Operación acogida

Alejandro es un niño de 5 años que vive en el pueblo oscense de Sariñena. El pasado septiembre ingresó con taquicardia en la UVI del hospital de Huesca. Había tenido la primera de diversas crisis respiratorias que se fueron repitiendo y, poco a poco, perjudicando a su corazón. La evidencia de la afectación coronaria plasmada por un electrocardiograma llevó a los especialistas en Huesca y Zaragoza a determinar la necesidad de una ablación para poner fin a las taquicardias. Eso fue solo tres semanas antes de que el pequeño Alejandro fuese intervenido en el Hospital Sant Joan de Déu, en Barcelona.        

"Aunque era una intervención muy precisa, poco invasiva, nos recomendaron llegar el día antes para que pasara las pruebas del preoperatorio, y quedarnos también en Barcelona la noche después de la operación, para evitar viajar el mismo día", explica el padre de Alejandro, Ramon Mur. 

En cuanto les dieron día para operarlo en Barcelona, buscaron hotel para pasar esas tres noches.  "Dimos con el hotel que hay al lado del hospital, pero justo en el momento de cerrar la reserva, nos saltó el aviso de cerrado", dice Ramon Mur. Ante la noticia, consultaron al propio hospital, donde les remitieron a su programa Hospitality.  

"Operar a tu hijo del corazón en plena pandemia no era sencillo, pero todos nos ayudaron"

Es una iniciativa que fue puesta en marcha hace un par de años, para dar respuesta a la necesidad de atender a familias de fuera de Barcelona, de otras comunidades e incluso de otros países. "No existía antes un servicio de gestión de esta situación, gente que llega de otros lugares y tal vez ni siquiera conocen la ciudad. Desde el hospital se les acababa orientando y quizá facilitando enlaces para buscar ellos mismos dónde quedarse", explica el responsable del programa Hospitality, Mehdi Hilali. 

El programa asesora y acompaña a todas las familias con algún ingresado en el Hospital Sant Joan de Déu, para que encuentren donde puedan alojarse y descansar cómodamente. Para ello cuentan con una red de proveedores, propietarios de pisos en alquiler por días. Las familias suelen estar dos noches como mínimo y entre 7 y 15 días, máximo. Aparte, hay casos puntuales de tratamientos oncológicos, por ejemplo, que requieren un mayor tiempo de ingreso. 

Facilitar el descanso

Para los padres de Alejandro, Mur y Mireia Peralta, el programa resolvió su problema. "En una tarde lo cerramos. Nos seleccionaron unos cuantos pisos y elegimos uno a siete minutos en coche del hospital", explican. "Y todos, desde el programa de acogida hasta el hospital y el dueño del piso nos ayudaron mucho", dicen. "Operar a tu hijo del corazón en plena pandemia no es sencillo, pero entre todos nos lo pusieron muy fácil para podernos centrar exclusivamente en nuestro hijo", añade el padre. El 3 de mayo se hizo la intervención y al día siguiente la familia regresó a su casa, con la sensación de no haber estado en ningún momento sola. 

El covid-19 ha disparado la necesidad de ayuda de este programa. Debido al cierre de hoteles en Barcelona y la inactividad de muchos pisos turísticos, la búsqueda de alojamiento en la ciudad es complicada. "La primera semana del estado de alerta, con los hoteles ya cerrados, el móvil no dejó de sonar", recuerda Hilali. Desde entonces, han atendido a más de 70 familias, ya que tratamientos hospitalarios que no pueden detenerse han seguido su curso durante el confinamiento en los hospitales. Y para las familias que no residen en Barcelona y han tenido que ingresar a un hijo en el hospital, ponerse a buscar alojamiento para quedarse y poder visitar a diario al menor , añade todavía más intranquilidad a su estado emocional. 

Siete viviendas alquiladas

Pensando especialmente en familias sin recursos, se tomó la iniciativa de alquilar casas cercanas al hospital para poder contar siempre con plazas para alojar a quienes no puedan pagarse un hotel o apartamento. Se asesora a todo el que viene de fuera, pero a través de una trabajadora social se estudian los casos que requieren de una mayor ayuda. 

Hospitality cuenta con 7 viviendas con capacidad para acoger a una trentena de familias, cada una en una habitación que puede ser de una, dos o tres plazas. "Durante el confinamiento prácticamente han estado totalmente ocupadas", señala Hilali. "Hemos seguido el protocolo de seguridad, la limpieza a diario y algunas familias han hecho su cuarentena en alguno de los pisos", añade el responsable. 

El programa del Hospital Sant Joan de Déu, con el que colaboran diversas fundaciones, se hace cargo de los gastos de las personas que no pueden pagar el alojamiento. "Es un proyecto que expresa la dádiva de la hospitalidad para esas familias que tienen que vivir temporalmente cerca del hospital", expresa Hilali. El reponsable confirma también que durante estas difíciles semanas de pandemia, algunos propietarios de los pisos en Barcelona se han solidarizado con familias con niños hospitalizados que han visto reducidos sus ingresos rebajando el coste de sus alquileres.

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