impacto psicológico de la pandemia
Afrontar el coronavirus en primera línea
Música y aplausos en los balcones nos recuerdan que vamos en el mismo barco que estos profesionales
Música y aplausos en los balcones nos recuerdan que vamos en el mismo barco. Es el 'gracias' entrañable a todos los profesionales que se enfrentan día y noche al coronavirus, en primera línea. Sobre ellos y la repercusión en su estado emocional de todo lo que viven habla Dolors Liria, psicóloga experta en psicoterapia y salud mental de los profesionales en las organizaciones y miembro de la Junta del Col·legi de Psicologia de Catalunya. [Especial 'En tu salón']
A quienes llevan en primera línea tantas semanas conviviendo con el peligro. ¿Qué se les aconseja?
Es importante que se den permiso para tener momentos de desconexión de toda información sobre el virus, para poder conectar con otros pensamientos y emociones. Les conviene protegerse de todo lo que les pueda generar aún más ansiedad.
La mayoría ya deben procurarlo
Algunos cargan con el peso mental de que, mientras tanto, dejan a los compañeros en la estacada. Lo que trabajamos con ellos es que para poder estar, han de saber también ‘no estar’ y reponerse.
Cuando todo esto pase, las vivencias e imágenes terribles, ¿las podrán borrar o dejarán su poso?
El impacto de una experiencia tan intensa emocionalmente como esta tiene su efecto. El personal sanitario está acostumbrado a vivir en contacto con el sufrimiento humano, el dolor y la muerte, la gran diferencia es la magnitud de ahora, que es más difícil de digerir. La mayoría lo irán elaborando con sus propios recursos o con un acompañamiento. Estamos preparados para asumir grandes dificultades, con la fuerza que nos sale en situaciones muy extremas y que a veces nos sorprende. Un pequeño porcentaje sufrirá estrés postraumático o algún trastorno adaptativo, dependiendo de si la persona estaba ya en situación de riesgo, por algún trastorno de salud mental o sufrimiento psicológico.
Asumimos pérdidas a marchas forzadas.
Es un momento de muchas pérdidas para todos. Los que pierden familiares más, pero la crisis implica muchas otras pérdidas, como no poder trabajar en las condiciones que querríamos, hacerlo sin estar suficientemente protegidos, tanto sanitarios como en cualquier trabajo esencial. Cada cual tiene sus estrategias de protección para minimizar el riesgo al máximo, pero el miedo no se puede evitar, solo se puede mirar de manejarlo. Si nos paraliza o nos hace tomar decisiones de manera impulsiva, necesitamos ayuda.
Hablamos de recuperar la normalidad siempre entre comillas.
Debemos revisar bien cuáles son nuestras expectativas. Es una situación muy incierta y no sabemos qué pasará, tampoco si el próximo invierno tendremos otra situación especial. Ser conscientes y aceptar cada realidad es muy importante. Si no la aceptas, te enfadas y no manejas bien, solo sientes rabia por no haber alcanzado las expectativas.
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