La igualdad en las fuerzas de seguridad

Las oposiciones con cuotas para mujeres despiertan el recelo de mossos y bomberos

Los sindicatos admiten que la reserva de plazas no agrada entre algunos funcionarios, que temen que baje el nivel de exigencia

Una agente de los Mossos d'Esquadra

Una agente de los Mossos d'Esquadra / MOSSOS

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hay cuatro hombres por cada mujer en los Mossos d'Esquadra. Nueve hombres por cada mujer en los Agents Rurals. Y 49 hombres por cada mujer en los Bombers de la Generalitat. "Se trata de una anomalía y la voluntad es que los cuerpos de emergencia y de seguridad se parezcan más a la sociedad a la que sirven”, defiende el 'conseller' de Interior, Joan Ignasi Elena, al ser cuestionado por EL PERIÓDICO acerca de las críticas y temores que suscita una de las medidas del Pla d'Igualtat: la reserva del 40% de las plazas para acceder a los tres cuerpos de funcionarios.

Poner cuotas en las oposiciones a bombero, agente rural o 'mosso' significa que, a partir de ahora, habrá un mínimo de 4 mujeres por cada 10 plazas en cada nueva promoción. La proporción podrá ser más alta pero no inferior. El mínimo prefijado de mujeres es una medida que se suma a los distintos baremos que existen en las pruebas físicas desde hace décadas y que tratan de compensar la desigualdad de fuerza física que existe entre hombres y mujeres.

La reserva de plazas despierta recelos entre los funcionarios de los tres cuerpos. Sean hombres o mujeres. Los sindicatos constatan que a muchos no les agrada. Y que incluso comienza a identificarse a las mujeres que se preparan para ser agente de los Mossos d'Esquadra o de los Bombers como integrantes de la 'Generación Cuota', una estigmatización previa a su incorporación y que cuestiona su validez al insinuar que para escogerlas prevalecerá su condición de mujeres por encima de sus capacidades. La feminización de los cuerpos de la Generalitat, una evolución que en el resto del planeta promueven instituciones como la Organización Internacional del Trabajo, ha encontrado en el rechazo interno a las cuotas uno de sus principales obstáculos.

Temores normales

"La reserva de plazas es una medida temporal porque es necesario transformar las organizaciones. Pero no bajan el nivel", explica Alba Alfageme, experta en feminismo, que añade que es posible que tampoco se logre así "alcanzar la paridad". Como todas las decisiones de este tipo "es normal que genere cierta sensación de amenaza", explica. "Gestionar esta resistencia forma parte del cambio", anima Alfageme, que recuerda que son muchos los organismos internacionales que han sustentado sobre estudios los motivos por los cuales hacer más diversas las organizaciones resulta positivo.

"La comunicación mejora, el entorno se vuelve más empático y la capacidad de resolución de problemas aumenta en organizaciones más equilibradas entre hombres y mujeres", asegura Alfageme. "Sumar la mirada de la mujer hará que los cuerpos de seguridad y emergencias sirvan mejor al país", concluye Elena, que recuerda que, además de las cuotas, también se trabaja en campañas que animen a las mujeres a presentarse a las oposiciones mostrándoles referentes femeninos.

La falta de diversidad es sonrojante en los Bombers, con solo un 2% de mujeres y parques que todavía no cuentan con vestuarios para ellas, uniformes, cascos o máscaras sin tallas femeninas y ausencia de planes de conciliación entre vida familiar y laboral cuando ellas se quedan embarazadas o dan el pecho. En Agents Rurals el porcentaje mejora y en los Mossos, el cuerpo más diverso con diferencia aunque todavía lejos de la paridad, supera el 21,8%. Y las tres estructuras adolecen de mandos intermedios o superiores femeninos. Nadie cuestiona que faltan mujeres pero las cuotas generan rechazo.

No gustan a los agentes

David Miquel, portavoz del Sindicat de Policies de Catalunya (SPC), defiende el Pla d'Igualtat, de cuya redacción han formado parte los sindicatos, porque obedece a instrucciones europeas y a una moción del Parlament de Catalunya, y recomienda alejarlo de la polémica por la reserva de plazas. "No debe ponerse el foco únicamente sobre las cuotas, que suponen solo una de las más de cien medidas acordadas", avisa.

Desde el Sindicat de Mossos d'Esquadra (SME), Nacho Álvarez, entiende que las cuotas forman parte de la misma "lógica social" que impera actualmente. Pero admite que "no gustan" a buena parte de los agentes, que las ven con "recelo", también las mujeres que ya forman parte de los Mossos, y asegura que seguirán atentos cómo se aplican para garantizar que no se vulneran derechos de los aspirantes.

Albert Palacios, portavoz de USPAC, el único sindicato que ha votado en contra del plan, critica que las cuotas atentan contra los "principios de igualdad, méritos y capacidad" que deberían regir en cualquier oposición a una administración pública como la Generalitat. Y, además, antes de reservar plazas haría falta "acordar otras medidas" más urgentes que animarían a presentarse a las oposiciones a más mujeres.

Y el sindicato mayoritario, SAP-FEPOL, por su parte, defiende la medida de las cuotas como un "acelerador" que permitirá corregir la realidad actual. "El plan contiene 157 medidas que no solo beneficiarán a las mujeres, sino también a los hombres, que favorecerán la conciliación", razona la portavoz Imma Viudes. "El problema radica en que casi un año después de su aprobación casi la totalidad de los agentes desconoce su contenido porque ha faltado pedagogía y formación al respecto", lamenta.

Suscríbete para seguir leyendo