Los 'casals' para niños vulnerables temen por su futuro

Dos voluntarias del Casal dels Infants,

Dos voluntarias del Casal dels Infants, / periodico

Elisenda Colell

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Hace ya varios años que la Conselleria d'Afers Social, especialmente la dirección general de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) en riesgo social, trabajan en un nuevo proyecto llamado Model SIS (Servei d'Intervenció Social). Se trata de una reconversión de los conocidos como 'centres oberts' o 'casals', unos espacios históricos en los barrios más vulnerables, donde entidades sociales atienden a familias y niños con elevado riesgo de pobreza. Este año la Generalitat estima poder empezar a desplegar este nuevo modelo, ante el tempor de las entidades sociales, y la duda de los ayuntamientos, que no saben cómo van a sacar el dinero para pagar la reconversión de estos servicios. 

Según datos de la Generalitat, en Catalunya hay 266 'centres oberts' con capacidad, y financiación pública, para atender 9.426 niños. Son centros donde, de forma prioritaria, se atiende a niños y adolescentes entre los 6 y los 12 años, algunos con riesgo social y otros que no lo tienen. Allí los niños y niñas pueden ir por las tardes a hacer deberes, actividades extraescolares, o ir de colonias en verano, entre otras muchas actividades que si fuera por la disponibilidad de sus padres no podrían hacer.

Son también estos centros los que, especialmente tras la crisis económica del 2008, empezaron a dispensar meriendas y cenas a los niños, sabiendo que en casa sus padres o no podían pagar la comida, o no tenían dinero para garantizar una alimentación saludable y equilibrada. Las entidades gestoras de estos centros recuerdan que ellas y sus centros existen mucho antes de que las administraciones se interesaran por estos servicios, por los que, de momento, cada entidad traza una estrategia de trabajo en su barrio en función de las necesidades que detectan.

Multiplicar la red

Sin embargo, el Govern quiere multiplicar esta red de atención a familias en riesgo social, y hacerlo en todas las comarcas y de una forma homogénea. Pero no solo esto. También cambiar la forma de trabajo, coordinación y atención a los colectivos vulnerables. El plan SIS, que se empezó a gestar en el 2015 en la Conselleria d'Afers Socials, tiene documentados nuevas líneas de atención que quiere que se hagan en esto centros, por los que ahora el servicio no está preparado.

Según este plan, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, se mantienen los servicios de actividades extraescolares para niños de 4 a 15 años. Pero además, se amplía la atención diurna a dos colectivos más: niños de 0 a 3 años, y jóvenes desde los 16 hasta los 18 años. Y el centro debe contar con un servicio de educadores de calle para atender a menores que estén en la vía pública.

Aparte de esto, los centros deberán contratar a un equipo profesional que esté en contacto constante con todos los padres y hermanos de los niños y jóvenes que atiendan, ya sea para acompañarles a encontrar trabajo, formarles, ayudarles en problemas que tengan sus hijos, o para derivarlos a servicios sociales en caso que se considere necesario. Un contacto que el Govern quiere hacer, sobre todo, para poder "tener ojos" a la hora de determinar si los padres se hacen cargo de los menores, si hay que formarles para que les atiendan mejor, o si hay casos de maltrato infantil en los que se deban activar los servicios de tutela de menores.

Financiación

¿Cuanto cuesta todo esto? Esta, precisamente, es la pregunta que se hacen los ayuntamientos y consejos comarcales. Y es que, hasta el momento, los 'centres oberts' son competencia municipal. Por lo tanto, y es lo que consta también en los planes de la Generalitat, son ellos quien deberán financiar este nuevo servicio. "No tenemos este dinero, el Govern no puede estar desarrollando este nuevo modelo sin tener en cuenta que nosotros no tenemos más dinero para pagarlo", se quejan concejales de acción social de varios municipios del área metropolitana consultados por este diario. 

La Federació d'Entitats d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (FEDAIA) lleva meses insistiendo a los políticos que cuenten con una "asignación presupuestaria real para poder aplicar el modelo". Para la presidenta del ente, Elisenda Xifré, "el problema vendrá cuando nos pidan implementar este nuevo modelo, pero nadie se haga cargo de la factura". "Nosotros no lo vamos a implementar hasta que la Generalitat no aumente su partida en la asignación que nos da", responden, por ejemplo, fuentes del Ayuntamiento de Badalona. 

Un temor es el de la falta de la financiación, el otro, que entidades históricas tengan que cerrar. "¿Qué pasa si se abre un concurso público para hacer este servicio y la entidad que lleva 40 años en el centro abierto de ese barrio lo pierde?", se preguntan algunas entidades sociales que llevan años en los barrios más vulnerables del área metropolitana. Su financiación futura, y su plan estratégico se tambalea. "Tenemos mucho miedo", reconocen. 

Comarcas desatendidas

Según los documentos de la Generalitat a los cuales ha podido acceder EL PERIÓDICO, hay algunas comarcas de Catalunya con una elevada ratio de pobreza infantil, o desigualdad social, donde no hay ni un centro abierto. Preocupa el Alt Penedès, con una cuota de desigualdad de 9,6 puntos sobre 10 y donde menos de un 4% de niños de la comarca participan en los centros abiertos. En el Baix Empordà, los 'centres oberts' solo cubren al 1,8% de los menores , pero la desigualdad en el territorio es de 8,7 puntos. En el Alt Empordà la desigualdad es del 8,9, y los menores atendidos en estos programas no llegan al 4,5%. Mientras que comarcas como la Terra Alta, el Priorat o el Pallars Jussà y Sobirà tienen un 6,5 de desigualdad y no tienen ningún centro para niños en riesgo social.