CAMBIOS EN LA ATENCIÓN DE LAS VÍCTIMAS

Los expertos alertan de que los agresores sexuales "se han modernizado"

Los violadores han variado el modus operandi empleando drogas y nuevas tecnologías

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Teresa Pérez

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Los agresores sexuales "se han modernizado, se han adaptado a los nuevos tiempos", aseguran los especialistas que 'rescatan' a las víctimas de los efectos perversos de una violación. El objetivo de la agresión sigue siendo el mismo y también las lesiones físicas y psíquicas que causa, pero no el modus operandi, con agresiones mediante el suministro de drogas, suplantaciones de identidad, acoso cibernético…

En cualquier caso, el 'shock' que sufren las víctimas es tan brutal que las especialistas de la Associació d'Assistència a Dones Agredides Sexualment (AADAS) aconsejan presentar la denuncia tras haber descansado para que las imágenes y los hechos no se desdibujen debido a un discurso poco hilvanado provocado por la experiencia traumática. El perfil de mujer agredida es idéntico, pero la dosis de coraje frente a la adversidad se ha transformado: ha roto su silencio, ya no calla. Psicólogas, colectivos feministas, abogadas y médicos analizan los cambios.

La abogada María Luz García, especialista en derecho penal, violencia doméstica y familia, tiene claro que las drogas y el alcohol "influyen porque ayudan a un agresor enfermo a desinhibirse y a no controlar los impulsos, pero estas sustancias tóxicas no son la causa del delito". Asegura que, en su trayectoria profesional se ha encontrado "a más personas enfermas que a criminales. Enfermos que por más años que pasen en prisión no se curan". Personas como Gregorio Cano Beltri, 'el violador de la Verneda', que tras pasar 20 años en la cárcel acaba de salir aunque los responsables de su tratamiento en Can Brians han reconocido que no está rehabilitado y que su riesgo de reincidencia es importante.

Aumento y juventud

Sobre la vergonzosa violación de los cinco miembros de ‘La manada', García reconoce que "los condenados individualmente y por separado no son agresores, pero sí lo son en grupo porque tratan de demostrar que son poderosos". La violencia sexual con tantos agresores, como ha sucedido con 'La manada', no es habitual, pero "no es excepcional que haya más de un agresor en estos delitos", alerta Manel Santillà, presidente de la comisión de violencia interfamiliar y de género del Hospital Clínic, centro sanitario de referencia de la ciudad de Barcelona para estos casos. El experto confirma "un aumento importante" de las mujeres agredidas. Así, el año pasado atendieron a 302, en el 2016 fueron 278 y en el 2015 un total de 248. Santillà asegura que se desconoce el porqué de este incremento, pero si hay que buscar una explicación quizá esté en que las mujeres han roto el silencio frente a las agresiones. "Ya no se callan y, además, se encuentran más arropadas socialmente", explica el médico. "Hace unos años -recuerda Santillà- a las mujeres se les culpabilizaba por la agresión", como algunos han hecho en el caso de 'La manada'. 

Este experto valora el cambio producido: "Hay mucho camino por recorrer, pero se ha recorrido camino. La prueba de ello son las cifras de mujeres atendidas". La mayoría de las víctimas, concretamente el 75%, son chicas muy jóvenes, entre los 18 y los 30 años. El 54% tiene una edad que oscila entre 18 y los 25 años y el 20%  entre 26 y 30 años.  

Santillà revive en qué estado llegan las víctimas a las urgencias del hospital donde les realizan el primer control, siempre acompañadas por tres especialistas médicos (psiquiatras, ginecólogos e infecciólogos). "Lo primero que llama la atención es el dolor que reflejan las caras, el sufrimiento. Llegan en situación de 'shock', en muy mal estado, con ansiedad y angustia", según el experto. Esto ocurre en la primera fase. Posteriormente "les suceden muchas cosas", concreta. La mayoría no requieren ingreso hospitalario, y tras permanecer en el centro unas tres horas, ya se pueden ir a casa "siempre con tratamiento para que no contraiga enfermedades y para mermar la ansiedad que sufrirá", concluye.