Investigación

Un gato, la prueba clave en un juicio en Vigo

La desaparición de un felino enfrenta a dos vecinas de un mismo inmueble

Juzgado

Juzgado / Alba Villar

Elena Villanueva

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Pequeños hurtos en centros comerciales o tiendas son una de las casuística más frecuentes en las vistas por delitos leves en los Juzgados de Instrucción de Vigo. Sin embargo, este pasado jueves las pruebas del presunto delito no eran ni prendas ni otros bienes, sino un gato.

Y es que el Juzgado de Instrucción 5 de Vigo acogió el juicio contra una joven que fue denunciada por una vecina quien asegura que esta robó a su mascota. Los hechos habrían sucedido hace meses, cuando la denunciante sufrió la desaparición de su gato atigrado. Pasadas unas semanas, y tras encontrarse con su vecina, aseguró que esta tenía a su mascota, afirmando que se lo había robado.

Tal fue el convencimiento de la joven que no dudó en presentar una denuncia que por reparto cayó en el citado juzgado de instrucción de la ciudad, que celebró ayer la vista. Junto a fotografías del animal, la prueba clave del mismo fue el propio felino, cuya dueña no dudó en traer en una cajita de cartón hasta el juzgado para demostrar que no había robado al animal, sino que era suyo. El caso quedó visto para sentencia tras la testifical de las dos partes.

Pocos procedimientos judiciales han tenido como protagonista la disputa por un animal. Curiosamente, en la jurisdicción civil, está próxima a dictarse una sentencia por las visitas de dos ex cónyuges por la mascota que tenían en común durante el matrimonio.

La pareja estableció en su sentencia de divorcio un régimen de visitas tanto para su hijo menor de edad como para el perro que ambos compartían.

Régimen de visitas

Mientras que las visitas al menor se han cumplido según lo establecido, las del animal no se han producido, por lo que uno de los cónyuges ha decidido demandar al otro para reclamar este régimen de visitas. “Si ambos llegaron a este acuerdo en su convenio de divorcio y está fijado así en sentencia, su no cumplimiento puede acarrearle a la otra parte una multa o un apercibimiento”, señalan fuentes judiciales, quienes apuntan además que el proceder sería igual con un bien mueble como con un ser moviente (en este caso, el perro).

Estos procedimientos son pocos habituales en los Juzgados de Primera Instancia especializados en Familia, y si bien solo hay este abierto actualmente, sí se han registrado con anterioridad otros casos similares.

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