CRISIS DE LA VIVIENDA
Las entidades vislumbran un otoño repleto de desahucios
Elisenda Colell
Redactora
Periodista de desigualdades y exclusión social crecida en la redacción de informativos de la Cadena SER en Catalunya. Nací en Viu Comunicació y Cugat.cat.
Elisenda Colell
"En el mes de agosto ha habido necesidades, ha habido colas en los bancos de alimentos, pero realmente hemos vivido una calma tensa. El problema que puede ser muy serio se avecina este otoño, cuando haya una oleada de desahucios". Así de transparente es Enric Morist, coordinador de la Cruz Roja en Catalunya, una de las entidades que ha estado en pie de trinchera durante la pandemia del coronavirus en cientos de pueblos y ciudades. Otra de ellas es Cáritas, que pronostica lo mismo. "Este país lleva años sin resolver los problemas de la vivienda, y si no se actúa nos tememos lo peor", avisa Desirée García, responsable de inserción social de esta entidad parroquial. Una tesis que comparte también la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.
"Durante el encierro comíamos, pocos pero comíamos. El problema lo tenemos ahora que no tenemos dónde ir", explica Sara, una madre de tres hijos de Badalona que está al borde del desahucio y que prefiere mantener su apellido en el anonimato. Hace un año, la familia entera vivía en una habitación de realquiler, por la que pagaba 300 euros al mes. "Era insoportable, no teníamos espacio para que los niños tuvieran su propia cama y dormíamos todos en la misma", explica la madre. La familia encontró un alquiler que era una ganga: 450 euros al mes para un piso okupa y los suministros pinchados de forma fraudulenta. "Mi marido es autónomo, ha facturado un 25% menos pero nosotros no hemos dejado de pagar ni un solo mes, lo que no hemos podido comer tanta carne ni verdura ni fruta, pero bueno, al menos teníamos un techo", explica.
"Este país lleva años sin resolver los problemas de la vivienda, y si no se actúa nos tememos lo peor"
Ahora, la casera les ha pedido que dejen el piso en poco menos de un mes. "No tenemos padrón, no tenemos ningún contrato laboral de un año ni tampoco ingresamos 2.000 euros al mes", cuenta la madre, que sabe que tampoco podrá llamar a la policía para evitar que la expulsen, ni a los servicios sociales. "No sé qué podemos hacer, yo me estoy viendo en la calle con mis hijos", dice rompiéndose a llorar. La familia recibe el apoyo de la plataforma Sant Roc Badalona, que durante el confinamiento les proporcionó lotes de alimentos para que, al menos, la familia pudiera comer.
Dudas sobre la moratoria de deshaucios
Pero en Catalunya hay muchas Saras, y las habrá aún más. "Durante estos meses hemos podido proporcionar alimentación pero estamos viendo como hay miles de familias que deben muchos meses de alquiler, y esto no va acabar bien", sostiene Enric Morist, que señala la vivienda como el gran problema a partir de ahora. La entidad, de hecho, gestiona un equipamiento en el recinto de la Fira de Barcelona, donde pernoctan personas que viven en la calle para garantizar su aislamiento y evitar la propagación del virus. "La mayoría de las personas atendidas no habían dormido antes en la calle, pero debían muchos meses en las habitaciones de alquiler donde dormían y les han acabado echando. Algunos, incluso, trabajan", explican fuentes de este albergue de emergencia, donde también participa el ejército.
"Estamos viendo como hay miles de familias que deben muchos meses de alquiler, y esto no va acabar bien"
"El problema es que no sabemos cuánto tiempo se va a extender la moratoria de los desahucios. Y si esta moratoria dejará fuera a muchas personas", sostiene Juanjo Ramón, uno de los portavoces de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Juanjo cuenta a varios colectivos que están fuera de esta protección, entre ellos las familias que ya tenían una orden de desahucio prevista antes de marzo de 2020, y aquellas que estén en viviendas irregulares: ya sea en camas calientes, habitaciones alquiladas o de okupas. "¿Qué pasará con las personas que se han quedado sin trabajo porque les han despedido? En principio la moratoria de desahucios estaba pensada para aquellas personas que sufrieran un parón durante el confinamiento, pero si hay empresas que han tenido que cerrar, no está claro que estas familias se puedan beneficiar de la moratoria", explica Ramón.
"El problema que se nos viene encima es mucho más difícil de resolver, porque este país hace años que arrastra una deficiencia endémica con la vivienda"
"El problema que se nos viene encima es mucho más difícil de resolver, porque este país hace años que arrastra una deficiencia endémica con la vivienda: no hay parque de alquiler social, y tenemos a cientos de familias que están ocupando pisos mientras están en lista de espera de recibir un piso de alquiler social", añade Ramón. Y es que según la Cruz Roja, el pago de alquileres, es decir, el derecho a la vivienda, no está tan garantizado como el derecho a la alimentación. "Con las ayudas de alimentación de la Unión Europea y los mecenazgos tanto las entidades sociales como los servicios sociales pueden garantizar la compra a las familias más vulnerables. El problema está en el pago de los alquileres, aquí nadie está preparado, y menos si vemos una oleada de despidos para finales de año. Nos acercamos a un otoño que será durísimo", prevé Morist.
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