El plan “cero COVID”, ¿utopía o solución?

Imagen de fondo: Calles desiertas de Vigo durante el confinamiento del mes de abril de 2020

Imagen de fondo: Calles desiertas de Vigo durante el confinamiento del mes de abril de 2020 / MARTA G. BREA / FDV

Rafa López

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Adelantarse al virus y mantener la incidencia al mínimo, en menos de 5 casos por cada 100.000 habitantes, controlando fronteras para mantener a raya los importados, permitiría hacer prácticamente la vida anterior a la pandemia y recuperar la economía, según los defensores de la estrategia “cero COVID”, que llevan a cabo países como Australia, Nueva Zelanda, China, Taiwán y Vietnam, y que promueven científicos como el editor de la revista “The Lancet”. Europa y EE UU decidieron convivir con el virus, no eliminarlo, por lo que estamos abocados a un “yoyó” interminable de restricciones, sostienen.

Con la incidencia en “meseta” y repuntes en varias comunidades, en España empieza a asomar una nueva ola epidémica, mientras otros países europeos están ya inmersos en ella. Con un proceso de vacunación lento y la amenaza de las variantes, la pandemia se asemeja al día de la marmota: nadie garantiza que esta desescalada será la última. ¿Hay algún “plan B”? No pocos científicos defienden que sí: la estrategia “ZeroCOVID” o “cero COVID”, consistente en reducir la incidencia al mínimo mediante confinamientos, control de fronteras y cuarentenas para los casos importados. Sus detractores alegan que esto solo funciona en países insulares y remotos, como Nueva Zelanda o Australia, o dictaduras como China, pero sus defensores creen que no solo no es una utopía, sino la única solución viable para salvar vidas y economías.

No es un plan utópico de cuatro científicos locos. El editor de “The Lancet”, Richard Horton, publicó en enero pasado el artículo titulado “Offline: The case for No-COVID”, en el que defendía que “después de más de dos millones de muertes en todo el mundo –ahora ya vamos por 2,7–, tenemos que considerar que la eliminación del coronavirus no solo es necesaria, sino factible”.

Además de científicos, otros expertos y ciudadanos forman una red creciente que aboga por la estrategia “ZeroCOVID” en España. El grupo “Libres de COVID España” (@libresdecovid en Twitter) forma parte de la Zero Covid Alliance, una red de grupos en distintos países europeos. Está también integrado en Endcoronavirus.org, una red fundada por Yanner Bar-Yam, científico de sistemas complejos en Estados Unidos.

La radióloga María Jesús Díaz Candamio ha apoyado públicamente esta estrategia como médico y ciudadana. “ZeroCovid o NoCovid consiste en lograr en unas semanas una reducción lo mayor posible de contagios (no necesariamente “cero”) para conseguir que volvamos a llevar una actividad social normal”, explica a FARO.

Díaz Candamio niega que las estrategias “Zero COVID” sean una utopía. Recuerda que están siendo aplicadas con éxito en varios países y son aplicables también en occidente, tal y como publicaron en “The Lancet” en octubre científicos de renombre. “Christian Drosten, virólogo y Walter Ricciardi, profesor de Salud Pública, asesores respectivamente de los gobiernos de Alemania y de Italia, son partidarios de esta estrategia, que se contrapone a la que predomina en España y en los países de nuestro entorno, de mitigación, que nos obliga a ‘convivir con el virus’ tolerando unos niveles basales de incidencia que dan lugar a una dinámica de sucesivas olas de contagios y subsecuentes restricciones”, explica. La doctora agrega que para que la estrategia ZeroCovid funcione es esencial “mejorar el sistema de Salud Pública y aumentar la capacidad de rastreo, acompañado de un soporte económico, asistencial y psicológico para poder asegurar el aislamiento de los casos. El dilema entre salud y economía no existe –añade–, porque los países con más fallecidos son también los que están sufriendo más económicamente”.

Otro médico que ha defendido públicamente la estrategia ZeroCOVID es Guillermo Aldama, cardiólogo intervencionista, que al igual que Díaz Candamio trabaja en el Hospital Universitario de A Coruña (Chuac). En un hilo de Twitter, el pasado sábado, aludía al exceso de mortalidad de España y el contraste con Nueva Zelanda: “Mientras España ha perdido casi 90 mil vidas más que otros años, Nueva Zelanda ha salvado más de 2.000”.

Como recuerda Aldama, la primera ministra neozelandesa, Jacinta Ardern, adoptó hace un año, en principio, la estrategia de mitigación, pero tras consultar con su comité científico y observar las catastróficas predicciones, decidió sustituirla por la de supresión. Declaró el estado de emergencia el 25 de marzo con 100 casos y ningún muerto, mientras que España lo hizo 10 días antes con 10.212 casos y 386 muertos. Este país de Oceanía “ha estado un mes en estado de alarma, nosotros 8, y seguimos...”, subraya el médico del Chuac. Los confinamientos han sido puntuales: Auckland, su ciudad más poblada, ha tenido dos este año, a mediados de febrero, de solo 3 días, y otro de 7 a principios de este mes, decretado tras detectarse solo un par de casos locales.

