Carta abierta a los candidatos a la presidencia del Gobierno

Niños clase Save the Children

Niños clase Save the Children / Alba Lajarín

GABRIELA JORQUERA. SAVE THE CHILDREN

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Estimados candidatos,

Supongo que estaréis en unos días frenéticos. Las campañas electorales deben ser agotadoras para quienes las protagonizáis. También para quienes las presenciamos, os lo imaginaréis. Si me atrevo a escribiros es porque quiero trasladaros una información que alguien que aspire a gobernar debe conocer y tener en cuenta: la sociedad a la que aspiráis conquistar quiere que os ocupéis de la pobreza infantil. 

Según los resultados de la encuesta que Save the Children acaba de publicar, y que ha realizado en colaboración con 40dB, el 84% de la ciudadanía cree que la pobreza infantil es un problema importante. ¿Diríais que, en vuestros discursos y en vuestros programas se refleja esta gran preocupación por la pobreza infantil? No sólo eso, 8 de cada 10 personas piensan que la pobreza infantil debería ser una prioridad para el futuro Gobierno. Sea cual sea la coalición o el partido que vaya a gobernar durante la siguiente legislatura debería tener muy presente que la ciudadanía le está haciendo un encargo. Os está haciendo un encargo. 

Los resultados demuestran que no solo hay una enorme sensibilidad con este problema, sino que también hay compromiso: el 57% de las personas encuestadas se declaran dispuestas a pagar más impuestos si fueran destinado a la lucha contra la pobreza infantil. 

Y esto es perfectamente comprensible cuando vemos que una parte de la ciudadanía ha tenido que renunciar o ha enfrentado dificultades importantes para, por ejemplo, llevar a sus hijos e hijas al dentista o al oculista (18 y 12%), financiar el comedor escolar (16,4%), realizar las actividades extraescolares (24,8%), pagar el refuerzo educativo o la atención psicopedagógica que sus hijos han necesitado (16,3%) o costear las vacaciones (40,2%). 

Creo que es importante que sepáis que, además, el 73% de la población piensa que salir de la pobreza no depende sólo del esfuerzo individual y, por tanto, es imprescindible la intervención del Estado y/o la comunidad autónoma. Sin embargo, ambos suspenden en la valoración que hacen los ciudadanos de las políticas públicas puestas en marcha, con un 3 de media. 

La ciudadanía muestra una enorme preocupación por la pobreza infantil, y tiene todo el sentido del mundo. Sabemos que la pobreza infantil es uno de los grandes retos en el conjunto del Estado. España es el tercer país con la tasa de pobreza más alta en Europa, tras Bulgaria y Rumania, y el que menos capacidad tienen para reducir la pobreza infantil. Hemos mantenido, aún en las épocas de crecimiento económico, unas tasas de pobreza infantil llamativamente altas. Desde que medimos este indicador, la tasa de pobreza infantil más baja que hemos registrado fue en el año 2004, con un 25% de niños y niñas en riesgo de pobreza. Nuestro mayor logro es haber conseguido, hace 15 años, que solo uno de cada cuatro menores de 18 años esté en riesgo de pobreza; mucho mejor, sin duda, que el máximo histórico en 2014, en el que un 30% de niños y niñas se encontraron en riesgo de pobreza.

En este momento, 2,2 millones de niños y niñas viven y crecen en pobreza. Y para la mayor parte de la sociedad, esta es una situación inaceptable, y ante la cual demanda la acción contundente del Estado. Hay políticas que cuentan con un alto nivel de apoyo como, por ejemplo, la universalización de las escuelas infantiles de 0 a 3 años, con un 90%, o la mejoría en la atención de la salud visual y bucodental (89,2%). El aumento de la prestación por hijo a cargo cuenta con un 77,5% de apoyo. Además, un 23,5% de la población cree que debería ser de 100 euros mensuales y un 37,4% que debería ser más de 100 euros mensuales.

Ya veis. Es un tema que importa a gran parte de la población. Los ciudadanos están dispuestos a pagar más impuestos para lograr acabar con este problema. La sociedad valora y apoya algunas políticas concretas, muchas de las cuales no aparecen en vuestros programas. Escuchad lo que os dicen los ciudadanos. Ahora, queridos candidatos, la pelota está en vuestro tejado.