Primer Sant Joan pospandemia

Gel hidroalcohólico, el gran proscrito de la verbena

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Guillem Sànchez

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El gel hidroalcohólico se ha convertido en un frasco habitual en bolsos y bolsillos de pantalones en la nueva normalidad. Es adecuado para desinfectar manos en prevención del contagio de covid-19 pero no durante la verbena. En realidad es el gran proscrito de la fiesta de la pirotecnia. Protecció Civil y médicos llaman a no utilizarlo la noche del 23 de junio si se va a hacer uso de petardos o bengalas. Este gel contiene un elevado porcentaje de etanol (alcohol) y es, en consecuencia, un líquido altamente inflamable. Tanto el que se encuentra en una emulsión líquida como el que se evapora a los pocos segundos. "Si unas manos que han sido impregnadas con gel hidroalcohólico entran en contacto con una chispa podrían sufrir graves quemaduras", subraya el doctor Jordi Serracanta, jefe de la Unitat de Cremats del hospital de la Vall d’Hebron.

El consejo es que durante esta noche la prevención se reduzca al lavado de manos frecuente y con agua y jabón. La prohibición de usar gel hidroalcohólico incluye no llevarlo encima. Acercarse a lugares en los que se lanzan petardos con un frasco guardado en el bolso o en el bolsillo también entraña riesgo dado que si prendiera accidentalmente este se comportaría como un recipiente de alcohol, subrayan fuentes de Protecció Civil. 

No compartir la mecha

Unas de las recomendaciones habituales para usar material pirotécnico durante la verbena es recurrir a las mechas que permiten accionar explosivos con más seguridad. Sin embargo, si se usan este año cada participante debería llevar una mecha distinta porque al intercambiarla de manos, si uno de los implicados estuviera infectado por coronavirus, podría acabar contagiando al resto, recuerdan desde el Hospital Vall Hebron. 

La Unitat de Cremats de este centro es la de referencia para Catalunya, Andorra y las Baleares –salvo Ibiza– y durante la noche del 23 de junio duplicará el equipo de guardia porque durante esta jornada las urgencia se triplican. "Los pacientes que atendemos presentan quemaduras provocadas por petardos casi siempre en las manos. A veces incluso vemos amputaciones de dedos. También pueden llegar lesiones oculares –en tejido conjuntivo o de córnea, que pueden ser muy graves– o en el oído de persomas que han recibido la onda expansiva de una explosión demasiado cerca", explica Serracanta. 

Mascarillas de algodón

Los consejos de Protecció Civil y médicos coinciden también al señalar que las mascarillas más comunes estos días en la calle no son las idóneas para afrontar la verbena. "Aconsejamos que se usen protecciones que sean de algodón. No existe el mismo riesgo que con el gel hidroalochólico porque las mascarillas –sintéticas o de papel– no son inflamables aunque sí pueden arder al entrar en contacto con la llama o una chispa", explica el jefe de la Unitat de Cremats. 

Por su parte, Xesca Baró, responsable de información de Protecció Civil, recuerda que incluso los petardos más sencillos como las 'bombetas' o las bengalas exigen mantener la distancia de un metro para evitar quemaduras en la piel. 

El resto de precauciones que deberían tenerse en cuenta durante la verbena son las de siempre, recita Serracanta. Comprar petardos en establecimientos debidamente autorizados, respetar las edades preceptivas para cada artefacto, no olvidar que ningún niño debe manipular explosivos sin la presencia de un adulto, dejar en el suelo durante un tiempo prudencial un petardo que no ha estallado antes de recogerlo o, sobre todo, no transportar la artillería en mochillas o cartucheras.  

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