Núria Prunés, directora de un instituto en Barcelona: "Nos dan responsabilidades que no nos tocan"

Núria Prunés dirige el instituto Lluís Vives, ubicado en el barrio de Sants de Barcelona. El centro, catalogado como alta complejidad por el estrato socioeconómico y el origen de las familias, está formado por casi 400 alumnos. Prunés aún está acabando de perfilar los últimos protocolos, pero, de cara al nuevo curso le inquietan algunas dudas que las administraciones aún no le han sabido responder. El ejercicio de la docencia, la situación en la que se encuentren las familias o la falta de material de autoprotección son algunos de sus temores. Aunque también tiene alguna certeza: "Este curso hay que ser más valientes que nunca y apostar por la innovación educativa más que nunca". 

"Teniendo en cuenta nuestro perfil de alumno, no podemos hacer otra cosa que no sea abrir el instituto", reflexiona tajante Prunés, sentada en una de las aulas del centro. El instituto, que hace años dejó atrás los libros y que trabaja con ordenadores, también sufrió durante el confinamiento. "Había muchas familias que no tenían internet, niños que no se podían conectar porque iban con los móviles de sus padres y se les agotaban los datos, y lo peor era que lo mantenían en silencio por miedo", señala.

Calcula que había unos 20 alumnos con problemas de conectividad. "La Generalitat solo nos trajo dos ordenadores", se queja. En muchos casos, fueron los docentes quienes trataron de resolver el problema prestándoles su propio material. "Necesitamos adultos críticos con el mundo, que aprendan, que encuentren su propio camino y que sean profesionales competentes, por eso debemos abrir", sostiene la directora, consciente de que algunos de sus alumnos viven en lo que llama 'pisos patera'.

Aulas reducidas

Desde el mes de junio, la dirección de este centro lleva haciendo y rehaciendo distintos planes de reapertura. "Seguimos todas las ruedas de prensa de la Conselleria d'Educació, y en función de lo que decían lo íbamos adaptando", cuenta. Para este nuevo curso, su centro cuenta con dos docentes y medio más. De momento, han pensado en reducir las aulas. "En vez de tener dos líneas en cada curso, tendremos tres, así lograremos reducir las ratios", cuenta. La biblioteca, las aulas de latín, la de música o la de plastica serán ahora aulas habituales.

Otro de los grandes cambios serán las entradas y salidas. Cada clase tendrá una hora asignada de empezar. "Les haremos hacer filas, y cada profesor les llevará hacia su aula, así nos aseguramos que se lavan las manos con gel hidroalcohólico", comenta. Y los maestros impartirán una asignatura más que no solían hacer, para evitar al máximo el número de aulas a las que entrarán. 

La incógnita con los docentes

"No tendremos un profesor por cada aula, pasarán por 4 o 5 distintas por lo menos, pero hemos tratado de reducirlo al máximo con esta fórmula", señala la directora. De hecho, la gestión con el profesorado es lo que más le preocupa. "Si confinan a una clase, todos los docentes que han pasado por ella también han pasado por otra. ¿Tendremos que confinarlas todas? ¿Qué haremos con los maestros si son asintomáticos, podrán dar clase, o habrá que tener sustitutos? ¿Y si los maestros tienen que atender a sus hijos que están confinados, pueden dar clase? No sé nada de esto, pero resulta que yo soy la responsable de lo que ocurra en el centro. Es que nos están responsabilizando de cosas a los directores que no son de nuestro alcance", se queja.

Falta de material

Por el momento, la Generalitat sí les ha facilitado mascarillas para los docentes, y un termómetro para tomar la temperatura. "Es totalmente insuficiente, un termómetro para más de 300 alumnos", critica. "También me preocupa que haya familias que no puedan permitirse una mascarilla. ¿Qué se supone que tengo que hacer, los chicos no podrán entrar? Deberíamos tener más material", exige.

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 Sin embargo, Prunés tiene muy claro que este año, "más que nunca" el aprendizaje de los alumnos va a ser su prioridad. "Deberemos de ser valiente, apostar por nuevas metodologías, dedicarnos a lo esencial y lograr que aprendan", subraya. "Todo este follón con la reapertura nos tiene que centrar más que nunca en el aprendizaje de los chicos, que no se nos olvide: ni a nosotros, ni a la Generalitat", zanja. 

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