Supervivencia

¿Qué hacer si te ataca un oso?

La población de osos ha aumentado en los últimos años en Asturias y en los Pirineos

Un ejemplar de oso pardo.

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Pocas personas pueden decir que han visto a un oso en libertad alguna vez en su vida, aunque en la actualidad su avistamiento es algo más común que hace unos años. Su población ha aumentado en las montañas españolas, especialmente en Asturias, donde se ha triplicado y se estima que hay alrededor de 200 ejemplares. En los Pirineos la población de osos pardos alcanza los 70 ejemplares. Asimismo, en Navarra y Castilla y León se contabilizan alrededor de los 50 y los 40, respectivamente. 

Si se da la situación de que estamos de excursión por el bosque y de repente nos encontramos con un oso, ¿cómo hay que reaccionar? ¿Es mejor correr o quedarse quieto? 

La respuesta se encuentra en uno de los manuales de supervivencia que más está arrasando en Estados Unidos, y que ha entrado en la lista de los libros más leídos del The New York Times: ‘En el peor de los casos’ de Joshua Piven y David Borgenicht.

1. Evitar encontrarse con el oso

Antes de encontrarnos en esta situación límite, es mejor prevenir y evitar que ocurra. Para ello, los autores explican que hay que evitar el encuentro con el animal, y aquí la comida juega un papel muy importante. Es necesario reducir o eliminar cualquier olor a comida de nosotros. En el caso de que llevemos alimentos encima, hay que guardarlo en compartimentos herméticos para que los osos no lo huelan.

Si vamos con un perro, los autores recomiendan que esté atado, porque nuestra mascota podría llevar al oso a donde nos encontramos. 

2. No sorprenderle

Es posible que, a pesar de esconder la comida, ya haya un oso cerca en la zona. Debemos contar con ello y adaptar nuestro comportamiento. Por ello, la clave es “dar la nota” por la montaña para que nuestra presencia no le coja por sorpresa. Es decir: hablar alto, gritar, cantar o también aplaudir. De este modo nos aseguraremos de que nos escuchará y que no le asustaremos.

3. Encuentro cara a cara: qué hacer

Si llega el temido momento de encontrarnos con un oso delante, hay dos cosas vitales que hay que hacer: quedarse completamente quieto y de pie. No debemos correr, ni agacharnos, simplemente quedarnos como estatuas. Asimismo, es muy importante no apartar en ningún momento la mirada del oso. Según los autores del libro, en este momento podemos empezar a hablar en un tono calmado, de forma que le demostraremos que no somos una amenaza. 

Si resulta que nos encontramos al oso cuando vamos en coche, bajo ningún concepto tenemos que salir del vehículo. Aunque se dedique a pegar zarpazos, siempre es mejor quedarse en el interior y mantener todas las puertas cerradas y bien selladas. 

4. Si ataca igualmente…

Aunque todos los ‘tips’ anteriores sirven para evitar llegar a esta situación límite, puede darse igualmente el momento del ataque. No obstante, debemos saber que a menudo los osos fingen que nos van a atacar, corriendo hacia nosotros para, de repente, detenerse y recular. Por ello es importante no anticiparnos y no atacar nunca nosotros primero. 

Eso sí, si el oso finalmente nos ataca, el libro propone una opción para ahuyentarlo (la lucha cuerpo a cuerpo es una mala idea): le podemos devolver el golpe con lo que tengamos a mano en el momento, y el impacto debe ser contra hocico o los ojos del animal, ya que son los lugares donde más le puede molestar y termine marchándose.