Países mucho más grandes y no insulares, como China, han estado mucho tiempo sin declarar casos locales. El pasado jueves notificó uno en la ciudad de Xi’an, el primero del que se tiene constancia oficial desde el diagnosticado el pasado 14 de febrero. En Occidente hemos visto con asombro y envidia grandes fiestas sin distancia social en Wuhan, el primer gran foco de la pandemia.

El epidemiólogo Juan Jesús Gestal Otero, profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela, cree que adoptar la vía “ZeroCOVID” tendría que ser “una estrategia de país”, más que autonómica. “Sería, incluso ahora, una magnífica decisión, pero no creo que nuestras autoridades estén pensando en ella, pues ya se están planteando disminuir las restricciones a poco que mejora la situación”, opina el experto.

Para Gestal, sería bueno “incluso en este momento en el que ya tenemos más cerca la posibilidad de incrementar la inmunidad de la población con las vacunas que van a ir llegando en mayores cantidades. Evitaría mucho sufrimiento y muchas muertes, y permitiría una reactivación más rápida y completa de la economía. Sería factible hacerlo controlando la entrada y circulación de las personas, pero no veo voluntad política para ello, sino todo lo contrario”, lamenta el epidemiólogo.

Otro experto que apoya esta estrategia es el epidemiólogo canario Lucas González, que recuerda que “los países que se lo han marcado como objetivo utilizan paquetes de medidas muy distintos, y que España podría, en principio, encontrar su propio camino”.

Sobre esta cuestión, el epidemiólogo por la Universidad de Harvard José María Martín Moreno, apuntó en enero a FARO que “por idiosincrasia cultural y por la dinámica de contagios a la que hemos llegado, la estrategia asiática de supresión contundente sería difícilmente trasladable a Europa. Sí que se puede establecer una estrategia mixta, con mitigación intensa más incorporación de aspectos más propios de la estrategia de supresión”, señaló el catedrático de la Universidad de Valencia, que destacó, en cualquier caso, que “debería haber una mucho mejor coordinación europea”.

El tiempo para cambiar el rumbo se acaba. La OMS advierte sobre un aumento de casos en España en abril. Además, la motivación para cumplir las restricciones se agota. Sin un objetivo claro, la fatiga pandémica es la peor de las losas.

Doctora en Medicina y especialista en Radiodiagnóstico en el Hospital Universitario de A Coruña, María Jesús Díaz Candamio tiene un blog dedicado a la divulgación en radiología y dos perfiles de Twitter, @Vilavaite –en inglés– y @Perbess con más de 22.000 seguidores en total. En ellos hace divulgación médica y defiende la estrategia “ZeroCovid”, en la que Galicia –dice– tendría ventaja por su situación geográfica periférica y sus limitadas comunicaciones terrestres.

“No soy epidemióloga ni experta en Medicina Preventiva o Salud Pública, ni viróloga, pero como ciudadana creo necesario ayudar a difundir el mensaje de los sí expertos que consideran que la estrategia ZeroCovid es la única salida de esta pandemia”, aclara la doctora.

–¿No es una utopía que España pueda perseguir la estrategia “ZeroCovid” siendo parte del espacio Schengen de libre circulación?

–Las estrategias eficaces frente a la pandemia deberían llevarse a cabo a nivel paneuropeo, tal y como han solicitado en “The Lancet” científicos de toda Europa ante las nuevas variantes.

–Con el proceso de vacunación cada vez más avanzado, ¿sigue teniendo sentido la estrategia “cero covid”?

–Por supuesto. Las vacunas son una ayuda fundamental para los objetivos ZeroCovid, pues la vacunación de la población disminuye la circulación del virus, pero solo el 4% de los españoles está completamente vacunado frente a la COVID-19. Esperemos que se acelere, pero estamos muy lejos de conseguir el umbral de inmunidad de rebaño, pues al disminuir la eficacia de las vacunas contra ciertas variantes, quizá será necesario tener un porcentaje de población vacunada cercano al 100% para alcanzarlo. Cierto que está vacunada la población de máximo riesgo, los usuarios de residencias, pero aún no ha terminado la vacunación de los mayores de 80 años. Si se cumplen los peores pronósticos de una nueva ola después de Semana Santa tendremos a la población de entre 60 y 80 años sin vacunar, y este es precisamente el rango de edad con mayor ocupación de las ucis en las anteriores olas. Tenemos que evitar que se repita el colapso.

–¿Y las variantes? ¿La estrategia “ZeroCovid” es más necesaria para frenarlas y que no surjan otras nuevas?

–Efectivamente. Seguirán surgiendo nuevas variantes del SARS-CoV-2 mientras haya alta circulación del virus. Las variantes pueden ser más contagiosas, como la británica B.1.1.7, o pueden escapar (de momento parcialmente) a la protección por anticuerpos tras haber pasado la enfermedad o haber sido vacunado, como ocurre con la sudafricana B.1.351 y la vacuna de AstraZeneca. De todas formas, la protección otorgada por la inmunidad celular seguiría siendo efectiva.

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