ENTREVISTA

Josep Bargalló: "Tenemos que conseguir que la educación sea presencial"

Josep Bargalló, este jueves, fotografiado en las oficinas del Departament d¿Educació, en Barcelona

Josep Bargalló, este jueves, fotografiado en las oficinas del Departament d¿Educació, en Barcelona / periodico

Carlos Márquez Daniel

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En estos tiempos de videoconferencias, Josep Bargalló es de los que desenfoca el fondo y se pega al ordenador. Atiende esta entrevista confinado en su casa de Torredembarra, desde donde comanda el Departament d'Educació, quizás el área con más dolor de cabeza a la vista a corto y medio plazo, con permiso de Salut. Su equipo prepara el nuevo curso, que será distinto, de transición, pero también ultima los detalles para que las escuelas abran algunos días a partir de la semana que viene.

-¿Cree que los mensajes a familias y profesores han llegado de la manera correcta? 

-Seguramente deberíamos haberlo hecho mejor porque la gente tiene la sensación de que no han sido buenos mensajes. Hemos vivido momentos de mucha incertidumbre y la gente exigía que la convirtiéramos en certezas, pero eso no era ni es posible. Ahora el reto es septiembre, que exigirá que perdamos pronto esa cautela y que demos hechos a finales de junio, aunque sea sin saber cómo evolucionará la pandemia. 

-El otro día insistió en el concepto "emergencia educativa". ¿Nos hemos centrado demasiado en las formas y poco en el fondo de la educación?

-La COVID-19 abrió una emergencia sanitaria que obligó a tomar decisiones drásticas. Eso ha generado una crisis social y económica evidente. Y como resultado, aparece una necesidad de respuesta comunitaria en la que la escuela tiene un papel fundamental. En septiembre tendremos unas medidas sanitarias que se deberán cumplir. Eso implica necesidad de más espacios, como sucedió en el mundo de la salud. 

"Ya no existirá la hora del patio, sino las horas del patio. Saldrán por turnos y se hará igual con la entrada y la salida"

-Tiene el doble reto de convencer a las familias y al profesorado. Complicada tarea…

-Con la emergencia sanitaria no todo el mundo pensaba igual, pero existían unos acuerdos mayoritarios sobre cómo se debía actuar. Claro que tenemos que escuchar a los sindicatos y a las asociaciones de padres, pero también a los municipios y a las entidades, y alcanzar consensos. El primero, que parece más difícil pero quizás termine siendo el más fácil, los espacios y los recursos que serán necesarios. Pero hará falta resolver la segregación escolar que ya teníamos y las segregaciones que se han añadido. Teníamos alumnos vulnerables y ahora lo son más. Teníamos alumnos que no lo eran y ahora sí lo son. La escuela deberá estar tan abierta que irá más allá del centro educativo. 

-¿Han empezado a buscar?

-Hemos empezado a identificar espacios fuera de las escuelas y el trabajo debería estar listo en julio. Siempre en función de las actuales medidas sanitarias. En este sentido, ya he hablado con los alcaldes de Badalona, Barcelona, Lleida, Girona, Tarragona, L’Hospitalet y hablaré personalmente con todos los alcaldes de municipios de más de 100.000 habitantes. Mi equipo hablará con el resto de alcaldes para identificar espacios con posibilidad de ser usados. A finales de junio y principios de julio unificaremos trabajos para determinar la disponibilidad. El Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, ya tiene localizados colegios que pueden tener carencia de espacios y lugares cercanos que puede ser usados. La premisa es que todo el alumnado debe estar cada día en su centro. La educación debe ser presencial. Lo tenemos que conseguir en todos los casos menos en los que por cuestiones concretas sea imposible.

-¿En qué casos puede no ser posible?

-No es voluntad nuestra hacer turnos de día sí, día no. Sería bastante ineficiente. Cuando hemos hablado de educación híbrida o mixta, hablamos de cursos de enseñanza superior de FP u otro tipo en los que realizar una parte no presencial no genere muchas dificultades. Pero hablamos de esos niveles, no nos planteamos en ningún momento que la educación primaria sea mixta. La idea es que vayan cada día a su centro y la mixta, solo cuando no haya otra opción posible. Pero no es planteable en educación infantil. En la enseñanza obligatoria, no es una premisa de la que partamos. 

- Más espacio requiere más profesorado…

-Una cosa es la plantilla estructural de los centros. La estamos cerrando ahora. Es la que escuela necesita en situaciones normales y en función del número de alumnos. A esta plantilla estructural se le deberá añadir la coyuntural, que es la necesaria durante la emergencia educativa. La estructural es la que contemplan los presupuestos. La coyuntural debe ir más allá. De hecho la OMS no habla de un número máximo de alumnos por aula, sino de número de alumnos por metro cuadrado.

