Estimado equipo de Gobierno

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niños / Alba Lajarín

FERNANDO CARRUESCO. SAVE THE CHILDREN

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Son el primer equipo de gobierno con mayoría femenina. Son uno de los equipos de gobierno con mejor cualificación técnica. Pueden ser también el primer equipo de gobierno que ponga a la infancia como prioridad. Cada uno de ustedes tiene la llave para cambiar la vida de toda una generación.

Estimado Pedro Sánchez, estimada Carmen Calvo, presidente y vicepresidenta del Gobierno, pongan a los niños y las niñas como la prioridad más importante. Ustedes saben que proteger a la infancia es la única garantía de un futuro mejor para todos. Lo acaban de demostrar, ofreciendo nuestros puertos para los 600 migrantes a bordo del ‘Aquarius’, y lo pueden certificar acogiendo y protegiendo a los 123 niños y niñas que viajan solos a bordo de ese barco. La igualdad también significa tener derecho a las mismas oportunidades sin importar tu lugar de nacimiento.

Estimado Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior, asegure que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dedican sus esfuerzos a proteger a todos los niños y niñas que pisan territorio español, especialmente a aquellos que se ven obligados a abandonar sus países de origen y venir en condiciones miserables en busca de un futuro mejor. No son delincuentes. No son terroristas. Son niños, y como niños necesitan protección.

Estimado Josep Borrell, estimada Margarita Robles, ministro de Asuntos Exteriores, ministra de Defensa, sólo seis países de la Unión Europea aportan menos que España a desarrollo y cooperación internacional. Pueden pasar a la historia como los ministros que cumplieron la petición de la ONU, dedicando el 0,7% del PIB a la ayuda al desarrollo. Ayudemos a los niños y niñas de Siria, a los Rohinya, que han visto cómo cada bomba, cada ataque, les arrancaba poco a poco la infancia. También a la infancia en Mauritania, víctimas de una larga crisis alimentaria que pasa por uno de sus peores momentos. O a los niños y niñas que no pueden serlo, atrapados por la violencia en el triángulo norte de Centroamérica.

Estimada María Jesús Montero, ministra de Hacienda, usted puede terminar con la pobreza infantil. Cuatro mil millones de euros y una reforma del sistema de retribución garantizan recursos económicos a las familias con hijos más desfavorecidas. Esto supone brindar un futuro y dar la posibilidad de desarrollarse a miles de niños; pero también es una inversión: esos niños tendrán mayores posibilidades de terminar sus estudios, de encontrar mejores empleos, de aportar más a la sociedad y garantizar la sostenibilidad del mismo. Ganamos todos.

Estimado Màxim Huerta, ministro de Cultura y Deporte, más de un 23% de los menores en España tiene sobrepeso, y este dato es más grave entre la infancia más pobre. Debemos establecer políticas de concienciación que empiecen en la familia, fomentar el deporte y la vida saludable como parte de su educación y su salud.

Estimada Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, en España sigue habiendo niños que pasan frío en invierno. La pobreza energética afecta a uno de cada diez hogares en España, una cifra que sube a uno de cada seis si hablamos de hogares monoparentales con hijos. Es un problema que afecta más a las familias pobres, pero también un factor que puede generar pobreza en familias con una situación económica apurada.  

Estimada Carmen Montón, ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, usted apoyó públicamente nuestra petición por una Ley que terminara por fin con la lacra de la violencia contra la infancia. Y ahora la decisión de impulsar esa regulación está en su mano. Confiamos en usted y en su palabra. Nosotros y todos los niños y niñas que sufren acoso, abusos sexuales o cualquier forma de violencia que marca su vida para siempre.

Estimada Magdalena Valerio, ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, vemos a diario en suelo español a niños y niñas viviendo en la calle. Es la infancia en movimiento, aquellos que, antes de cumplir la mayoría de edad, se ven obligados a dejar atrás a su familia y huir de su país, de su casa, de sus amigos. España está olvidando que su obligación con estos niños es acogerles y darles, al menos, una oportunidad de lograr una vida mejor. Su sitio no es la calle, ni centros masificados, ni pruebas de dudosa valía para conocer su edad.

Estimada Dolores Delgado, ministra de Justicia, proteger a la infancia implica garantizar que los jueces y tribunales son especialmente sensibles cuando hay un niño o una niña implicado, como víctima y también como infractor. Trabajemos juntos por construir un sistema judicial más adaptado a sus necesidades y a su realidad; que no les obligue, por ejemplo, a revivir una historia desagradable repetidamente o a encontrarse cara a cara con su agresor.

Estimada Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional, la educación es la herramienta más eficaz para romper el círculo de la pobreza infantil. La tarea ahora es garantizar una educación pública y universal de calidad para todos los niños. No podemos permitir que, a día de hoy, un 19% de los niños abandonen de forma prematura sus estudios. Tampoco deberíamos aceptar ser el sexto país con la tasa más alta de segregación escolar en Europa, con un sistema que separa a los ricos y a los pobres en distintos colegios. Pongamos, por fin, el foco en el largo plazo. Trabajemos juntos para implementar soluciones y aumentar los recursos.

Estimados ciudadanos, también depende de nosotros que España se convierta en un país que valora y cuida a sus futuras generaciones. Investiguemos acerca de la parentalidad positiva, dejemos que nuestros hijos e hijas se expresen libremente y participen, ayudemos a aquellos que no tienen tanta suerte, reflexionemos antes de caer en estereotipos y prejuicios. Luchemos. Juntos. Por ellos.

Atentamente,

8.339.843 millones de niños y niñas españoles, el 18% de la población. Los que no votan. Los olvidados.