ciudades del futuro

La tecnología esboza una movilidad más segura, limpia y sin atascos

Un centenar de compañías muestran en el Smart Mobility Congress de Barcelona sus soluciones para los desplazamientos urbanos del futuro

Una de las asistentes al Smart Mobility Congress fotografía una maqueta, esta semana

Una de las asistentes al Smart Mobility Congress fotografía una maqueta, esta semana / periodico

Luis Benavides

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La movilidad del futuro ya está aquí. El Smart Mobility Congress (SMC) de la Fira Barcelona, en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), ha reunido esta semana a más de 100 compañías de todo el mundo, desde 'start ups' hasta multinacionales, con ideas para hacer mucho más seguros, sostenibles y en definitiva inteligentes los desplazamientos urbanos. Desde ‘apps’ colaborativas que indican el aparcamiento más cercano para evitar estar dando vueltas hasta paneles informativos que fomentan la combinación de diferentes transportes públicos, pasando por minibuses autónomos que no solo no contaminan, sino que limpian el aire. 

El tráfico rodado es el principal responsable de la polución en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, ambas advertidas por la Unión Europea por superar durante años los niveles de contaminación fijados. Un paseo por el SMC, una cita enmarcada dentro de la novena edición del Smart City Expo World Congress, que este año ha superado los 24.000 asistentes (un 15% más que en el 2018), ofrece soluciones de todo tipo, complementarias de medidas como la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona, que entrará en vigor el próximo 1 de enero del 2020 y con la que apenas se reducirá el 20%  de las emisiones. Queda mucho por hacer y tocará implantar otras medidas en las ciudades comprometidas con la salud de su ciudadanía, empezando por la electrificación de la flota de taxis y autobuses públicos, una asignatura pendiente en la que las administraciones implicadas han empezado a trabajar.

Minibús con filtro

¿Y si además de no emitir gases los vehículos limpiaran el aire? Eso sería un ‘win win’ en toda regla. Con esta idea, el operador de movilidad español Vectalia presentó en el salón el Streat Bus, un vehículo con capacidad como mínimo para 20 pasajeros, con la posibilidad de ser autónomo –en las ciudades que la legislación no lo permita se puede añadir un módulo para el conductor- y un gran módulo de filtro en el frontal. "No solo no contamina, sino que deja el aire limpio de partículas nocivas y de polen en suspensión encontrados en el aire durante su recorrido", subraya el director de márketing de la compañía, Andrés Pinate, quien también destaca la posibilidad de integrar en la parte trasera un casillero para dejar y retirar paquetes.  "Entendemos que en el futuro no deberían haber más vehículos autónomos repartiendo, sino que se pueden aprovechar los viajes. La movilidad del futuro será bajo demanda. Las miles de personas usuarias del transporte entrarán en un gran algoritmo y se desplazarán junto a los envíos", avanza Pinate.

La sostenibilidad de este modelo creado por esta empresa fundada en Alicante, que podría empezar a circular en 10 años por las calles (tardanza atribuible "sobre todo a la legislación, porque el software ya está creado), apunta Pinate, también es sostenible porque todas las piezas mecánicas e internas podrán ser impresas con una impresora 3D, lo que permite ahorrarse envíos y su consecuente huella de carbono.

‘Sharing’ y baterías de alquiler

Parte del sector automovilístico mostró su compromiso con esta lucha, la del cambio climático y la contaminación atmosférica como problema de salud pública. Es el caso de Seat, que presentó su nueva unidad de negocio Seat Urban Mobility, que integrará su plataforma de ‘carsharing’ Respiro (de momento solo presenta servicio en Madrid y L’Hospitalet), y su acuerdo con la empresa catalana Silence para la fabricación de motocicletas 100% eléctricas.

Los responsables de Silence, fundada hace ocho años en Molins de Rei (Baix Llobregat) y centrada en el sector de las motocicletas eléctricas, confían en revolucionar el sector de la electromovilidad gracias a sus baterías extraíbles y su modelo de suscripción.  Las baterías, que servirán para todos los modelos de la compañía, tienen un sistema tipo ‘trolley’ que permite mover sus 35 kilos con facilidad hasta una toma de corriente. La empresa también ultima  el despliegue de unas estaciones o ‘hubs’ de baterías para el próximo 2020, empezando por sus tiendas y lugares privados como aparcamientos de pago. "Los clientes de Silence no comprarían una batería sino que pagarían una suscripción, en la que pagas unos 20 euros al mes y tienes unas dos o tres cargas gratuitas, que son unos 300 kilómetros", ha avanzado el director general de la compañía, Carlos Sotero, convencido de las posibilidades de esta novedosa estrategia.