-¿Por qué entonces todos hablamos de 12 por aula en primaria y de 15 en secundaria?

-Porque se divide la superficie media de un aula por el número de alumnos y es la cifra que te sale. Los criterios son de metros cuadrados. Imagine un pabellón polideportivo, podríamos tener un profesor con 300 alumnos si se cumple la separación. Lógicamente, no lo haremos porque la ratio se tiene que mantener. Pero sí, en según qué espacios habrá más alumnos de esos 15 o 12.  

-Hay quien lo resume asegurando que si la ratio se divide por la mitad, serán necesarios el doble de maestros.

Doblar querría decir doblar todos los espacios, y las medidas sanitarias no nos obligan a ello. Quizás pase en algunas escuelas, pero tendemos otras en las que hacía desdoblamiento o la ratio era mu inferior al máximo permitido. El año que viene, más que hablar de ratios, hablamos de más espacios y menos alumnos en esos espacios.

-¿Y no tienen calculado que porcentaje más de profesores será necesario?

-Es el tema de las certezas que le comentaba. Vamos analizando centro por centro, pero hasta que no cerremos la preinscripción no podremos ajustar los datos. Con esa primera foto sabremos qué espacios docentes necesitaremos en cada caso, y en función de la plantilla estructural, veremos qué aportación coyuntural requieren. Sin tener la certeza, no sacaremos los números. Pero cuando la tengamos, esos números se tendrán que cumplir.

-Al inicio de la pandemia usted no era partidario de la educación a distancia porque, decía, podía agravar más la segregación. Finalmente cedió, ¿pero cree que el tiempo le ha dado la razón?

La inequidad escolar nace fuera de la escuela. Tenemos familias en una situación social y económica mucho peor que antes de la emergencia sanitaria. También hemos tenido problemas de conectividad, de banda ancha, con familias sin internet o con pocos datos, con familias que no tienen dispositivos o no saben usarlos… Incluso a veces hemos encontrado barreras culturales y lingüísticas. Ha habido desconexiones muy distintas y debemos recuperarlas en septiembre. La vuelta debe servir para recuperar a todo ese alumnado. Y debemos hacerlo rápido. Porque al margen de todo eso, tenemos que prepararnos por si en algún territorio es necesario volver a un confinamiento y recuperar la educación telemática.

"El curso que viene introduciremos materias sobre higiene y prevención e impulsaremos la formación digital"

-De las 55.000 familias que detectaron a principios de abril con problemas de conexión, ¿a cuántas se ha ayudado ya?

-En estos momentos hemos llegado a 33.000 familias, a las que hay que sumar 3.000 más en Barcelona atendidas por el ayuntamiento. Pero no podremos llegar a todos hasta septiembre, cuando además doblaremos erfuerzos para que, en el caso de nuevos confinamientos, estén más preparados.

-La figura de profesor, por todo lo que explica, será más importante que nunca. Algo que ya pasará a partir del 1 de junio, cuando las regiones en fase 2 ya pueden abrir sus escuelas. ¿Está todo a punto?

Junio tendrá unas características distintas porque partimos de opiniones muy distintas, y todas con argumentos. Unos defienden que no tenían que abrir y terminar el curso telemáticamente, y otros pedían abrir casi con total normalidad y hacer actividades lectivas. No hemos hecho ni una cosa ni la otra. Las incertidumbres son grandes, es evidente. Todos los centros tendrán los equipamientos de medidas sanitarias. No entrará el ejército a desinfectar una escuela, porque no son lugares que hayan tenido la epidemia dentro. Se realizará la desinfección que han marcado las autoridades sanitarias y tendrán los dispositivos de seguridad personal. Que hay una sensación de miedo es evidente, toda la sociedad la tiene. No sabemos cómo evolucionará todo pero la escuela debe dar una respuesta firme de estar al servicio de la sociedad. Si no lo hacemos, no podremos reclamar en septiembre que esa misma sociedad esté a nuestro lado y a nuestro servicio. La escuela abre en junio y ya se convierte en referente comunitario hasta septiembre. El verano se abrirá a las propuestas de los ayuntamientos y las entidades de educación en el tiempo libre, y en septiembre volverá a ser el centro lectivo de la educación. Nos abrimos a la sociedad porque en un momento como este no podemos hacer otra cosa.

