Salud mental

Prevención del suicidio: una cuestión pública que se sigue viviendo en silencio

Una persona se quita la vida cada 40 segundos en el mundo y, según el INE, más de 3.600 personas lo hicieron en España en 2019

Mémora, a través de sus Espacios de Apoyo, abordó la cuestión en la charla “Prevenir el suicidio”, ofrecida por la psicóloga Cecília Borràs, presidenta fundadora de DSAS

El suicidio ya es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años

El suicidio ya es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años / Shutterstock

X. Pareja

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El escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe publicó “Las penas del joven Werther” en el siglo XVIII. Esta obra, que hablaba del suicidio de un joven a causa de un amor no correspondido, llegó a convertirse en todo un fenómeno de su época e, incluso, algunos de sus lectores se suicidaron imitando al protagonista. Este fenómeno, que a ‘posteriori’ se llamó “efecto Werther”, llevó a la prohibición de la novela en varios países de Europa por considerar que incitaba al suicidio.

Este caso generó un debate: ¿Hablar públicamente del suicidio es un factor de riesgo? La respuesta es no, siempre que se hable de forma positiva. En este sentido, y en la otra cara de la moneda, se encuentra el “efecto Papageno”: exponer casos de personas que querían quitarse la vida, pero que han renunciado a la idea y han superado sus problemas. “Cuando una persona se abre y comunica que no puede más, tiene que ser escuchada. Si se le muestra ejemplos de otros que han superado su misma situación, salvamos una vida”, explica la psicóloga Cecília Borràs, presidenta de Después del Suicidio – Asociación de Supervivientes (DSAS), que ofreció la charla “Prevenir el suicidio”, organizada por Fundación Mémora, a través de las Aulas Mémora de los Espacios de Apoyo.

En 2019, según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 3.600 personas se suicidaron en España. El suicidio, lejos de lo que se piensa, no solo afecta a las personas mayores, se trata de la segunda causa de muerte de las personas jóvenes de entre 19 y 25 años. Si se analizan los datos a nivel global, cada 40 segundos muere por suicidio una persona y cada 41 segundos alguien se pregunta el por qué de esa muerte. El suicidio es la primera causa de muerte no natural del mundo.

¿Qué conduce al suicidio?

Alrededor de las causas que conducen al suicidio, Borràs explica que hay muchos mitos. “El suicidio sigue considerándose como una muerte proscrita o marginal y se sigue pensando que va vinculado de forma exclusiva a un problema mental”, asegura la experta. Esta vinculación, aunque en un 80% de los casos es cierta y el 63% está relacionado con una depresión grave, no es la única causa.

Aunque representan el 80% de los casos, los problemas de salud mental no son las únicas causas del suicidio

Aunque representan el 80% de los casos, los problemas de salud mental no son las únicas causas del suicidio / Shutterstock

Otros factores de riesgo serían el dolor crónico, un acontecimiento traumático como un robo o una violación, haberlo intentado previamente y la soledad física o mental. “La percepción de una persona con un problema vital es fundamental. Normalmente, ante un problema se busca una solución. Para alguien que acaba suicidándose, el problema puede convertirse en algo insoportable y provocar un dolor emocional muy fuerte que genera una percepción muy distorsionada de la realidad”, explica la fundadora de DSAS.

Cambios en la persona

El suicidio deja pistas y es importante analizar determinadas situaciones para poder intervenir a tiempo. Según Borràs, el 90% de los casos muestran alguna señal. “En muchos casos se trata de conductas no verbales y difíciles de interpretar, que acabas viendo cuando ya ha pasado y que son bastante visibles”, apunta la experta.

El aumento del consumo de alcohol y drogas, un carácter excesivamente irritable o excesivamente tranquilo, la aparición de autolesiones o, incluso, regalar objetos personales, pueden ser señales de que algo no está bien. En los casos en los que se verbaliza la situación, existen unas frases genéricas que deberían llamar la atención. “Me gustaría desaparecer”, “quiero descansar”, “no quiero seguir viviendo”… son solo algunos de los ejemplos.

“Todo esto, en un contexto definido, puede ser una señal. La persona con riesgo de conducta suicida puede estar desmotivada y tiene una actitud que se va desenganchando de la vida. Todo ello puede aparecer en el marco de una relativa normalidad”, asegura la presidenta del DSAS.

¿Cómo ayudar a alguien con factor de riesgo?

El papel que juega el entorno a la hora de prevenir el suicidio es fundamental. “Los amigos, la familia o los compañeros son los círculos más importantes para ayudar, uno muchas veces no quiere ver que no está bien”, explica Borràs. Concretamente, la experta señala cinco aspectos que son clave para ayudar a una persona con riesgo de suicidio:

1.Preguntar: “Hablar del suicidio no mata, el silencio sí”, asegura la experta. Preguntarle directamente a la persona sobre sus intenciones, no harán que lo haga. Es posible que no quiera verbalizarlo por miedo a lo que se pueda pensar y verbalizarlo puede abrirle una ventana en la que encontrar una ayuda.

2.Mantener a salvo: Una vez se pregunta la intención es fundamental conocer cuándo y cómo quiere hacerlo y, sobre todo, mantener a la persona alejada de la situación.

3.Escuchar sin juzgar: No hay mejor forma para ayudar a alguien que escuchar. La persona está expresando sus problemas y quien escucha nunca tiene que juzgar.

4.Buscar ayuda: Otra forma de ayuda es buscarle ayuda en el entorno de sus amistades, familia o, incluso, en compañeros de trabajo. En caso de ser una crisis vital muy importante hay que activar la ayuda profesional. En el caso de Barcelona, por ejemplo, el ayuntamiento ha activado un teléfono gratuito de prevención, que atiende las 24 horas del día: 900 925 555.

5.Hacer un seguimiento: Es importante ir siguiendo el caso desde que se hace la pregunta para ir siguiendo su proceso.

El duelo por suicidio

Según los datos aportados por la experta, el suicidio de una persona afecta a otras seis de su entorno y, si se suman otros ambientes como el trabajo o sus amistades, puede afectar a 135 personas. “Es un tipo de duelo complejo y que abre un camino muy difícil plagado de tabús culturales o religiosos”, explica Borràs. La sensación de abandono y de sentirse cuestionado hace que, en el 40% de los casos, el duelo sea complicado y pueda acabar en una depresión.

El duelo por suicidio es uno de los más complicados

El duelo por suicidio es uno de los más complicados / Shutterstock

Cuando sucede este tipo de muerte, el entorno puede preguntarse la influencia que ha tenido. “Se genera un estado de shock postraumático ante la noticia y se generan muchas preguntas en la cabeza. Es importante hablarlo y ser escuchados”, apunta Borràs.

Espacios de Apoyo de Mémora

Los Espacios de Apoyo de Mémora son un lugar de encuentro para familias y profesionales en los que se habla de todo aquello relacionado con el proceso final de la vida. Entre las actividades llevadas a cabo, destacan el acompañamiento al duelo a través de grupos de apoyo, el asesoramiento de servicios funerarios, y talleres y charlas presenciales y 'online' en los que se habla con profesionales de primer nivel.