animal”, a través del sello independiente Welfair. Sin embargo, para Elizalde, de Equalia, esta certificación esconde una “falta de transparencia”, ya que “no traslada a sus consumidores en qué se traduce” y en cualquier caso “no supone en la práctica mejoras significativas en comparación a la legislación vigente”.