Disparos en Barcelona

Los Mossos investigan la actuación de la Guardia Urbana con el sintecho abatido a tiros

Dos agentes disparan contra un mendigo en el paseo de Sant Joan de Barcelona

Dos agentes disparan contra un mendigo en el paseo de Sant Joan de Barcelona, / periodico

Juan José Fernández

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Antes de que la bala que hirió a un hombre sin techo en Barcelona al atardecer de este sábado saliera de la pistola del guardia urbano que lo abatió, se habían sucedido varios acontecimientos clave que ahora evalúa el Área de Investigación Criminal de los Mossos d’Esquadra, encargada de las pesquisas sobre el incidente.

Entre esos hechos determinantes, confirman fuentes de la policía catalana, la grabación de las comunicaciones entre la Sala Conjunta de Mando de Emergencias y los guardias urbanos de apoyo a Seguridad Ciudadana que se presentaron en un furgón en el 44 del Passeig Sant Joan.

Esa grabación ya ha sido requerida como primer paso de una investigación que incluirá además la recogida de testimonios entre los guardias y testigos que se encontraban en los alrededores. La pesquisa de los Mossos, que solo acaba de empezar, es paralela a otra interna de la Guàrdia Urbana de Barcelona.

Conocido o desconocido

Qué información tenían los policías es una de las cuestiones básicas del caso, sobre el que la mañana de este domingo fuentes policiales barcelonesas consultadas por EL PERIÓDICO barajaban dos versiones no necesariamente contrarias. Según la primera, los agentes no sabían que a quien iban a neutralizar era un indigente; según la segunda, sí lo sabían, pero no su peligrosidad.

Los disparos no tienen el mismo telón de fondo si el agente que los hizo –"no es ningún novato", aclaran fuentes de su colectivo- sabía o no quién era el hombre que se acercaba a él con un cuchillo. Y eso depende de si el aviso fue un lacónico "hombre armado con arma blanca amenaza a transeúntes en el Passeig Sant Joan", o si la alerta fue más descriptiva.

Según la segunda versión, el indigente, un húngaro de 43 años con las facultades mentales dañadas, ya era conocido por la Urbana y había tenido roces con sus patrullas. Una de estas fuentes relata el extremo, que no ha podido ser aún contrastado, de que la Unidad Territorial del Distrito del Eixample ya pidió en marzo, durante el primer estado de alarma, una orden de internamiento psiquiátrico de urgencia para el sintecho, pues se negaba a confinarse.

En marzo y abril "la tensión entre guardias urbanos y vagabundos había ido in crescendo, como en otras ciudades, por la prohibición de circular en plena pandemia", admite una de las fuentes consultadas.

Yihadista o delincuente común

Cinco días antes de los disparos, la Comisaría General de Información de los Mossos había enviado a los jefes de las policías de Catalunya una circular recomendando "extremar la precaución, porque entramos en fase crítica de riesgo de atentado yihadista", relata una de las fuentes de la Guàrdia Urbana que se apunta a la primera versión.

La actuación policial se produce, explica esta fuente, en alerta antiterrorista. El aviso de los Mossos fue uno de las que periódicamente hacen a las fuerzas de seguridad catalanas en su evaluación de riesgos en el territorio.

Los vídeos del tiroteo no aclaran si los agentes pudieron constatar que se tratara de un terrorista o un delincuente común. "Estas preguntas no nos las estaríamos haciendo en París, donde han atacado yihadistas con cuchillos", repone uno de los agentes a este diario, que explica además que su compañero "disparó a las piernas, pero falló", alcanzando al indigente en el abdomen.

En cualquier caso, por el vídeo sí se sabe que transcurren cinco segundos entre el momento en que el furgón policial acorrala por segunda vez al fugitivo y este, tras eludirlo, se encara con los policías y suenan los disparos.

Proporcionado o desmedido

El escaso tiempo de reacción, sin dar lugar a otras opciones, es el otro factor que analizará la investigación, junto a la proporción de los medios empleados, entre ellos el acorralamiento con el furgón policial. Para casos de personas que se convierten en amenaza en una zona transitada, el protocolo habitual señala que los agentes deben, primero, rodearla y, después, apartarla del resto de viandantes a la espera de refuerzos.

Cuando llegó el furgón los acontecimientos se precipitaron. Y en estos casos el tiempo se relacio con el espacio. Es el principio Tueller, que los policías aprenden en sus entrenamientos, o "regla de los siete metros" (o de los 21 pies, pues su origen es americano, del sargento de policía Dennis Tueller), según la cual un agente tendrá solo segundo y medio para desenfundar y disparar si alguien se le aproxima a esa distancia con un arma blanca.

Del valor que puede tener Tueller en un juicio se ha hablado con profusión este domingo en los chats de guardias urbanos. Y no solo en los foros de ese cuerpo: "Si se cumple la regla, no te queda más remedio que usar el arma –suscribe un guardia civil con destino en Barcelona-.Y solo tienes décimas de segundo para decidir y, en una situación de alto estrés, abrir fuego en teoría a una zona no vital, y en realidad donde puedes. No se puede decir que somos profesionales entrenados, porque la mayoría de las plantillas de policía de este país solo disparan en entrenamientos de 25 a 50 cartuchos al año… si hay presupuesto".

La regla de Tueller fue también esgrimida en agosto de 2018, cuando un argelino irrumpió con un cuchillo en la comisaría de Mossos de Cornellà, y una mossa lo mató de tres tiros.