La oenegé Human Rights Watch denuncia el hacinamiento de los migrantes en Canarias

Cada migrante apenas tiene dos metros cuadrados, en los que vive entre cartones y sudaderas en el colapsado muelle de Arguineguín, al sur de Gran Canaria

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ANDREA SAAVEDRA / LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

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Un bocadillo en cada comida y dos mantas: una para separarse del suelo y otra para taparse. Nada más. No hay techo para todos los migrantes en las 14 carpas del muelle de la vergüenza. De las más de 1.980 personas que pernoctaron el pasado lunes y martes en el campamento de Arguineguín solo uno de cada cuatro (560) lo hicieron bajo la protección de las carpas instaladas por Cruz Roja. Los 1.420 restantes durmieron al raso. Y esto asumiendo que los afortunados bajo techo lo hicieron hacinados en grupos de 40 personas, que implica alcanzar la capacidad máxima de cada caseta.

El muelle está colapsado tras un fin de semana en el que Canarias recibió a más de 2.000 migrantes (en lo que va de año la cifra es de 15.500). Cada individuo apenas cuenta ahora con dos metros para vivir en función de  las dimensiones del campamento (4.554,86 metros cuadrados). Los cartones y sudaderas se han convertido en aliados para combatir el fuerte calor y la humedad. «El muelle está desbordado en todos los sentidos. Es un auténtico desastre», denuncia Onalia Bueno, alcaldesa de Mogán, quien continúa sin obtener respuestas del Ministerio de Defensa tras solicitar hace ya días la instalación de un campamento de emergencia en los terrenos militares de La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria. 

El problema del covid

Bueno califica la situación es extrema. «Los positivos de covid ya están mezclados con los negativos. Es una locura», denuncia la alcaldesa. Las condiciones de insalubridad no pasan desapercibidas para las organizaciones internacionales, que empiezan a denunciar la situación. La ONG Human Rights Watch lo ha hecho a través de un informe.

La subdirectora de la organización para Europa y Asia Central, Judith Sunderland, llevó a cabo una investigación en Arguineguín el pasado 7 de noviembre cuando el campamento estaba ocupado entonces por algo más de 800 personas. Las escenas fueron tan duras que desde la organización reclaman mayor respeto a los derechos de las personas que arriban a las islas. Además, urgen a España a «aliviar de inmediato» las «condiciones de hacinamiento» en las que se encuentran los migrantes.

«Lo que vi hace unos días fue una hilera de carpas abarrotadas donde la gente está detenida durante días y días, durmiendo en el suelo, 30 o 40 personas compartiendo un baño portátil», denuncia Sunderland. La investigación de Human Rights Watch –basada en entrevistas con migrantes, refugiados y actores de la sociedad civil, así como la observación directa– sostiene que las condiciones en el campamento son «totalmente inadecuadas» incluso cuando están por debajo de su capacidad.

Retención durante más de 72 horas

La organización también denuncia la retención que sufren estas personas en el muelle durante más de las 72 horas permitidas por la ley española. «Improvisar un campamento de recepción e identificación en un muelle nunca fue una buena idea y ahora el caos allí representa una amenaza real para los derechos, la salud y la seguridad de las personas», apunta la subdirectora de la organización para Europa y Asia Central.

Ante la falta de instalaciones en las islas, recurrir a hoteles y complejos alojativos, vacíos como consecuencia de la falta de turismo en el archipiélago como consecuencia del azote de la pandemia, ha sido una de las soluciones para alojar a los migrantes hasta ahora. Pero no todos están a favor. La Asociación de Empresarios de Alojamientos Turísticos de Las Palmas ha mostrado su rechazo a que «se siga ampliando la planta alojativa turística» donde se lleva a migrantes porque cree que ello hará «que el Estado no solucione» las carencias de su red de acogida. «Madrid debe mover ficha», reclama el presidente de esta patronal, Tom Smulders.