El Congreso ultima la ley de muerte digna, que no tendrá sanciones específicas

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Patricia Martín

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Un año y nueve meses después de que el Congreso admitiera a trámite la proposición de ley impulsada por Ciudadanos destinada a homogeneizar y regular los cuidados paliativos en España, la llamada ley de muerte dignaley de muerte digna está bastante cerca de ver la luz. La comisión de Sanidad aprobó este martes el texto acordado en ponencia (con las abtenciones del PNV y ERC por motivos competenciales) y que reconoce derechos y garantías en el proceso final de la vida, como el rechazo a tratamientos encarnizados y que alargan artificialmente la vida, a expresar los últimos deseos en un testamento vital y a morir en la intimidad personal y familiar. El proyecto pasará ahora al pleno y de ahí al Senado para su aprobación definitiva. 

Aunque la norma cuenta con un apoyo mayoritario, han sido necesarias decenas de reuniones de la ponencia para debatir la incorporación al texto de las más de 160 enmiendas presentadas. De hecho, a la comisión de Sanidad llegaron vivos algunos escollos, como el que hace referencia a las sanciones. Cs quiere que la norma incorpore castigos a los médicos o a las administraciones que incumplan los derechos reconocidos, para dar poder "coercitivo" a la ley. Sin embargo, el PSOE ha sostenido desde el primer momento que no era necesario y finalmente se ha llevado el gato al agua. Este martes presentó una enmienda que establece que las infracciones queden sometidas al régimen sancionador previsto en las 10 autonomías con legislación en esta materia (Catalunya no la tiene) o a la ley general de sanidad, sin perjuicio de la responsabilidad civil o penal. La enmienda salió aprobada con los votos de Podemos, los partidos nacionalistas y el voto en contra de PP y Cs. 

La actitud del PSOE provocó un gran enfado en Ciudadanos, que acusó a los socialistas de facilitar que no haya sanciones estatales como moneda de cambio a ERC, el PDECat y el PNV para "mantenerse en el Gobierno". El partido naranja avisó de que esta situación quizá le haga replantearse su apoyo a la ley de eutanasia, que promueven los socialistas, está en fase de enmiendas y hasta ahora solo había contado con la oposición frontal del PP.  

La diferencia con la eutanasia

La diferencia fundamental entre una y otra ley es que la referida a la muerte digna está dirigida a personas en su etapa final de la vida, a las que se intenta acortar la agonía, mientras que la de la eutanasia, de entrar en vigor, podrá solicitarla cualquier enfermo con un sufrimiento "insoportable", que no se valga por sí mismo, pero sin que sea necesario que se encuentre en la fase final o sufra una dolencia terminal

Si para sacar adelante la ley de muerte digna, que cuenta con el apoyo de todos los grupos -salvo los nacionalistas por cuestiones competenciales y no de fondo-, han sido necesarios casi dos años de debates, la regulación de la eutanasia puede que no vea la luz esta legislatura, haya o no un adelanto electoral, y más si el PP hace piña con Cs para bloquear la tramitación, como ha hecho con otras normas. Por ello, el PSOE afeó al partido naranja que haga un "chantaje legislativo" con el que "demuestra no tener una posición clara" en torno a la eutanasia. 

Aportaciones de todos

Su portavoz de Sanidad, Jesús María Fernandez, precisó además que la ley de muerte digna "no es la puerta de entrada a la eutanasia", como algunos grupos conservadores quieren hacer ver a la sociedad, porque se trata de dos regulaciones "diferentes". 

Pese al encontronazo por las sanciones, la mayor parte de los grupos se felicitaron de que la norma se abra por fin paso y con aportaciones de todos los partidos. 

El portavoz de Ciudadanos, Francisco Igea, subrayó que se trata de una ley "necesaria" porque, pese a las regulaciones autonómicas, se calcula que 50.000 personas mueren al año sin cuidados palativos.