UN GRAN DESCONOCIDO DEL SISTEMA SANITARIO

La incontinencia fecal: un mal invisible (pero con solución)

Médicos y pacientes piden que la Sanidad Pública financie un sistema para vaciar el intestino y controlar las heces

El doctor López Pereira (derecha), junto a varios pacientes que sufren incontinencia fecal, en las ede madrileña del Consejo General de Enfermería

El doctor López Pereira (derecha), junto a varios pacientes que sufren incontinencia fecal, en las ede madrileña del Consejo General de Enfermería / periodico

Olga Pereda

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Nadie habla de ella, pero la incontienecia fecal existe. Y destroza la vida de los que la sufren: lesionados medulares y enfermos de determinados tipos de cáncer. Los laxantes y las dietas no son suficientes para poder hacer una vida normal: salir a la calle, hacer la compra, quedar con amigos, ir al cine... El sistema de irrigación transanal con el que vaciar el intestino periódicamente ha cambiado la vida de muchos pacientes, que experimentan un antes y un después. 

Terreno de nadie

El sistema de irrigación -apto para lesionados medulares, enfermos de cáncer de recto o colon, Parkinson, niños con espina bífida o con la enfermedad de Hirschsprung (un trastorno congénito del colon)- es todavía el gran desconocido del sistema administrativo y sanitario. Tiene un coste de unos 300 euros al mes y solo cuatro comunidades lo financian (Euskadi, Madrid, Murcia y Comunidad valenciana) mientras que Catalunya ha optado por el copago. Es una técnica que necesita el asesoramiento de médicos y enfermeros porque el paciente tiene que aprender a manejarlo. Sin embargo, pocos profesionales sanitarios están formados en incontinencia fecal. “Durante muchos años nos hemos centrado en la incontinencia urinariaLa disfunción intestinal es un territorio de nadie. El cirujano opera y soluciona el problema. Pero luego no sabe a qué profesional enviar a su paciente. En los hospitales empieza a haber unidades, pero hay escasez de profesionales suficientemente formados”, denuncia Pedro López Pereira, cirujano pediátrico en La Paz (Madrid).

Reunidos en el Consejo General de Enfermería, médicos y pacientes piden a la Administración que todos los pacientes “accedan en igualdad de condiciones a las distintas opciones terapéuticas disponibles”, incluida la irrigación trasanal. “Puede que sea un tema que no afecte a mucha gente, pero hablamos de un problema muy importante y es fundamental entenderlo. Son pacientes que permanecen invisibles y no encuentran solución porque no hay especialistas que les ayuden. Cuando una persona defeca con normalidad no le da importancia a ese aspecto de su vida. pero cuando se pierde el control el impacto es enorme”, explica Eva García Peña, enfermera y psicóloga especializada en incontinencia fecal en el hospital Clínico de Valencia.

Paciente de cáncer de recto

Francisco Javier Jurado ha superado un cáncer de recto. Le extirparon el ano y se sometió a quimioterapia y radioterapia. Dejó de tener células cancerígenas detectables. “Me dijeron que estaba curado, pero no podía vivir. Me cagaba por todos lados. Podía hacer 25 deposiciones al día. Me dijeron que aguantara y que esperara, que llevara pañal. Me salvaron la vida pero para esto nadie me daba una solución”. Francisco Javier, enfermero de profesión, decidió investigar por su cuenta y pelear para que en su centro de salud, en Málaga, le financiaran el sistema de irrigación, que consta de sondas desechables, una bolsa para el agua y una unidad de control. “No es infalible y tienes que seguir pautas de alimentación, pero te cambia la vida. Puedes salir, trabajar o viajar. Te da confianza y tranquilidad”, concluye.