Espray pimienta y vallas nuevas para contener el otoño caliente de Catalunya

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Guillem Sànchez

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Los Mossos d'Esquadra afrontan las movilizaciones sociales en respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes independentistas con cambios significativos en su modelo de orden público. Han adquirido vallas y redes para reducir el contacto físico con los manifestantes más hostiles y avisan de que van a recurrir al espray de pimienta para dispersar a los más violentos. También abandonan la polémica maniobra del 'carrusel', que consiste en disolver altercados con conducciones agresivas de furgoneta.

Fuentes de la Brigada Mòbil (Brimo), la unidad de antidisturbios de la policía catalana, subrayan que antes de que entren en acción los instrumentos de represión la estrategia será siempre la de agotar todas las vías existentes de mediación para evitar el choque con los manifestantes. Sin embargo, el contexto que se avecina tiene todos los ingredientes para que estos se hagan inevitables. Si la sentencia se conoce el 11 de octubre, una de las fechas que se barajan, las movilizaciones de protesta llegarían al día siguiente, 12 de octubre, el Día de la Hispanidad, lo que agravaría la situación dado que esa también es una jornada reivindicativa para manifestaciones de signo contrario. "Tomaremos todas las precauciones para evitar que independentistas y unionistas se encuentren", aclaran.

Espray de pimienta

Para los expertos en orden público, la gestión de estos acontecimientos dio un giro con el movimiento 15-M de los indignados porque quedó demostrado que la sociedad catalana no estaba dispuesta a tolerar imágenes de cargas como las que se vieron durante el desalojo de la plaza de Catalunya en mayo del 2011. Se complicó un poco más con la resolución del Parlament que prohibió las pelotas de goma. Y enloqueció con los teléfonos móviles con cámaras de vídeo y las redes sociales donde se divulgan secuencias fragmentadas de actuaciones que generaban polémicas difíciles de combatir.

Los Mossos cuentan con un sistema de megafonía a través del que dan varios avisos antes de cargar y graban todas sus actuaciones para disponer de pruebas gráficas. Pero sin las pelotas de goma, que permitían dispersar a distancia, tienen que entrar en el cuerpo a cuerpo favoreciendo imágenes que siguen indignando a la sociedad. Emulando lo que hacen policías del resto de Europa, la catalana avisa de que va a comenzar a usar más el espray de pimienta y menos la porra para golpear. La explicación es sencilla: las lesiones con la porra abundan, sobre todo las fracturas de muñecas y dedos porque los manifestantes se protegen con la mano cuando intuyen el impacto de la defensa. El espray de pimienta, una disolución de agua a una concentración muy elevada de esta especie picante, no deja heridos.

Sin embargo, advierten, provoca una sensación de ahogo "muy angustiosa" e irrita las mucosas de ojos, nariz y boca durante minutos. Para sacudirse los efectos de una rociada de este espray basta lavarse la cara con agua, aconsejan. Y piden a la sociedad que no se alarme en exceso cuando lo usen –"selectivamente contra manifestantes violentos dado que el espray permite apuntar"– porque es menos lesiva que las porras y es el recurso más habitual en el resto de Europa. 

Vallas nuevas y red metálica

La dirección general de la policía catalana ha llegado a un acuerdo con una empresa fabricante de vallas desmontables específicas para algarabías. Son módulos que se pueden conectar formando un muro de unos 150 centímetros de alto que montarán en concentraciones conflictivas que conozcan con una antelación superior a 24 horas. El objetivo es distanciar a los manifestantes hostiles. Actualmente son los propios antidisturbios quienes deben formar una barrera física ante ellos y ese "contacto estático" es el que más tensión genera porque les increpan o lanzan líquidos, substancias u objetos más contundentes.

El muro desmontable está agarrado a una plataforma que hace imposible que los alborotadores puedan levantarlo. A diferencia de lo que sucede con las clásicas vallas amarillas cosidas con bridas, que a veces acaban convirtiéndose en un arma que lanzan poniendo en riesgo tanto a policías como a manifestantes. Esta pared tiene otra virtud: cuenta con puertas que los antidisturbios pueden abrir desde su lado para intervenir de urgencia si la situación lo requiere, también a diferencia de las vallas clásicas, que aíslan completamente los dos sectores.

Para cuando no resulte posible actuar con tanta antelación, la dirección general está a punto de cerrar el alquiler de una red de hilo metálico que los antidisturbios podrán desplegar y recoger con celeridad sin necesidad de terceros –la nueva valla la monta y desmonta una empresa–.

Todavía en estudio, la Brimo podría comprar un foco de luz potente para nublar la visibilidad de los manifestantes durante la noche. Se trata de una idea que, admiten, surgió de la prensa, al observar cómo ciegan los focos de las cámaras de televisión. 

Supresión del carrusel

No está descartado al 100% que la Brimo use en el futuro la técnica del 'carrusel' para dispersar. Pero fuentes policiales aseguran que la posibilidad de que vuelva a usarse es remota. "Se ha hecho autocrítica, se han valorado los riesgos que entraña la maniobra, se ha tomado consciencia de que si se produjeran heridos por atropello serían muy difíciles de explicar y se ha llegado a la conclusión de que hay otras medidas mejores". La conducción agresiva de furgonetas para asustar a manifestantes, cruzando a escasos centímetros de estos a gran velocidad, es un recurso que los Mossos han usado en situaciones conflictivas y cuando los disturbios se han descontrolado, como en octubre del año pasado en Barcelona. "Para trasladar a los agentes de un punto a otro sí que seguiremos usando las furgonetas pero la diferencia es que ahora no se utilizará el vehículo como un elemento disuasorio", matizan.

Los acontecimientos que se prevén para este otoño, según va recogiendo la Comisaría de Información, no serán "fáciles" de afrontar. Pero, por el momento, a los Mossos no les consta que el Cuerpo Nacional de Policía o la Guardia Civil hayan previsto enviar antidisturbios a Catalunya. La colaboración con ambas fuerzas de seguridad "es mucho mejor que hace dos años", en alusión al enfrentamiento que se vivió durante el referéndum del 1-O, y, aunque es posible que estas dispongan agentes propios para la protección de sedes estatales, lo harán de forma consensuada con los Mossos. Los tres cuerpos tendrán representantes en el CECOR, el gabinete desde el que se gestionará cada manifestación.