Temporada alta

Desde la Cibeles sueñan con convertir a Madrid en el "Nueva York ibérico"

Con el 90% de los hoteles urbanos abiertos, la región se ilumina de Navidad y apuesta por la cultura, la compras y la restauración para atraer visitantes en el puente de la Constitución

Turistas en Madrid FOTO JOSÉ LUIS ROCA

Turistas en Madrid FOTO JOSÉ LUIS ROCA / José Luis Roca

Olga Pereda

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La asociación empresarial hotelera de Madrid, que reúne 75.000 plazas de alojamiento, mira con optimismo el puente de diciembre, la gran prueba de fuego para el turismo tras más de 20 meses de pandemia y una de las fechas tradicionalmente con mayor movimiento de viajeros. Sin embargo, los hoteleros prefieren ser cautos y solo darán las cifras de previsión de ocupación el día 1 de diciembre.

En todo caso, y a pesar de estar inmersos en una ¿inesperada? sexta ola de coronavirus, se respira optimismo contenido entre los empresarios ante la llegada de visitantes. El 90% de los hoteles de Madrid ya han abierto sus puertas y todo apunta a que las reservas para los días festivos de la Constitución pueden superar a las registradas en el puente del 1 de noviembre (76%). Solo dos datos: una gran cadena hotelera supera el 70% de ocupación y apenas quedan huecos para comer en los mejores restaurantes de la capital.

Almudena Maíllo, concejal delegada de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, explica que todavía no estamos a niveles de 2019, pero el crecimiento de turistas está aumentando considerablemente desde el pasado mes de mayo.

También hay ilusión en los despachos de la Comunidad de Madrid, que ha invertido 5 millones de euros en unos bonos turísticos que permiten descuentos de hasta el 50% (con un máximo de 600 euros) en el pago de productos y servicios turísticos. La previsión es que estos bonos -implantados ya con varias modalidades en muchas ciudades de España- generen un impacto económico de 14,8 millones de euros, atraigan a más de 40.000 nuevos viajeros y se generen alrededor de 120.000 pernoctaciones.

Estamos a un paso e la Navidad y el objetivo de la Comunidad es convertir a Madrid en “el Nueva York ibérico”. Las luces navideñas se encienden este viernes. El ayuntamiento ha vuelto a poner en marcha el autobús turístico, Madrid City Tour, varado desde el inicio de la pandemia. Lo mismo sucede con El Rastro, el castizo mercadillo que ha resucitado tras severas restricciones. 

Todo en la capital -donde la restauración y las consabidas terrazas gozan de un apoyo institucional que trae de cabeza a los vecinos, hartos de ruidos y de no encontrar hueco para aparcar sus coches- invita a consumir y comprar. Las administraciones buscan un turista no tanto de lujo sino de “alto valor”. De ahí, la clarísima apuesta por la cultura, musicales incluidos, con el longevo Rey León a la cabeza. “Nuestros turistas son sensibles a la cultura y el patrimonio. Quieren empaparse de la vida de Madrid”, explica Maíllo.

La Comunidad de Madrid persigue que la región sea un “estilo de vida”, la famosa “libertad” tantas veces mencionada durante estos meses de enfermedad y restricciones por la presidenta, Isabel Díaz Ayuso. A esos turistas hay que mostrarles que Madrid es mucho más que su centro histórico. A pesar de que el 80% de los turistas que desembarcan en la región vienen a la ciudad y no a la comunidad, hay lugares secretos por explorar. Si durante los confinamientos perimetrales impuestos por otras autonomías, fueron los propios madrileños los que descubrieron parajes autóctonos, ahora es el turno de que lo hagan los de fuera. La consejera de Turismo y Deportes, Marta Rivera de la Cruz, animaba hace unos días en una entrevista en la radio a sorprenderse con el bosque de abedules de Canencia, Rascafría o la Iglesia de Torrelavega, estupendos destinos de naturaleza a escasos kilómetros de la ciudad.

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