Medidas contrarreloj para compensar el cierre de comedores infantiles

Las 'conselleries' d'Educació y Afers Socials han anunciado esta tarde una medida para poder abastecer de alimentos a las familias con hijos más vulnerables tras el cierre de escuelas y centros socioeducativos en Catalunya. En total repartirán 160.000 tarjetas a familias cuyos hijos están en riesgo social para poder hacer la compra en los supermercados. Está previsto que en tres días estas tarjetas alcancen todos los hogares, y mientras, las entidades sociales ya están ofreciendo alimentos de forma urgente para los días del confinamiento. 

En Catalunya hay 140.000 niños de 6 a 12 años que pueden hacer una comida saludable al día gracias a las becas comedor, y 20.000 más que alcalzan cenas, desayunos o meriendas en los centros socioeducativos. Con la emergencia sanitaria del coronavirus, y el cierre de los centros escolares, estas familias quedaban desamparadas. Al fin, el Govern ha dado con la fórmula: CaixaBanc va a habilitar estas tarjetas, donde cargará el importe de las ayudas escolares que deberían percibir los niños cada día del confinamiento. Con este dinero, las familias podrán ir al supermercado y comprar aquellos alimentos que necesiten. El Govern preveé que en dos o tres días tendrán listo estos títulos, que se van a dispensar en los ayuntamientos o consejos comarcales.

Hasta conocer esta medida, varias entidades habían ya iniciado proyectos para financiar la cesta de los hogares con menores a cargo y en riesgo de exclusión social. Es el caso de la Asociación Educativa Itaca, que da oportunidades educativas a familias vulnerables en los barrios de La Torrasa y Collblanc de L’Hospitalet de Llobregat. La entidad tenía previsto asumir, con fondos propios, las facturas alimentarias de las 50 familias que se encuentran en la "más alta vulnerabilidad". "Hemos llegado a un acuerdo con Caprabo para que puedan tener una tarjeta y hacer su compra de alimentos y necesidades más básicas", ha expuesto el director de la entidad, Felipe Campos. Aunque, por el momento, la entidad sabe de más de 350 hogares vulnerables en la zona con problemas para hacer la compra al súper. Entre otros, preocupa la alimentación de los alumnos de la ESO que comen en el centro de Itaca una vez terminan las clases y que no se benefician de nigún comedor escolar, porqué no existe en esta etapa educativa.

Faltan voluntarios

Para abastecer las personas en riesgo de pobreza que no tienen hijos en edad escolar, el Banc dels Aliments ha pedido donaciones de alimentos y voluntarios, en vista de las dos semanas que se les avecinan. Solo en la provincia de Barcelona el banco necesita poder abastecer 113.000 personas que no pueden pagarse la alimentación. "Necesitamos provisiones de arroz, aceite, leche, conservas y productos infantiles", ha expuesto en una nota de prensa. Pero, a la vez, ha manifestado que necesitan "voluntarios jóvenes", ya que en muchos casos los voluntarios son de edad avanzada, y les han recomendado que se confinen en sus casas como medida de seguridad.

Soledad y violencia

Save The Children ha advertido a EL PERIÓDICO de que más allá de la falta de comidas, el coronavirus está afectando a los niños pobres de muchas otras formas. En primer lado, porque hay familias que tienen que seguir trabajando. "Las madres solas, que son más de un millón en España, si deben trabajar ¿dónde dejan a los niños?", se pregunta Andrés Conde, director general de la entidad, que pide medidas de conciliación. "Se quedan en casa solos, algo que pone en riesgo su seguridad y bienestar", ha respondido. Conde también ha advertido de que, debido al confinamiento, la situación de estrés en los hogares está creciendo, y que esto puede hacer aumentar, de forma considerable, la violencia y el maltrato infantil. "Es algo que ya ha pasado en otros países", ha añadido.