Efectos de la pandemia

Sitges vive el carnaval con calles vacías y persianas cerradas en bares y restaurantes

El gremio de hosteleros de la población reclama ayudas urgentes para evitar cierres

La Placa del Cap de la Vila de Sitges amb facanes guarnides aquest dissabte 13 de febrer de 2021  (Horitzontal) Mar Marti ACN

La Placa del Cap de la Vila de Sitges amb facanes guarnides aquest dissabte 13 de febrer de 2021 (Horitzontal) Mar Marti ACN / ACN / Mar Martí

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El carnaval de Sitges de este año está marcado por calles vacías y las persianas cerradas de bares y restaurantes. Paisaje insólito acorde con los tiempos de pandemia. El Gremi d'Hostaleria de la población calcula que las pérdidas este fin de semana serán del 95% en relación al año pasado.

Ni fiesta, ni desenfreno, ni aglomeraciones en las calles de Sitges este sábado. Los tradicionales desfiles que eran polo de atracción para varios centenares de personas, quizá fueran miles, son solo un recuerdo. Persianas bajadas y escasa animación en las calles pese un cielo sorprendentemente azul.

El gerente del Gremi d'Hostaleria de Sitges, Alejandro Eguía, ha asegurado este sábado que las pérdidas de este fin de semana, en relación al año pasado, son catastróficas, el 95% de las habituales. "Son malos tiempos para la hostelería", lamenta. En este sentido, exige más ayudas a las administraciones y reclama que puedan abrir ininterrumpidamente "desde la mañana hasta el toque de queda".

Sitges había planteado inicialmente hacer algunos actos presenciales de Carnaval alternados con propuestas virtuales. El Procicat, sin embargo, alertó de que las restricciones actuales del covid no permiten fiestas de ningún tipo para evitar aglomeraciones. Ser fiesta virtual es garantía de silencio en las calles. El confinamiento comarcal es elemento fundamental para el desenlace. Las calles de la Blanca Subur son este fin de semana más de pueblo tranquilo que de cosmopolita ciudad.

Una calle céntrica de Sitges, con poca gente paseando, el sábado de Carnaval

Una calle céntrica de Sitges, con poca gente paseando, el sábado de Carnaval / ACN / Mar Martí

Para el gerente del gremio hostelero local el cierre es "solo una justificación gubernamental" y ampliar los horarios de los establecimientos una hora "no significa nada". En este sentido, piden que se pueda trabajar con medidas de seguridad "desde la mañana hasta el toque de queda". También cree que las medidas restrictivas deben ser diferenciadas por territorios en función del tamaño de las ciudades. Desde el gremio calculan que un 35% de los bares y restaurantes de la ciudad han cerrado temporalmente a la espera de que se relajen las medidas y lamenta que el ocio nocturno está completamente cerrado desde marzo.

Cierre de empresas

En este sentido, explica que, a diferencia de la primera y segunda ola, ahora "las consultas de los socios comienzan a ser sobre concurso de acreedores y sobre cómo pueden cerrar y liquidar empresas". Por ello, reclaman más ayudas a las administraciones: "Las ayudas han sido insignificantes. El estado español y las comunidades autónomas son las últimas de Europa en relación a las ayudas y debemos tener en cuenta que se sector del ocio, la restauración y el turismo es muy importante". De hecho, advierte de que "es mucho mejor ayudar al sector y acompañarlo, que no dejarlo caer porque después esto saldrá mucho más caro para todos". De cara al futuro próximo y en la campaña turística de Semana Santa, Eguía dice que hay que ser "optimistas". "Ahora mismo nos encontramos en el peor momento y necesitamos una apertura ya", pero "tenemos que pensar que el futuro será bueno con todo el plan de vacunación que hay sobre la mesa". También deja claro que el sector de la hostelería "es seguro" y recuerda que, "tanto los empresarios como los clientes se llevan muy bien".