Efecto de los recortes

La ampliación de desalinizadoras en Catalunya, como pronto, para 2027

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A1-154419328.jpg / Jordi V. Pou

Elisenda Colell

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Lo avisó el gerente del Ens d'Abastament d'Aigua Ter-Llobregat (ATL) a este diario. "Es evidente que, visto la evolución y la situación de la emergencia climática, necesitamos más desalinizadoras en Catalunya", dijo José Miguel Diéguez desde la desalinizadora de El Prat de Llobregat, cuya capacidad ya está en el 90% debido a la sequía. Gracias a esta planta, que puede generar 60 hectómetros cúbicos anuales de agua potable, el área metropolitana de Barcelona puede abrir el grifo, de momento. La crisis económica y las políticas de recortes impidieron que las inversiones de los planes de gestión del agua anteriores se cumplieran en su totalidad: más del 65% del presupuesto previsto no se ejecutó. Es lo que dice el tercer Plan de Gestión del Agua (2022-2027) que prepara el Govern, aún en proceso de alegaciones. Prevé hacer una nueva desalinizadora en Blanes (Girona), pero fuentes del Ejecutivo creen que no estará lista hasta 2027. Mientras, la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) confía en triplicar el uso de agua residual para la agricultura o usos industriales.

Que Catalunya deberá asumir más sequías como la que está viviendo, y probablemente más intensas, no se le escapa a nadie. Lo vienen avisando todos los expertos: esto era el cambio climático. También lo asumen desde la Generalitat. ¿Qué medidas se pueden aprobar para garantizar el consumo de agua en los años venideros? Una de las claves reside en las desalinizadoras. Lo demuestra la sequía de este año. A pesar de que la escasez de agua en los pantanos, ríos y acuíferos ha sido la nunca vista, el Govern no ha tenido que recurrir a la compra de agua de otros lugares, como ocurrió en 2008. La planta desalinizada de El Prat, puesta en marcha en 2012, ha permitido que apenas se tengan que aplicar restricciones. Pero la crisis económica de 2008 y las políticas de recortes dejaron en un cajón muchas de las medidas planificadas desde la última gran sequía en Catalunya. Lo dice el mismo Plan de Gestión del Agua de 2022 a 2027, en su apartado dedicado a sequías y abastecimiento de agua, que calcula que, como mucho, se ha invertido el 35% de lo que proponía el plan anterior, el de 2016 a 2022.

Triplicar la desalinizadora de Blanes

La de El Prat no es la única desalinizadora en Catalunya. Hay otra en Blanes, ITAM Tordera, que actualmente tiene la capacidad de convertir 20 hectómetros cúbicos de agua del mar en agua potable. Es muy útil para garantizar el abastecimiento de agua potable a la Costa Brava y las comarcas de Girona en época estival, cuando el consumo de agua crece exponencialmente por la invasión turística. El nuevo Plan de Gestión del Agua (2022-2027) prevé hacer una nueva ampliación, crear una nueva planta, ITAM Tordera 2, para que tenga la misma capacidad de la de El Prat de Llobregat. Es decir, que podría llegar a producir, si estas obras se desarrollasen, 80 hectómetros cúbicos al año de agua potable.

La obra está calculada en 190 millones de euros, de los cuales la ACA financiaría 142,5 millones, y otras instituciones que el documento no detalla, aportaría 47,5 millones. Por el momento, para realizar tal obra, ya están reservados los terrenos donde tendría que ir la planta. "Estamos hablando de una instalación muy compleja, suele tardar varios años en construirse y poder usarse", dicen fuentes de la ACA, que sitúan en 2027 el año en que esta planta podría estar a pleno rendimiento.

El caso de Foix, olvidado

Otro caso a parte es el proyecto de la desalinizadora en el sistema del Foix, muy probablemente entre los pueblos de Cubelles o Cunit. Se trata de un proyecto mucho más modesto, con capacidad de 20 hectómetros cúbicos al año, pensado para solventar futuras crisis en la zona sur de las comarcas de Barcelona o de Tarragona, algo que este verano ya ha ocurrido. Sin embargo, el proyecto está mucho más atrasado: ni tan siquiera consta en el borrador del plan del agua para los próximos cinco años. "Quizá para 2030", dicen fuentes del Ejecutivo. Según varios cálculos, sería necesaria una inyección de 15 millones de euros, de los cuales 11,2 asumiría la ACA.

Agua de las depuradoras: campo estratégico

Visto que el plan de desalinizadoras va para largo, la estrategia de la ACA más a corto plazo trabaja pensando en las aguas residuales. La idea es limpiar el agua que descartan las depuradoras, no para el consumo de boca pero sí para otros usos, como la agricultura, el riego de jardines, limpieza de calles o la industria. Actualmente, las diferentes depuradoras logran rescatar entre 35 o 40 hectómetros cúbicos al año de este modo. "Con las inversiones que se están planteando, la idea sería llegar hasta 100 hectómetros cúbicos", explican a este diario fuentes del ACA.

Precisamente, estas medidas que se incluyen en el Plan de Gestión del Agua (2022-2027) ya estaban incluidas en los planes anteriores (2016-2021 y 2009-2015). "Aún no se han conseguido los niveles de aprovechamiento de la última sequía de 2007-2008. Y el peso de la crisis económica se ha extendido en la planificación, con un impulso inversor mínimo en nuevos proyectos de reutilización", dice el borrador del nuevo plan de aguas sobre este tema. "Uno de los objetivos de este plan pasa por recuperar el impulso en este campo, que debe ser estratégico a corto y medio plazo", sigue el texto.

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