Más de un millar de desalojados por la nueva brecha en La Palma

La lava ya ha arrasado con varias viviendas y negocios de la zona

Las autoridades desalojan en barrio de Todoque, en La Palma, ante el avance de la colada de lava

Desalojado el barrio de Todoque, en La Palma, ante el avance de la colada de lava. /

Daniel Hernández

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Desde primera hora de esta mañana, el centro neurálgico de Todoque, en la pedanía de El Paso y en vilo durante toda la noche, ha sido desalojado por el avance de la colada principal de la erupción que desde hace más de 50 horas amenaza a buena parte del Valle de Aridane, al oeste de La Palma. Más de 1.200 oriundos del barrio llanense han tenido que abandonar sus hogares. Muchos de ellos ya se encuentran en el Fuerte de Los Guinchos (Breña Baja).

El avance del frente de lava que ya ocupa un ancho de dos kilómetros y unos seis metros de espesor (altura), ya se ha llevado por delante más de una decena de viviendas y varios negocios de un barrio que cuenta con una actividad propia de municipio independiente.

La velocidad de la colada, de unos 120 metros por hora, ha permitido a algunos vecinos de Todoque regresar a sus viviendas a por más enseres; no obstante, ya ha engullido parte del barrio que linda con La Laguna, otro de los núcleos de los que ha sido evacuada la población.

La lava se ha visto incrementado de manera considerable tras la boca que obligó el desalojo del barrio pasense de Tacande desde la noche de este lunes. Según reconoció el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, el magma del noveno cráter es más fluido y se está encontrando "menos dificultades para moverse", porque lo hace sobre la colada proveniente del cono principal. La llegada al mar no se espera hasta este miércoles o, incluso, el jueves.

Despavorido, inconsolable

Sin poder levantar la cabeza, llorando e inconsolable. Así llegaba un varón de avanzada edad a una cafetería situada en la avenida Islas Canarias, situada en el centro de El Paso. Se sentó en la barra y pidió una infusión que le ayudara a sobrellevar la dura escena que presenció: el hogar que su hijo había construido con tanto esfuerzo en Todoque, sepultado por una colada que no entiende de esfuerzos ni sentimientos. Desolador.