Salut ingresa a pacientes positivos de coronavirus en residencias de ancianos

Más de 30 geriátricos en Catalunya acogen enfermos de covid de otros centros que disponen de menos recursos para atender a los ancianos

En una residencia de Terrassa, el traslado de pacientes acabó con un brote que afectó trabajadores y dejó cuatro muertos

Varias asociaciones de familiares protestan este sábado contra el plan que el Govern defiende a ultranza

Entrevista a Claudia Muñoz, familiar de un residente en la Residencia Mossèn Homs de Terrassa

Claudia Muñoz, tiene a su abuela en la Residencia Mossèn Homs de Terrassa, dónde han llevado a otros residentes con Covid / ELISENDA PONS

Elisenda Colell

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Jamás ha sido anunciado públicamente, y mucho menos explicado a los familiares, pero tampoco lo han escondido. Hace ya seis meses que la Conselleria de Salut ideó el plan de asistencia de las residencias de ancianos para hacer frente a la segunda y tercera oleada de la pandemia, y hace ya dos meses lo han empezado a aplicar. Se llama 'plan buffer' y consiste en que los ancianos que se infecten de coronavirus en un geriátrico pueden ser trasladados a otra residencia más grande para ser tratados, instalando además respiradores de oxígeno.

"Trasladar a una persona que es positiva en covid-19 dentro de un geriátrico es, simple y llanamente, meter más leña en el fuego, entrar en la boca del lobo. No entiendo por qué no se pueden habilitar plantas de hospitales, pabellones, hoteles u otros equipamientos sino que se tenga que recurrir a llevar enfermos a un sitio donde viven las personas más vulnerables. Como mínimo, es negligente". Así de tajante responde Claudia Muñoz, portavoz de los familiares de la residencia Mossèn Homs en Terrassa (Vallès Occidental), uno de los primeros centros en donde se aplicó este polémico plan. Muñoz habla en nombre de un grupo de familiares del geriátrico, en su caso es su abuela la que aún sigue ingresada allí.

Cuatro muertos, varios infectados y mucho malestar

En el caso de la residencia egarense, fue el 23 de octubre cuando el director del centro, a través de un comunicado, les informó de que su residencia había sido escogida como centro de referencia. Tienen reservadas 15 camas para acoger a pacientes con coronavirus que procedan de otro geriátrico. Y ese mismo día les informaron de que entraban cuatro ancianos de la residencia Nord Egara, de Castellar del Vallès, tras estallar un brote de coronavirus. Al día siguiente ingresó un quinto paciente. En principio todos ellos eran negativos, pero el centro les trató como posibles positivos. Los colocaron en una planta, en habitaciones aisladas, aunque en aquella misma planta residían ancianos que no tenían el virus. En realidad, una línea en el suelo separaba la zona covid y de la no covid.

Dos de estos cinco ancianos 'nuevos' fueron trasladados al hospital el día 25 de octubre por estar empeorando. Y el mismo director del centro mostró su inquietud ante los familiares, en una comunicación a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. "He expresado mi malestar a la delegada de Salut. Estamos disgustados", indica el documento. A pesar de eso, la situación empeoró. Tras varios test PCR a los trabajadores, y a los residentes, 14 días después de los traslados (el 6 de noviembre) tres ancianos de la misma planta donde estaban los positivos, se infectaron. También aparecieron cuidadores infectados, aunque no se detalló cuántos.

Cinco días después, el 11 de noviembre, el centro comunicó que tres ancianos habían muerto por coronavirus, uno de ellos residente del centro, según sostiene una familia que pudo hablar de este caso con la residencia. Dos días después, el 13 de noviembre, el centro decidió que todos los ancianos que estaban en la planta donde había positivos, debían tener anticuerpos del virus para "minimizar síntomas". La última muerte por coronavirus se produjo el 17 de noviembre cuando falleció un interno del centro en el que llevaba un año. Habían pasado 22 días del primer traslado. La familia de esta persona logró despedirse de él horas antes de que falleciera, pero sin poder tocarlo.

