Rechazo a la medida

Sexta jornada de protestas contra el pasaporte covid en Francia

Miles de manifestantes han salido a la calle este sábado para protestar contra la obligación de un certificado sanitario para acceder a espacios de ocio

El malestar social contra esta medida coincide con un momento crítico para la campaña de vacunación francesa, que cae con la llegada del verano

Right-wing party 'Les Patriotes' lead an Anti Health pass demonstration in Paris

Right-wing party 'Les Patriotes' lead an Anti Health pass demonstration in Paris / CHRISTOPHE PETIT TESSON

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Decenas de miles de manifestantes han salido este sábado a la calle en Francia para protestar contra la necesidad de tener el certificado sanitario para acceder a buena parte de las actividades de la vida social, como restaurantes y espacios de ocio. Se trata de la sexta manifestación multitudinaria organizada en el país, donde una parte de la población interpreta la aplicación del pasaporte covid como una "obligación a vacunarse".

Según el último balance oficial, este sábado se han realizado casi 200 marchas por todo el país. Entre los asistentes a estas marchas destaca un público muy diverso social y políticamente que, a pesar de las diferencias, muestra al menos dos puntos en común: su oposición radical al certificado sanitario (ya sea por razones ideológicas o por afinidad al movimiento negacionista) y su rechazo a la política del presidente francés, Emmanuel Macron.

En Montpellier, donde la Prefectura cifró la participación en 9.500 personas, se produjeron incidentes entre manifestantes de extrema derecha y de extrema izquierda que en ese caso habían coincidido en un único cortejo. En otras grandes ciudades, las convocatorias se hicieron por separado y así se pudieron ver las diferencias y los matices de su discurso.

Cuatro manifestaciones en París

En París hubo cuatro marchas y la más numerosa, como en las semanas precedentes, fue la organizada por Florian Philippot, antiguo brazo derecho de la líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, que después de salirse de su partido ha creado un movimiento nacionalista disidente, Los Patriotas. Philippot arengó a los miles de personas que se concentraron en la plaza Denfert Rochereau, se felicitó de la gran profusión de banderas francesas, se mostró convencido de que la de hoy era "una demostración de fuerza" y no se privó de cargar contra "los mandatos conminatorios del poder macronista".

De hecho, las proclamas de los asistentes contra el jefe del Estado, con una evidente intención política a ocho meses de las elecciones presidenciales, fueron casi tan frecuentes como los gritos para reclamar "libertad" y para quejarse por la necesidad del certificado sanitario para ir a un bar o a un restaurante. En cabeza del cortejo de Philippot había también un pequeño grupo de sanitarios que quisieron denunciar así la obligación que se ha impuesto a ese colectivo de estar vacunados para poder seguir trabajando después del 15 de septiembre.

Philippot también quiso dedicar esta nueva jornada de desfiles al controvertido microbiólogo Didier Raoult, que en 2020 defendió el uso de la hidroxicloroquina como tratamiento contra la covid pese a las conclusiones de diferentes investigaciones que no demostraron la utilidad de ese medicamento. La razón es que el responsable de los hospitales públicos de Marsella ha anunciado que tiene intención de apartar a Raoult de la dirección del Instituto Universitario Hospitalario de la ciudad (IHU) con el argumento oficial de que en poco tiempo el profesor cumplirá 70 años y llegará a la edad de jubilación.

Manifestantes protestan contra la obligatoriedad del pasaporte covid en Francia.

Manifestantes protestan contra la obligatoriedad del pasaporte covid en Francia. / CHRISTOPHE PETIT TESSON

Teorías conspiranoicas

Una de las asistentes a la marcha de París explica que, pese a trabajar como administrativa en un hospital, no está vacunada porque considera que las que se han desarrollado contra la covid "no están suficientemente probadas" (pese a que cada una de las fórmulas en el mercado ha sido testada en miles de personas de todo el mundo y siguen sujetas a un extenso dispositivo de farmacovigilancia). La manifestante justificó la protesta porque a su parecer "el certificado sanitario es un atentado contra la libertad" y denunció que "se nos está haciendo terrorismo sanitario".

De hecho, aun siendo minoritarias en los cortejos, las tesis conspiranoicas y negacionistas volvieron a estar bien presentes este sábado, con pancartas como una en la que se culpaba a la campaña de vacunación de 982 muertes en Francia (aunque esta afirmación no cuenta con ningún respaldo científico y ha sido rebatida miles de veces por expertos independientes y autoridades sanitarias).

Vacunación a la baja

La enésima marcha contra el pasaporte covid coincide con un momento especialmente complicado para la campaña de vacunación francesa. El Gobierno francés, que decidió generalizar el uso del certificado sanitario al comienzo del verano ante un ritmo de vacunación que perdía fuelle, se enfrenta ahora a un fenómeno similar que en esta ocasión se explica probablemente por las vacaciones.

Con 41 millones de personas totalmente vacunadas, el 61 % de la población ha recibido la pauta completa de inmunización, pero la cadencia en las inoculaciones se ha ralentizado de forma muy acusada. En tres semanas se ha pasado de 4,8 a 3,2 millones de inyecciones semanales. Pese a todo, el Ministerio de Sanidad sigue confiando en cumplir el objetivo que marcó Macron de llegar a 50 millones de personas que hayan recibido al menos una dosis a finales de agosto.

La mayor urgencia en este momento, porque se ha desbocado la epidemia, está en departamentos y territorios de ultramar como la Martinica, Guadalupe o la Polinesia francesa, donde este sábado se anunció un endurecimiento de medidas de confinamiento. En todos esos territorios, la tasa de vacunados es muchísimo más baja que en el conjunto de Francia: apenas una cuarta parte de la población.