Entrevista al alcalde de Lleida

Miquel Pueyo: “La industria agroalimentaria y el campo han salvado al Segrià”

Miquel Pueyo (ERC) llevaba un año al frente de La Paeria, como alcalde de Lleida, cuando se enteró "por la prensa" de que la Generalitat decretaba el confinamiento del Segrià el 4 de julio de 2020. Lamenta Pueyo que el Govern no se acuerde de la periferia de Barcelona y, a la vez, reconoce que a la comarca del Segrià le falta ser más orgullosa.

Miquel Pueyo

Miquel Pueyo / JORDI V. POU

Elisenda Colell

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Un año después, el alcalde acepta reconocer que ni las administraciones ni las empresas frutícolas han sabido resolver el problema social que acarrea la temporada de recolección de la fruta, pero sostiene que Lleida fue la única demarcación que ha mejorado en exportaciones tras la debacle pandémica. “La alcaldía de Lleida es el rompeolas donde baten todas las olas”, resume. Quizá sea por esto que quiere volverse a presentar por ERC en las próximas municipales. 

-Hace justamente un año Lleida y el Segrià amanecían confinados. ¿Qué ha aprendido la ciudad?  Fue un golpe psicológico, económico y social. El 'president' Torra anunció el encierro desde Barcelona y sin avisar a las autoridades locales. 

-¿Ustedes no sabían nada? No. El día antes hicimos una rueda de prensa con la 'consellera' Vergès diciendo que no se cerraría el Segrià. No sé qué pasó después, pero yo me enteré por la prensa. Era una medida suficientemente delicada como para haberse desplazado.

-¿Cómo recuerda esos días? Las ucis de Lleida, especialmente del Hospital Arnau de Vilanova, estaban amenazadas por el colapso e incluso tuvimos que trasladar pacientes a hospitales de Barcelona. Se conjuró la tormenta perfecta: llegaron muchas personas con la voluntad legítima de ganarse la vida. Vino toda la economía sumergida del 'top manta' y la hostelería a trabajar en la campaña de la fruta. Las empresas cárnicas y las de almacenamiento de fruta detectaron muchos contagios. 

-Hoy los indicadores epidemiológicos son 20 veces menos. El cambio más significativo ha sido la vacunación. El sector primario debía de considerarse prioritario. Y lo hemos conseguido, también para aquellos que no tienen papeles ni tarjeta sanitaria. 

-Lleida ha sufrido un confinamiento más que el resto de Catalunya. ¿La economía se ha recuperado? El 25% de los trabajadores de Lleida ha sufrido la crisis. O han estado en ertes, han perdido ingresos o el trabajo. Pero en 2020 en Catalunya el PIB cayó un 11,4%, aquí solo fue un 8%. El sector primario y agroalimentario han atenuado el impacto de la crisis. La campaña de 2020 no fue mala. Las exportaciones en Lleida crecieron un 1,4%, cuando en Barcelona cayeron un 11,3% y en Tarragona un 13,3%. Es obvio que la ciudad ha sufrido, pero la industria agroalimentaria y el campo nos han salvado. 

Miquel Pueyo.

Miquel Pueyo se siente el rompeolas del Segrià / JORDI V. POU

-Quienes no se han salvado son los temporeros. Un año después, volvemos a verlos durmiendo en la calle. Hemos vuelto a abrir un albergue temporal con mejores condiciones que en 2020, y hemos liberado una decena de pisos municipales para los que puedan pagar un alquiler, porque aquí los propietarios son muy garantistas y miedicas. Es cierto que cerca del pabellón hay personas durmiendo al raso. Les decimos que vayan a dormir dentro pero algunos no quieren. Y no les podemos obligar.

-A nosotros nos dicen que ustedes les echan si al cabo de una semana no encuentran trabajo. Aquí pasarán 30.000 personas para trabajar en la campaña de la fruta. Muchos no tienen papeles, no existen para el Estado. Le dijimos al Ministerio de Migraciones que había que resolver este sinsentido. Al final es el ayuntamiento quien se encuentra esta crisis de subsistencia. Lleida intenta mejorar la vida de estas personas, y creo que este año está funcionando mejor que el año pasado. 

-Pero siguen ahí. Mis antecesores jamás crearon ningún alojamiento para personas sin hogar. Sostenían que la ciudad solo producía el 14% del volumen de la fruta y que el problema no era nuestro. Hay que ser realistas, tenemos una responsabilidad, somos la capital de la región frutícola. Los alcaldes del Segriá me dicen que ellos no tienen ‘homeless’. Claro, porque duermen en medio del campo o en Lleida. Nos pasa lo mismo que en Barcelona y el área metropolitana.

-Barcelona tiene más de 3.000 plazas en albergues para personas sin hogar. Lleida, ninguna. Debemos tener un albergue municipal para personas sin hogar. Sin duda. Tras hablar con el obispo me preguntó si la pobreza y el sufrimiento solo recaen en el ayuntamiento o nos interpelan como sociedad. El ayuntamiento debe hacer su parte pero no es infinita. He de dar una respuesta óptima pero quizá no sea suficiente.

-Hay quien dice que ustedes pagan la factura de la industria agroalimentaria. Hay trabajadores de la fruta en el pabellón municipal, sí. Las empresas deben asumir su responsabilidad. Creo que donde hay más irregularidades es en las ETT que no tienen sede en Lleida, pero desconozco los datos de las inspecciones de trabajo.

-La Generalitat prometió financiar un albergue pero aún no existe. Deben concretar la inversión de 4 millones. Nosotros ya tenemos el anteproyecto en un solar municipal del barrio de Pardinyes. El año que viene acogerá temporeros, pero también será un espacio multiusos para la operación frío o cualquier otra iniciativa.

-Muchos vecinos del barrio de Pardinyes no lo quieren. En una reunión con estos vecinos tuve que salir protegido por la Guardia Urbana mientras una turba golpeaba mi coche. Todo el mundo cree que Lleida debe tener un albergue municipal, pero no lo quiere en su casa. Lo haremos en Pardinyes. Lleida no se puede tapar los ojos ante de este problema que hace más de 30 años que dura. 

-A algunas entidades les preocupa el aumento de las expresiones racistas... Tenemos un diputado por Vox y crecen las expresiones de odio. Las amenazas a la convivencia están aquí, en Holanda y en Suecia. Yo prefiero ser optimista. El racismo y el miedo se combaten con el sistema educativo. Luchamos contra la segregación escolar, tenemos una de las tasas más altas de Catalunya. Que los niños aprendan juntos me parece el mejor antídoto.

-Reprocha que Torra no vino a Lleida el 4 de julio de 2020. ¿Barcelona no escucha al resto de Catalunya? Hay muchos déficits, sí. Los centros gestionan sin tener en cuenta las periferias. Pero nosotros debemos ser valientes y decididos.

-¿Qué ha aprendido usted un año después de la crisis del Segrià? Que el alcalde es el rompeolas donde baten todas las olas. Sufrí mucho. La preocupación, la ansiedad y la irritación se afeaban al alcalde. 

-¿Se volverá a presentar a las elecciones? Me gustaría repetir. Después de muchos años de gobierno socialista iniciamos una nueva etapa. Quise romper un techo de cristal que era un sueño húmedo para muchos. No quiero que sea un paréntesis de cuatro años sino el inicio de un cambio.

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