Detenido un atracador de bancos en Barcelona por no cambiarse de ropa

No cambiarse de ropa ha salido caro a un atracador de bancos de Barcelona, que ha sido arrestado por los Mossos gracias a que un agente fuera de servicio lo reconoció por la calle porque vestía la misma indumentaria con la que presuntamente había perpetrado los asaltos. El detenido es un hombre de 47 años y de nacionalidad española que atacó cuatro sucursales de bancos de Barcelona en un mes que ya tenía antecedentes por robos violentos contra establecimientos comerciales. Según un comunicado de la policía catalana, tras pasar a disposición judicial ha ingresado preventivamente en la cárcel .

La Unitat Central Atracaments (UCA) comenzó a investigarlo cuando los Mossos recogieron cuatro denuncias presentadas por otros tantos directores de sedes financieras que afirmaban haber sido atracadas por un hombre que actuaba de una forma similar. Existía un patrón en sus actuaciones. Las cuatro sedes habían sido atacadas por alguien de edad media, un ciudadano que no se cubría la cara y que para intimidar a los trabajadores esgrimía una pistola. Además, siempre llevaba la misma ropa. Cuando conseguía su botín, metía a clientes y empleados en un despacho y se marchaba a pie de la oficina. 

Entre el 4 de noviembre y el 7 de diciembre, protagonizó los cuatro atracos. Fueron contra sucursales ubicadas en los distritos de Horta-Guinardó, Sant Martí y Eixample. En tres de los golpes pudo llevarse cantidades de dinero que oscilan entre los 2.000 y los 12.000 euros. Hubo un cuarto golpe del que no pudo sacar nada. Una de las sucursales asaltadas fue la del Banco Santander ubicada en la Avenida Meridiana de Barcelona. El atraco, en este caso, se produjo a plena luz del día, a la hora de comer. El detenido, según relatan fuentes policiales, “evidenciaba conocer los mecanismos de dispensa de dinero de las entidades bancarias y las cantidades que podían proporcionarle y así lo transmitía a los empleados”. 

Para poder identificar al sospechoso, los investigadores de la unidad de atracos revisaron las imágenes de las cámaras de grabación de las sucursales. De este modo, supieron qué aspecto tenía y sobre todo tomaron buena nota de la ropa que vestía siempre. A principios de diciembre, un agente fuera de servicio de la citada unidad de atracos se cruzó casualmente de madrugada con dos personas que iban por una calle en Mataró. Se trataba de una pareja, un hombre y una mujer. Al policía le llamó la atención el varón porque vestía la misma ropa que el sujeto que llevaba días investigando durante su jornada laboral por atracar entidades bancarias en Barcelona.

El agente se acercó, vio que los rasgos físicos también coincidían y avisó telefónicamente a los Mossos, que enviaron una patrulla de seguridad ciudadana al lugar para pedirle la documentación. Al introducir sus datos en la base policial, la patrulla comprobó que se trataba de alguien con varios antecedentes por robos violentos cometidos contra empleados de negocios comerciales, un dato que disparó las posibilidades de que se tratara del individuo que buscaba la unidad de atracos. La patrulla le devolvió la documentación y después dejó que se marchara. Pero los investigadores cogieron la ficha policial del sospechoso identificado en Mataró y se la mostraron a los empleados de las sucursales atracadas. Era él.

El 13 de diciembre, los Mossos activaron un dispositivo para arrestarlo que consistió en montar vigilancias en los alrededores de algunas de las viviendas que podía frecuentar el sospechoso. A las cinco de la tarde, fue fue localizado al salir de una de estas. De nuevo, el atracador vestía con la misma ropa con la que había cometido los atracos. La misma, también, que había permitido al investigador reconocerlo de madrugada. En el registro de la residencia, los investigadores hallaron dos pistolas, una semiautomática de fuego real y otra simulada.