-Otro reto es resolver el tiempo de recreo...

-En ciertas edades es evidente que impedir el contacto es una utopía. El patio no se podrá hacer saliendo todos a la vez. El curso que viene no existirá la hora del patio, sino las horas del patio. Tampoco habrá una única hora de entrada y de salida. No lo harán todos a la vez. No veremos la imagen de 150 padres en la entrada de la escuela esperando a sus hijos. Deberemos hacer turnos pautados separados por minutos

-¿El patio también se hará fuera de la escuela?

Podemos usar espacios públicos para el patio, pero entre tener un patio cerrado en recuadros o usarlo en franjas distintas, optamos por patio con franjas distintas. El concepto que tenemos de edificio educativo, de horario educativo, incluso de currículo, será distinto el curso que viene.

-¿El currículo también?

Sí, porque debemos introducir materias respecto a la higiene y la prevención. Tendremos que trabajarlo en la escuela porque será básico en nuestra sociedad. Tendrán que saber cómo comportarse en sociedad y por qué motivo, para que acabe influenciando en casa, y por lo tanto, también en su municipio. También impulsaremos una mejor formación de carácter digital, y eso incluye a las familias y a los profesores. De igual manera, el año que viene debemos recuperar lo que no se ha hecho en este curso. No le podemos pedir al profesor que introduzca todos esos elementos nuevos y además, que haga todo lo que ya estaba previsto. ¿El curso que viene será el de la nueva normalidad? No, será el de la transición hacia una nueva normalidad. Y como curso de transición tendrá un pie en cada lugar.

-¿Teme que tanto tiempo sin escuela dispare el abandono escolar?

-Es uno de los motivos por los que hemos defendido volver a abrir las escuelas, para reconectar al alumno, la escuela, la familia, la sociedad. Ahora lo hacemos de manera modesta y escalonada. Es el camino que debía hacerse poco a poco y, como dijo la alcaldesa Ada Colau y estoy de acuerdo, no podíamos tener seis meses de desconexión absoluta del alumno con el centro físico. Ninguna otra parte de la sociedad estará medio año desconectada. Y no podía ser que la escuela, que es una parte fundamental de la sociedad, sí lo estuviera. No podía ser. El mensaje de seis meses cerrados era muy desesperante.

-El presupuesto aprobado hace unos meses contemplaba recuperar la financiación de las guarderías, empezar la retirada de barracones e instalar comedores en los institutos. ¿Peligra alguno de esos proyectos? 

-Será necesario redefinir parte del presupuesto pero no se tocará ninguna partida esencial ni apostaremos por ningún recorte. Ningún recorte de lo que hacíamos hasta hora y ningún recorte de lo que planteaba el presupuesto que íbamos a hacer. Los recortes no son nunca la solución a una crisis.   

-¿El tercer trimestre es evaluable?

-Es evaluable para todos. Pero en ningún caso la evaluación puede significar una disminución de lo que se había evaluado previamente. Ningún alumno puede suspender o tener peores resultados por el coronavirus.

-¿Pero eso no es lo mismo que decir que no es evaluable?

-Sí lo es porque ha habido materia lectiva, el alumno debe saber el criterio del profesor sobre su trabajo. Pero nadie puede suspender porque el coronavirus hace imposible evaluar con criterios equitativos. Es evaluable para ir en positivo, no para ir en negativo.

-Los profesores están rellenando un formulario médico .¿Con qué objetivo?

-Este formulario tiene que ver con las personas con características de vulnerabilidad. Tenemos unos criterios del Ministerio de Sanidad, pero no necesariamente quien esté en esa situación no podrá acceder a la escuela. Se tiene que hacer un análisis personalizado. En junio, como no serán necesarios todos los profesores, no haremos este análisis persona por persona de los que declaren vulnerabilidad. Quien la declare, no irá a los centros. De cara a septiembre, los servicios médicos, siguiendo los criterios de Sanidad, determinarán si pueden ir o no. 

-¿El confinamiento nos deja alguna cosa positiva a nivel educativo?

A diferencia de otros estados europeos, el sistema ha seguido ofreciendo el servicio al alumnado a pesar de las dificultades. El sistema no ha colapsado. Y además, las direcciones de las escuelas y el profesorado han sabido hacer el paso de la educación presencial a la no presencial de manera muy rápida. 

-Les espera un verano distraído.

-Ya le he dicho a los cargos del departamento que las vacaciones de verano pasan también a periodo de emergencia. No es un verano normal y hemos de trabajar hasta el último momento para que todo esté en condiciones para el nuevo curso.

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