Pandemia a la baja

Portugal dice adiós a la mascarilla en el transporte tras más de dos años

La prenda también se retirará en las farmacias pero se mantendrá en centros sanitarios y residencias de ancianos

Turistas en Lisboa.

Turistas en Lisboa.

Lucas Font

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Portugal ha dicho adiós a una de las últimas restricciones contra el covid-19 que seguían en vigor en el país. El Gobierno luso ha aprobado el fin del uso obligatorio de las mascarillas en el transporte público -incluido metro, autobuses y trenes-, así como en taxis y VTCs y también en el transporte aéreo. Una medida que estaba en vigor desde hace más de dos años y que tendrá fin una vez sea publicado el decreto de forma oficial. El fin del uso de las mascarillas también incluye a las farmacias, aunque seguirán siendo obligatorias en hospitales, centros de salud y en residencias de ancianos.

Hacía algunas semanas que el Ejecutivo portugués estaba valorando la posibilidad de eliminar esta restricción tras constatar un descenso importante en el número de contagios, muertes y hospitalizaciones en los últimos meses. “La mortalidad por todas las causas se encuentra dentro de los valores esperados para esta época del año, lo cual indica el fin del exceso de mortalidad que habíamos registrado hasta ahora”, ha explicado este jueves la ministra de Salud, Marta Temido, tras la reunión del consejo de ministros.

Recelo de las farmacias

La medida ha sido recibida con recelo por parte de la Asociación Nacional de Farmacias, que considera que estos locales son especialmente vulnerables debido a la alta afluencia de personas que desconocen a qué enfermedad responden sus síntomas. “Hemos sido excluidos del grupo de espacios de salud, lo cual nos parece desacertado. Formamos parte del ámbito sanitario, al igual que los demás”, ha denunciado al canal SIC la vicepresidenta de la asociación, Manuela Pacheco. 

Los farmacéuticos han pedido a las personas especialmente vulnerables que mantengan el uso de la mascarilla, algo a lo que se ha sumado Temido. “El fin de la obligatoriedad de utilización no invalida que en cualquier momento las personas tengan que hacer una evaluación y protegerse si fuese necesario”, ha recordado la ministra. El Gobierno ha decidido mantener el estado de alerta -el nivel más bajo de emergencia- hasta el próximo 30 de septiembre para protegerse ante un posible repunte de casos con el fin del verano. 

Datos a la baja

El último informe de la Dirección General de Salud muestra un descenso de la incidencia del 22% respecto a la semana anterior, hasta los 148 casos por cada 100.000 habitantes. También están a la baja las hospitalizaciones -con tan solo 39 personas internadas en las UCI- y el número de muertes, que ha descendido más de un 30% hasta situarse en las 4 defunciones por cada millón de habitantes.

A pesar de estos datos, el Ejecutivo sigue pendiente de posibles repuntes y ya ha anunciado el inicio de una nueva campaña para la administración de la dosis de refuerzo a partir del próximo 5 de septiembre. “La respuesta que vamos a dar está destinada a la población más vulnerable, en un momento en el que habrá un aumento del uso de los servicios de salud por parte de los pacientes con covid-19 y con problemas respiratorios”, ha explicado Temido. El Gobierno presentará pocos días antes su estrategia de prevención para el período de otoño e invierno y compartirá un documento con todas las administraciones.