La lentitud de la administración judicial
Un año para un juicio rápido: "Para mí es solo un reloj, pero mientras, los ladrones siguen robando"
La vista por el robo de un reloj de 1.600 euros en el barrio del Born de Barcelona tendrá lugar un año después del suceso
J. G. Albalat
Redactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Colaborador de publicaciones jurídicas. Profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
"De rápido no tiene nada", bromea el abogado barcelonés Jorge Navarro. El 9 de junio de 2021 un grupo de hombres le asaltó y se hizo con su reloj, valorado en 1.600 euros. Según la ley, su juicio tenía que haber tenido lugar 15 días después del hecho, al tratarse de un procedimiento de juicio rápido. Pero Navarro aún sigue esperando. La vista está prevista para el 30 de junio de 2022. "Para mí, pues bueno, se trata de un reloj... Pero es un tiempo perdido para evitar que sigan robando por la calle a otras personas", señala.
El miércoles 9 de junio de 2021, Navarro estaba tomando una copa en la terraza de un bar en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, en el distrito barcelonés de Ciutat Vella. "Estaba hablando con mi pareja y de repente vinieron cuatro o cinco chicos por detrás, me agarraron el brazo y me sacaron el reloj", recuerda. Navarro, explica, salió corriendo para seguirles. "Al final los perdí, en su huida habían tirado a una mujer mayor y la ayudé a incorporarse", cuenta. Una o dos horas después del robo, y al ser vecino de la zona, Navarro volvió a ver a quienes le habían quitado el reloj. "Llamé pitando a la policía y los detuvieron. Todos tenían antecedentes, había uno que tenía más de 40. Pero el fiscal no pidió cárcel y salieron libres", relata la víctima.
No comparecieron
El reloj robado era un Tag Heuer, que tiene un valor de 1.600 euros. Al tratarse de un caso que va por la vía rápida, el juicio debía haberse celebrado a finales de junio o principios de julio de ese mismo 2021. "Lo señalaron para el 25 de febrero... ¡Eran ya ocho meses más tarde!". Pero finalmente la vista se aplazó porque los acusados no se habían presentadon a una prueba pedida por su defensa cuando la acordó el juez. "Es su responsabilidad, si no asisten, el juicio se debe de celebrar igualmente", se queja Navarro.
Al fin, el juicio rápido se celebrará casi un año después del robo. La vista está prevista para el próximo 30 de junio. "Lo del reloj me molesta sí, es dinero. Pero lo peor es esta sensación de desencanto con la justicia. Luego pasa lo que pasa y la gente se la toma por su cuenta", lamenta el abogado. "No me sorprende porque es absolutamente normal la falta de cumplimiento de las leyes. Es un problema. No es una respuesta adecuada. Me he desencantado, soy más escéptico", asegura.
En el fondo, lo que más le molesta a Navarro es la tardanza de la justicia para acusar a los carteristas y sacarlos de la calle. "Ellos están todo el día robando en el barrio, sobre todo a los turistas. En cuanto haya sentencia, sus abogados recurrirán, y quizás pasarán dos años más. Todo este año, es tiempo perdido que va en contra de la seguridad ciudadana", se queja.
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