Sería la séptima víctima de 2021
La mujer asesinada en Sant Vicenç había denunciado a su marido por violencia verbal
La principal hipótesis es que el hombre mató a su mujer y después se suicidó ahogándose con el cinturón de seguridad y delante de la hija de ambos de 2 años
El sospechoso estuvo una hora derrapando frente al antiguo restaurante Les Arrels, con la pequeña dentro del coche, antes de suicidarse
Guillem Sánchez
Redactor
Periodista de sucesos. Antes trabajé como redactor de sociedad en la Agència Catalana de Notícies (ACN).
Profesor asociado en la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna.
Libros Publicados: 'El Estafador' (Editorial Península) y 'Crónica del Caso Maristas' (Ediciones B).
Los Mossos d'Esquadra investigan la muerte de una mujer cuyo cuerpo ha sido hallado completamente calcinado al apagar un fuego de matorrales declarado a las 03.00 horas de la madrugada de este viernes junto a la carretera BV-1229, que une Sant Vicenç de Castellet y el Pont de Vilomara, dos poblaciones de la comarca del Bages. A unos cincuenta metros del macabro hallazgo, los policías encontraron también el cadáver de su marido sin vida y a la hija de ambos –de 2 años de edad–. El padre y la niña estaban dentro del coche. Según los primeros indicios recabados en un caso que se encuentra bajo secreto de sumario, el hombre mató a la mujer y después se suicidó. La víctima había presentado una denuncia contra el sospechoso por violencia verbal y ambos se estaban divorciando.
Según fuentes policiales consultadas por EL PERIÓDICO, el hombre se quitó la vida ahogándose con el cinturón de seguridad y lo hizo mientras su hija estaba en el asiento trasero del coche. Sin embargo, confirmar cómo mató a su mujer antes de suicidarse costará más, el efecto de las llamas lo complica. Hay testimonios que, sin embargo, sí aportan algo de luz a lo sucedido: el marido, una hora antes de quitarse la vida, había enloquecido.
Trompos frente a su casa
Poco antes de las tres de la madrugada los antiguos dueños del restaurant Les Arrels escucharon el ruido de un coche estrujando el motor en el terreno que hay frente a su casa. El conductor estaba fuera de sí, haciendo trompos, frenético, en plena noche. “Llamamos una y otra vez a los Mossos pero nadie acudía a ayudarnos. Y teníamos miedo de que pudiera tratarse de un loco que acabara saliendo del coche con un cuchillo”, explicaba la mujer este mediodía a los periodistas que seguían el trabajo de la policía científica en el coche que apareció el cadáver del hombre y del que fue rescatada la niña, que tras ser atendida en un centro médico está en manos de la Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (DGAIA). Este organismo buscará a algún familiar cercando que pueda hacerse cargo de ella. A la espera de que lo confirme la autopsia, esta noche ha perdido a su madre y a su padre.
La espera de patrullas que no llegaban se hizo cada vez más desesperante para este matrimonio de jubilados. El conductor seguía haciendo trompos de madrugada junto a su casa. Se quedaba atascado, pisaba el acelerador a fondo y los neumáticos gruñían atrapados. Después, se liberaba y volvía a dar círculos, con los faros enfocando a todas partes e iluminando las ventanas del matrimonio de forma intermitente. Y la policía seguía sin llegar. El matrimonio no pudo esperar más y el hombre cogió su coche y se marchó a Sant Vicenç de Castellet a buscar la ayuda de la comisaría de la policía local mientras su mujer se quedaba encerrada en casa. Fue en balde. Los agentes estaban atendiendo otro servicio y tuvo que regresar en solitario. Por fortuna, un hijo del matrimonio sí pudo acudir a hacerles compañía mientras tanto.
Fue más o menos entonces cuanto esta familia oyó el grito de una niña muy pequeña. A los pocos minutos, subrayan, vieron también llamas en uno de los márgenes de la carretera. Salieron al exterior, desplegaron mangueras y trataron de apagarlo. Entonces llegó la primera patrulla de los Mossos. Y después, un camión de los bomberos para apagar un fuego que no creció porque anoche no había viento. Con las llamas apagadas, policías y bomberos descubrieron el cadáver calcinado de la mujer. Y la familia que había estado “más de una hora” llamando al 112, recordó de nuevo que a unos pocos metros de donde se encontraban seguía el conductor del coche enloquecido, que había estado más de una hora haciendo trompos y ahora estaba en silencio. Los agentes, con linternas, se dirigieron al lugar indicado, encontraron el coche y, al alumbrar, vieron al marido a sin vida y a la niña de 2 años en el asiento trasero.
La hipótesis del crimen machista
Tanto el Ayuntamiento de Terrassa como también la Conselleria d’Igualtat i Feminismes dan por hecha la explicación más plausible: el hombre asesinó a la mujer y después se suicidó. Una hipótesis, que todavía no confirman oficialmente los Mossos d’Esquadra, y que convertiría a esta vecina, madre de una niña de 2 años, en la séptima mujer asesinada en Catalunya este año por su pareja.
El hecho de que los vecinos no escucharan el grito de ninguna mujer parece indicar que la víctima ya habría fallecido cuando el conductor llegó derrapando al recinto del antiguo restaurante Les Arrels. Los Mossos sospechan que la mató en el domicilio que este matrimonio compartía en Terrassa junto a su hija y que después trasladó su cuerpo hasta este terreno de Sant Vicenç de Castellet, donde le prendió fuego delante de la pequeña.
La séptima mujer
En Catalunya, y a la espera de que se confirme este último asesinato, el machismo ya había enterrado a seis mujeres este 2021. El 14 de abril, en Manresa, Jordina murió estrangulada. Tenía dos hijas de 7 y 4 años. El 27 de abril, en la Bisbal del Penedès, Pilar murió porque su novio–supuestamente– la roció con gasolina y después le prendió fuego. Tenía una hija mayor de edad. El homicidio de Betty en Creixell fue público el 18 de mayo pero recibió un disparo en la cara y otro en el pecho entre el 12 y el 13 de mayo. Tenía dos hijos mayores de edad. Manuel, el presunto asesino de Betty que se suicidó tras matarla, tenía por su parte otros tres hijos mayores de edad. También el 18 de mayo, Lucía fue acuchillada en Corbera de Llobregat. Su marido se ahorcó tras matarla. Tenían dos hijos, el mayor, de 13 años, descubrió los cadáveres. Este año en Catalunya ha habido diez hijos que han perdido a una madre o a un padre, o a ambos, por culpa del machismo. Cuatro de ellos eran menores de edad. Si se confirma que el crimen de Sant Vicenç de Castellet también ha sido un asesinato machista, la cifra de víctimas ascenderá tristemente a siete. Y la de menores que se han quedado huérfanos, a cinco.
Minuto de silencio
El Ayuntamiento de Terrassa ha hecho un nuevo minuto de silencio al día siguiente de la muerte de otra niña calcinada en un fuego en su casa. Se ha llevado a cabo a las 13.00 horas. El municipio de Sant Vicenç de Castellet también ha organizado un acto de condena a las 20.00 horas.
El alcalde del municipio, Jordi Ballart, ha condenado este posible nuevo asesinato machista:
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