El camino a la inmunidad

Gobierno y autonomías mantienen el pulso por la segunda dosis de AstraZeneca

Sanidad traslada al Comité de Bioética la posibilidad de que los afectados elijan continuar con la vacuna anglo-sueca

Catalunya y las comunidades del PP cargan contra la decisión de combinar este fármaco con Pfizer

Juan Ruiz Sierra

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El Gobierno y las comunidades no se ponen de acuerdo sobre la segunda dosis de AstraZeneca. Un día después de que la Comisión de Salud Pública, un organismo de tipo técnico que reúne al Ejecutivo y las autonomías, aprobara en una votación muy dividida que los menores de 60 años vacunados con una primera dosis del fármaco recibieran una segunda de Pfizer, las diferencias se trasladaron al Consejo Interterritorial, que agrupa a la ministra de Sanidad y los consejeros del ramo. Varios territorios, en especial Catalunya y los gobernados por el PP, insistieron en que la pauta debía completarse con AstraZeneca, en contra de la tesis del Gobierno central, que reaccionó a las críticas elevando una consulta al Comité de Bioética. Será este ente el que resuelva si es aceptable que los ya vacunados con una primera dosis del fármaco anglo-sueco elijan un segundo pinchazo de este o de Pfizer. 

La controversia afecta a más de un millón y medio de personas menores de 60 años, la mayoría trabajadores esenciales, como profesores, policías y militares. A principios de abril, tras recibir una primera dosis de AstraZeneca, este colectivo se quedó sin saber cuál sería su pauta, al suspender Sanidad la inoculación del fármaco, debido a unos muy infrecuentes trombos (un caso cada 100.000 vacunados) potencialmente mortales cuya aparición era más común en las personas de menor edad. La incógnita pareció despejarse con el frágil acuerdo del día anterior para completar la inmunización con Pfizer, pero este miércoles volvió a plasmarse durante la cita entre la ministra y los consejeros. 

Recelos de algunas autonomías

No estaba previsto que la reunión del Consejo Interterritorial abordara este asunto. En principio, iba a ceñirse, con la participación también de los máximos responsables de Educación del Gobierno y las comunidades, a las medidas frente al coronavirus que se adoptarán el próximo curso escolar. Sin embargo, ante el revuelo causado, se modificó el orden del día en el último momento. 

Para la ‘consellera’ de Salut, Alba Vergés, todo lo ocurrido con la vacuna de AstraZeneca supone un “lamentable episodio”. El Govern es partidario de cerrar el ciclo con este fármaco. De lo contrario, si se opta por la pauta mixta, podrían quedar paradas 90.000 citas para recibir la primera dosis de Pfizer, dijo Vergés. Su homólogo en la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, tachó de “incomprensible” la decisión de prescindir de AstraZeneca, porque va “en contra de las sociedades científicas” y de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que han recomendado continuar con el fármaco anglo-sueco. Andalucía, Castilla y León, Galicia y Murcia, también gobernadas por el PP, son de la misma opinión. 

El Ejecutivo, por su parte, defiende el salto a Pfizer, algo que ya han hecho, recuerdan en Sanidad, países como Alemania, Francia, Portugal, Suecia y Finlandia. El Gobierno basa su decisión en un estudio del Instituto de Salud de Carlos III, divulgado el martes. Llevado a cabo con 678 voluntarios (una muestra muy escasa, como critican varias autonomías), la investigación concluye que la combinación con Pfizer, una vacuna con la que el riesgo de trombos es mucho menor, aumenta la respuesta inmunitaria frente al virus sin que se incrementen los efectos secundarios. 

Desde el Comité de Bioética, su presidente, Federico de Montalvo, defendió la decisión. “Hemos ido a reducir al mínimo los riesgos –dijo en Radio Euskadi-. La intercambiabilidad con Pfizer prácticamente nos garantiza que no haya trombos. Si lo podemos evitar, ¿por qué no lo vamos a evitar?”.

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