Crisis climática

Francia descubre la sequía con 100 ciudades abastecidas ya con camiones

Tres centrales nucleares han detenido su producción por falta de agua y París decreta la primera fase de alerta

Sequía en el sur de Francia

Sequía en el sur de Francia / SEBASTIEN NOGIER

Agencias

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Francia está descubriendo de forma repentina lo que al sur de los Pirineos es sobradamente conocido desde hace décadas: una sequía. Más de 100 ciudades de Francia se han quedado sin reservas propias de agua potable y están siendo abastecidas con camiones cuba, algo insólito en ese país, acostumbrado a sus ríos caudalosos y a un régimen de lluvias frecuente. “Hay municipios en los que las tuberías están totalmente secas”, ha explicado el ministro el ministro de Transición Ecológica y Desarrollo Sostenible, Christophe Bechú, durante una visita a Roumoules, una de las zonas afectadas, en la Costa Azul.

Roumoules está en la vertiente mediterránea de Francia, pero la sequía no es una exclusiva de esa región. Afecta también a las provincias situadas al norte del Loira, el río que divide Francia entre el norte y el sur.

Amenaza energética

“La sequía excepcional que estamos viviendo actualmente está privando de agua a muchos municipios y es una tragedia para nuestros agricultores, nuestros ecosistemas y la biodiversidad”, dijo a través de un comunicado el pasado viernes la primera ministra del país, Élisabeth Borne. Pero el problema alcanza incluso más allá de esos tres ámbitos. La sequía, en uno de los países más nuclearizados del mundo, tiene un impacto directo sobre la producción eléctrica. Las centrales están situadas al lado de los ríos porque requieren un enorme volumen de agua fría para mantenerse en funcionamiento, un proceso que, además, ocasiona una gran pérdida de caudal por evaporación. Tres centrales, Tricastin, Golfech y Saint-Alban, ya han detenido su actividad por la sequía.

Que el cambio climático podía causar sequías era algo que ya estaba en la agenda de la política francesa. Lo que no estaba previsto era la celeridad con la que ha ocurrido. En las zonas afectadas ya hay vigentes restricciones para regar los campos de golf, para llenar piscinas, regar jardines y lavar autos, y en París se ha decretado el primer nivel de alerta para limitar el consumo de agua.