Iniciativa solidaria

Libros y saxos para Jayanca

Un vecino de Nou Barris mueve cielo y tierra para hacer llegar material cultural que ayude a reconstruir la identidad de una ciudad del noroeste de Perú

Juan Enrique Herna ya ha enviado 650 libros para la nueva biblioteca y pide colaboración para reunir instrumentos musicales para los jóvenes

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A1-122934402.jpg / RICARD CUGAT

Gemma Tramullas

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"En Jayanca come el que tiene y también el que no tiene", reza un refrán popular sobre esta localidad de 17.500 habitantes situada en el noroeste de Perú y conocida por la hospitalidad de sus gentes. Sin embargo, esta tierra de músicos, rica en frutales desde el imperio inca y potencia vinícola venida a menos, es la que necesita apoyo ahora. Juan Enrique Herna, un jayanqueño con una biografía sin par emigrado a Barcelona, está removiendo cielo y tierra para hacer llegar libros, instrumentos musicales e incluso ideas para que los jóvenes de allá recuperen sus valores y el pueblo, su autoestima.

Sorprende la cantidad de personas que ha movilizado este vecino de Nou Barris con su actitud tan humilde como tenaz y su devoción por la tierra natal, que en 2004 quedó arrasada por unas lluvias torrenciales que se llevaron por delante la Casa de la Cultura y la biblioteca municipal. Tras enviar 9 cajas con 635 libros (que él mismo guardó y catalogó uno a uno en su casa), ahora busca colaboración para seguir alimentando la nueva biblioteca y proporcionar saxofones, clarinetes, trompetas y otros materiales a las nuevas generaciones (contacto: hernajuan50@gmail.com ).

“Estos chavales tienen que juntarse para alquilar un saxofón –explica—y ahora con el covid las familias ni siquiera tienen para alquilarles a sus hijos los trajes que necesitan para las danzas tradicionales. Nos faltan recursos para implementar políticas culturales que ayuden a nuestros chicos a recuperar el amor por su tierra y les alejen del alcohol barato y la droga”.

Como en una versión contemporánea y transoceánica de la minka (la tradición del sistema de trabajo comunitario inca que aún se practica en algunas comunidades andinas), Herna es el último eslabón de una larga cadena de personas que desde hace décadas luchan por devolver la identidad a una Jayanca huérfana por casi 20 años de espacios culturales públicos.

De revolucionario a funcionario

Hijo de un empresario textil y compositor de música popular con vocación filantrópica, se marchó de la ciudad a los 15 años para estudiar Económicas. Fue captado por una célula comunista y expulsado de la universidad de Tumbes, pero lo amnistiaron. Consiguió licenciarse y, paradójicamente para un furibundo antifujimorista, acabó siendo gobernador del régimen.

“Con el tiempo me di cuenta de que la vía revolucionaria no servía para resolver los problemas -expone sobre su conversión de revolucionario a funcionario-. Yo solo quería terminar mi carrera sin perder mi vocación filantrópica y social. Como gobernador también intenté llevar la cultura al pueblo. Es el gran problema de nuestra gente. Quienes manejan la sociedad parecen gozar con que el pueblo no se eduque y un pueblo ignorante no tendrá libertad nunca”.

La corrupción rampante del gobierno Fujimori y motivos familiares le llevaron a emigrar a Barcelona, donde trabaja en la perfumería Jordi Canals de Fabra i Puig. Sin embargo, en todos estos años nunca se desconectó de su pueblo. En 2019, cuando una nueva junta tomó el mando de la Casa de la Cultura de Jayanca y se impuso el objetivo de recuperar físicamente la biblioteca, en seguida pensaron que el hijo de Audín Herna sería un buen coordinador internacional.

Cultura popular para el cambio

En cuanto le nombraron no dudó en coger el teléfono y llamar personalmente al alcalde. Con el máximo respeto, le transmitió un argumento irresistible: “Le dije que quizá ahora no se lo valorarían pero que cuando su hijo creciera iría feliz a la biblioteca porque la habría hecho su padre. Es una pena que los niños tengan que irse a otro pueblo pagando un autobús para poder hacer los deberes”.

También han sucumbido a las dotes de persuasión de Herna el dueño de la perfumería donde trabaja, la empresa de paquetería Halcón Sagrado, el cura de la parroquia de Fátima del Turó de la Peira, y parte de la diáspora peruana en Barcelona. Todos ellos han contribuido en metálico o en especie a su misión para cambiar la sociedad a través de la cultura pública y popular.

Gracias a los esfuerzos de la actual junta de la Casa de la Cultura de Jayanca que dirige Luciano Morales y de sus colaboradores dentro y fuera de Perú, el edificio del nuevo equipamiento cultural está a punto de inaugurarse. Además, fruto del esfuerzo colectivo la ciudad ha sido designada Punto de Cultura, lo que convierte a este localidad de la región de Lambayeque en un referente a nivel nacional. 

“Jayanca ya fue un referente en el pasado -puntualiza Herna-. Teníamos a algunos de los mejores músicos de Perú: a Luciano Quiroz, Victorino Camacho, Toño Reyes... Y a personas como Edwin Muro, que siguió formando a nuestros jóvenes cuando todo se vino abajo. Todo esto se lo debemos a nuestros muertos, a todas las personas que pusieron a Jayanca en el mapa".

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