CURSO 2020-21
Vuelta al cole en septiembre, una odisea para los profesores
Los docentes exigen a las autoridades que huyan de la improvisación y den normas sanitarias claras y medios económicos para afrontar la nueva normalidad
Olga Pereda
Periodista
Especialista en Educación de El Periódico. A los mandos de la sección 'Mamás y Papás' y del Club de Educación y Crianza. Te mando cada viernes una newsletter con contenidos clave para afrontar la maternidad y la paternidad. Escribo en la sección de Sociedad y tengo alergia a la pseudociencia.
Olga Pereda
Mar Vázquez, profesora de inglés en el instituto La Senda (Getafe, Madrid), lleva varios días poniendo pegatinas con flechas en el suelo del centro. No sabe si lo está haciendo bien o mal. Es docente, no experta en salud pública, así que desconoce si hay algún otro método más científico y eficaz para ordenar los flujos de alumnos y evitar en la medida de lo posible las aglomeraciones. Vázquez y sus compañeros de claustro han pensado que las flechas pueden ser buena idea. Y así pasa con todo. Armados de "buena fe", los profesores y las direcciones escolares están haciendo lo que pueden con los escasos medios que tienen de cara a preparar los centros para el inicio del curso 2020-21, que será presencial pero con muchísimas medidas de precaución frente al coronavirus.
El gimnasio y el patio
"El ministerio recomienda que habilitemos gimnasios para dar clases. Pero, a ver, ¿alguien ha caído en la cuenta de que la acústica lo hace imposible? Solo es un ejemplo para demostrar la incertidumbre que tenemos los profesores", explica Vázquez, que también lleva varios días junto a sus compañeros de claustro midiendo los metros cuadrados de cada aula y viendo cómo encajar pupitres con 1,5 metros de distancia teniendo en cuenta que, habitualmente, hay 30 alumnos por clase. "Estamos buscando espacios y nuestro centro es grande, pero ¿qué va a pasar en otros institutos más pequeños? Las autoridades también dicen que desdoblemos los grupos. Bien. Pero si un grupo está con un profesor en clase, ¿los otros están solos y sin supervisión en el patio? Eso no puede ser".
"¿Tiramos un muro para agrandar una clase? Pues a lo mejor sí, pero a lo mejor esa idea no sirve mañana"
Vázquez insiste en la sensación de incertidumbre y desprotección que hay entre los docentes. Asegura que la palabra "protocolo" está sobrevalorada y que la realidad es que los profesores estudian y aplican las ideas que piensan que son mejores para combatir la pandemia en los colegios e institutos. "De momento, lo único que nos han dado son mascarillas y cinco litros de gel hidroalcohólico, que nos puede durar más bien poco. Espero que recibamos presupuesto extra para comprar material. Deberíamos tener dispensadores de gel por todas partes y papeleras con tapa. Sin embargo, no estamos recibiendo instrucciones claras. ¿Tiramos un muro para agrandar una clase? Pues a lo mejor sí, pero a lo mejor esa idea no sirve mañana", lamenta la docente.
Sin improvisar
Vázquez y sus compañeros de instituto no están solos en la queja. El presidente del sindicato ANPE (Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza), Nicolás Fernández, deja claro que ellos siempre han defendido la educación presencial, pero para que la vuelta al cole sea segura tanto para alumnos como para docentes son necesarias medidas "muy claras basadas en la evidencia científica". "El regreso a las aulas no puede ser improvisado. Debe tener detrás un trabajo muy detallado centro a centro. Lo primero que hay que aclarar es cómo se remodelan los colegios e institutos para que sea posible la distancia de 1,5 metros o el hecho de que haya 'burbujas' de 20 alumnos".
El máximo responsable del sindicato asegura que, en plena pandemia, es imposible regresar a las aulas sin aumentar la plantilla de docentes. Y no solo hay que contratar nuevos profesores sino también establecer un plan de digitalización serio. "No se trata de regalar tabletas a los alumnos sino de que los centros tengan plataformas digitales con las que poder continuar la enseñanza en caso de que se haya brotes que obliguen a cierres puntuales", como ha ocurrido en Mataró.
"No se pueden hacer chapuzas, no se puede improvisar. Necesitamos soluciones realistas y eficaces"
ANPE, que también apuesta por reducir los horarios, exige a las autoridades autonómicas -que tienen la competencia en Educación- "soluciones realistas y eficaces" para afrontar el curso 2020-21 con garantías sanitarias. "No se pueden hacer chapuzas, no se puede improvisar. Si se nos dice que los centros tienen que desinfectarse varias veces al día, tenemos que tener ese personal de limpieza", concluye Fernández, que insta a las diferentes autonomías a tratar de ponerse de acuerdo para elaborar propuestas claras y eficaces.
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