La lucha por la igualdad

Las condenas a 'menores machistas' crecen un 38% en cuatro años

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Elisenda Colell

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El número de adolescentes condenados por delitos de violencia de género en Catalunya ha crecido un 38% en cuatro años. Si en el 2016 fueron 50 los menores condenados por alguna agresión machista, en el 2019 la cifra ascendió a 69, seis de los cuales fueron privados de libertad por la gravedad del delito, según datos de la Conselleria de Justícia. Expertos y entidades consultados por este diario remarcan la necesidad de crear una red de servicios preventiva para abordar las violencias incipientes en los adolescentes, romper el bucle en en el que pueden verse enzarzados con sus parejas y poder lograr las cero víctimas en el futuro. Algo para lo que aún falta: en el 2018 se registraron 196 delitos de violencia de género cometidos por menores.

"Si me dejas, me suicido". Este es un mensaje que durante varios días un chico menor de edad hizo llegar a otra adolescente que había sido su pareja y con quien también compartía instituto. Los docentes activaron las alarmas y acabaron derivando el caso ante los Mossos d’Esquadra, que no pudieron hacer otra cosa que aplicar una mediación para que el chico cesara las amenazas. "Nos gustaría haberle podido derivar a algún servicio para que pudiera trabajar su masculinidad y la violencia, pero es que no existe, en estos casos los chicos se pierden", reconocía la agente que gestionó el caso, hace pocos meses, en unas charlas sobre violencia machista adolescente que se celebraron en Terrassa. Se trata de que muestra la necesidad urgente de atender a los pequeños agresores, para evitar que ninguna mujer vuelva a ser víctima de la violencia machista.

Espiral de violencia

"Necesitamos tener ojos en todos lados, pero también servicios que los atiendan: de poco sirve que formemos a los docentes si luego no pueden derivar el caso con ningún experto que puede atajar esa espiral violenta de los chicos", sentencia Oriol Ginés, presidente de la asociación Conexus, especialista en tratar hombres agresores desde la prespectiva de género. En Catalunya, solo existen dos servicios públicos que se dediquen a tratar a jóvenes y adolescentes que puedan desarrollar algun tipo de violencia machista: el Servei d'Atenció a l'Home Jove (SAH Jove) del Ayuntamiento de Barcelona, y el Servei d’Atenció a l’Home Terres de l’Ebre (SAHTE ), un servicio de pocos meses de vida que nace como un "plan piloto" del Institut Català de les Dones.

"De poco sirve formar a los docentes si no pueden deriva el caso a un experto que ataje la espiral violenta de los chicos"

Oriol Ginés

— Asociación Conexus

"Recibimos peticiones constantes de otros municipios, incluso recuerdo un caso de Lleida", recuerda Francesc Alcobet, psicólogo del SAH de Barcelona. El año pasado atendieron a 20 jóvenes de 15 a 20 años, la mayoría nacidos en España que no habían sido denunciados. "No hay un perfil; lo que sí vemos es que hay jóvenes que necesitan tener el control de distintas situaciones, y el modo de hacerlo es a través de la violencia, ya sea física, psicológica o sexual", detalla Alcobet. En cuanto un chico se acerca, o alguna institución alerta de algún posible caso, los profesionales trabajan con el entorno, incluso acompañando al joven para responsabilizarse de lo ocurrido. Después, tratan de entender el motivo de ese comportamiento violento hacia las mujeres, para más tarde darles herramientas para relacionarse sin usar la violencia. "Los adolescentes tratan de afianzar su identidad, y muchos chicos usan el modelo imperante, el clásico hombre fuerte, y lo reproducen en sus relaciones; actúan en función de cómo quieren ser vistos y tratados", expone el psicólogo.

De la violencia filioparental a la de pareja

"La violencia es una espiral, si no se detiene, solo puede aumentar", señala Arantxa Herrador, responsable de la Fundación Raíces, especializada en violencia filioparental, un tipo de violencia que el año pasado registró más de 300 casos en Catalunya y que esconde una realidad de género. "Hemos visto que algunos de los chicos con los que trabajamos desarrollan también situaciones de violencia machista con sus parejas", sostiene Herrador. Por ello, han decidido habilitar un nuevo servicio para abordar también estas relaciones tóxicas entre los adolescentes. Porque, como confirma Herrador, "apenas" existen servicios que traten a los chicos que tienen comportamientos violentos. "Deberíamos poder evitar que estos delitos se llegaran a producir", señala Herrador. 

La Asociación Conexus también atiende a chicos de 14 a 25 años que ejercen violencia contra sus padres. Y Ginés sostiene que el 80% de ellos pueden desarrollar prácticas machistas en la pareja. En otros casos, sostienen varios especialistas, los adolescentes que someten a sus parejas han sufrido acoso en la infancia, o han vivido violencia machista en su hogar. 

El 80% de los jóvenes que pegan a sus padres pueden acabar desarrollando prácticas machistas en pareja

"Los jóvenes tienen relaciones muy cortas, y eso hace mucho más complicado detectar los casos, pero nos dimos cuenta de que debíamos abrir este servicio porque se estaba atendiendo a jóvenes adolescentes como víctimas, pero perdíamos a los agresores", sostiene Daniela Mansilla, coordinadora de la oenegé Atzavara, que ha abierto el servicio pionero en Tortosa. "Es muy necesario ayudar y acompañar a las víctimas, pero solo acabaremos con esta lacra cuando no haya más agresores", expone.