En menos de un mes, pues, en este centro de referencia entraron cinco positivos: dos de ellos murieron, y dos ancianos del centro terminaron infectándose y falleciendo, además de varios trabajadores también infectados. "Es evidente que había cuidadores, sobre todo la fisioterapeuta o la psicóloga, que pasaron por todas las plantas... por no hablar de los de la segunda planta [donde se creó esa zona covid]. Es evidente que a la que dejaron entrar personas infectadas el virus se propagó", se queja Muñoz. Además, durante todo este tiempo, los familiares perdieron el contacto con los residentes que pasaron dos semanas encerrados en sus habitaciones y aislados. "Los que no se han muerto del virus, morirán de pena. Hay abuelos que han pedido el habla", agrega Muñoz, una vez las visitas ya se han reemprendido.

Sin personal suplente

Sorprende que, durante todo este periodo, en ninguna comunicación se menciona el refuerzo de personal sanitario para atender a los pacientes positivos que llegan el centro. "No se contrató más personal. Eran los mismos del geriátrico los que atendían los enfermos de coronavirus, es indecente", añade la portavoz de los familiares. Es decir, que el mismo geriátrico, con los mismos profesionales, debió de atender a estos nuevos pacientes enfermos.

La Conselleria de Salut, a pesar de ser preguntada por este diario, no ha respondido por el caso de la residencia Mossèn Homs. Tampoco ha querido hacer público el listado de residencias 'buffer' que hay en Catalunya, y que pueden correr la misma suerte que la de Terrassa. Solo se limitan a decir que existen más de 30 geriátricos en Catalunya que atienden pacientes covid de otros geriátricos, y que "disponen de buenas condiciones para la sectorización" y "un rol fundamental". Fuentes de Salut, en un comunicado electrónico, añaden que estos centros "disponen de camas vacías, personal e infraestructura suficiente para recibir pacientes de otras residencias y ofrecer cuidados apropiados". Esta medida es la misma que aplicaron durante la primera ola, de forma urgente, cuando intervinieron las competencias de Afers Socials. La única diferencia es que esta vez han instalado respiradores de oxígeno en los centros, a través de tres empresas de ingeniería.

Rechazo de los familiares

Son varias las asociaciones de familiares y los partidos políticos (como el PSC o En Comú Podem) que se han opuesto a este plan. Uno de ellos, los familiares de la residencia Falguera de Sant Feliu de Llobregat (Baix Llobregat), que aunque en el primer momento formaron parte del listado de residencia de referencia, hoy han sido eliminados de tal posibilidad. También se oponen a ello la asociación de familiares Coordinadora 5+1, que el próximo sábado ha convocado una concentración en la plaza Sant Jaume para mostrar su oposición a esta medida. Piden que se aísle a los residentes infectados, sí, pero en hoteles o espacios medicalizados dotados suficientemente de personal. "Esta medida no sirve de nada, solo pone en peligro a los residentes, y a los trabajadores", añaden.

Una idea barata

Fuentes del sector geriátrico hace meses que se llevan las manos a la cabeza con este plan, pero se lo toman resignados. "Ahora Salut puede hacer y decretar lo que le dé la gana, y a nosotros nos toca callar", aseguran. Sin embargo, también señalan que la pandemia ha hecho reducir sensiblemente el número de personas que viven en las residencias, y las restricciones han reducido al mínimo los nuevos ingresos de pacientes. "Hay centros que necesitan dinero urgentemente para poder pagar nóminas. Y muchos aceptan ser centro de referencia porque saben que el Govern, al menos, les pagará esas plazas que si no estarían vacías". Y añaden esta pregunta: "¿Cuánto crees que costaría un alquiler de un hotel, con médicos, enfermeros, y respiradores para que solo vayan los positivos? El 'plan buffer' sale mucho más barato, aquí Salut solo paga respiradores".

La residencia de Tremp

La residencia geriátrica de Tremp donde han muerto ya 59 ancianos (el 40% del total) era uno de los centros 'buffer' que tenía que acoger positivos. Las obras se hicieron, pero finalmente no llegó a acoger a nadie, y son otros geriátricos en La Pobla (Pallars Jussà) y Guissona (Segarra) los que cumplen esta función. Sin embargo, la veintena de camas preparadas con respiradores han sido usadas para tratar enfermos covid en el geriátrico, y así evitar el traslado hospitalario. Solo 22 personas llegaron hasta el hospital de Tremp y 11 (la mitad) murieron.

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