"Esto nos permitirá romper dos de las barreras más importantes que tienen los vehículos eléctricos ligeros: primero, la infraestructura de recarga, porque todos sabemos que a corto y medio plazo no habrá suficientes para cargar todos los vehículos eléctricos, y el coste del vehículo eléctrico, que hoy por hoy son más caros por la batería", añadió durante su presentación en el congreso.

Estaciones de recarga

Una idea similar, con baterías intercambiables pero para automóviles, fue presentada por la empresa Nio, fundada con capital chino hace cinco años con la idea de plantar cara a Tesla, su principal competidor. Actualmente unos 30.000 coches de esta marca, tipo SUV, circulan por territorio chino. "No se espera que llegue a Europa antes de dos años, principalmente por la infraestructura. La compañía apuesta por baterías intercambiables y las ‘Battery Swap Station’ -donde se cambian en unos pocos segundos- y no las cargas rápidas convencionales. Así, el cliente compra el coche y Nio se encarga de gestionar las baterías y ofrece una red de estaciones de baterías totalmente gratuitas", explica uno de los ingenieros encargado del diseño de la compañía, Aleix Fernández, un catalán afincado en Múnich, donde la empresa tiene sede.

El problema de la contaminación no se solucionará solamente con coches eléctricos y la electricidad es mucho más barata en China, admite Fernández, pero una sustitución de los vehículos contaminantes por estos 100% eléctricos mejoraría considerablemente la calidad de vida en las ciudades.

‘Apps’ y semáforos inteligentes

En la Fira de Barcelona también se presentaron semáforos bidireccionales, que no solo se limitan a mostrar los tres clásicos colores a peatones y conductores.  "La información sobre los semáforos llega a la aplicación y te permite ir enlazando los verdes sin acelerones que emiten malos humos. Te recomienda ir lento si vas a coger un rojo para no correr y luego esperar en el semáforo", explicaba en el estand de la compañía uno de sus responsables, Martin Ha. El modelo, que las ciudades interesadas ya pueden encargar a la compañía, también incluye unas luces proyectadas a las aceras. "Está pensada para mejorar la seguridad en las intersecciones, sobre todo aquellas situadas cerca de guarderías y escuelas. También sirve para la gente que camina mirando el móvil", añade Ha.

Un uso más habitual de aplicaciones como Easy Park, creada en el 2000, también puede servir para  muchas toneladas de CO2 al evitar dar vueltas y más vueltas en busca de aparcamiento. También se ahorra tiempo y dinero. Uno de los representantes de la ‘app’ en el congreso, David Castaño, subrayaba sus bondades a las personas interesadas: "Al poner el destino, la aplicación te lleva por la ruta más óptima y te indica el tiempo que tardarás en encontrar aparcamiento. El usuario puede valorar si le compensa ir en coche o quizá decida irse directamente a un aparcamiento de pago, pues de esta manera el usuario deja de dar vueltas, perder tiempo y contaminar. Al final gana toda la ciudad".

Esta aplicación -que actualmente funciona en Barcelona, Madrid, Tarragona y Albacete- ofrece una "tecnología predictiva" basada en la información ofrecida automáticamente por los propios usuarios y cruzada con un modelo estadístico propio.

Más información

Conocer al momento el estado de todas las líneas, tener los trenes a un par de ‘clics’ y disponer de información sobre afectaciones y retrasos. Todo esto y mucho más será posible con el nuevo panel informativo e interactivo de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), que será una realidad en el 2020. "Este quiosco está en fase de prueba; se están depurando las funcionalidades. Luego crearemos el prototipo e instalaremos uno de verdad para ponerlo a prueba", explicaba el director de Infraestructura de FGC, Albert Tortajada, quien puntualizó que estos paneles solo estarán disponibles, en principio, en las principales estaciones. "En las pequeñas es mejor apoyarse en sistemas personales como las aplicaciones", añadió.

En el estand de FGC también se podía ver cómo funcionaba uno de los tres simuladores que utilizan para entrenar a los nuevos conductores y reciclar a los titulados y su Ecocalculadora. Esta herramienta permite conocer y comparar el impacto medioambiental de un coche y un tren de FGC. "Busca sobre todo concienciar que el transporte público ayuda a mejorar la calidad de aire y combate el cambio climático, que si bien es conocido, esta Ecocalculadora lo hace más tangible. Desmonta ideas equivocadas como que el transporte público es caro. Si lo comparamos con el coste real, no el percibido, de moverse en coche, por ejemplo, realmente el ahorro es importante", asegura Tortajada. La ecocalculadora fue recientemente reconocida como buena práctica de responsabilidad social y sostenibilidad al estar alineada con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).