juicio

El sicario acusado de asesinar al novio de la narco Tania Varela regresa al banquillo

Vanesa Lozano

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Fue miembro de la Brigada Paracaidista del Ejército de Tierra. Miguel Ángel Durán Abad, de 36 años, pudo adquirir allí destreza en el manejo de armas y otras maniobras militares que, años más tarde, la noche del 18 de diciembre del 2008, le sirvieron para ejecutar con éxito en pleno centro de Madrid al abogado Alfonso Díaz Moñux, conocido por ejercer la defensa de narcotraficantes como Sito Miñanco y el hijastro de Laureano Oubiña, David Pérez Lago. Estas son las conclusiones iniciales presentadas por el fiscal, que pide 24 años de prisión para Durán, en la primera sesión del juicio que arrancó el lunes en la Audiencia de Madrid y en el que está previsto que declare la narcoabogada Tania Varela, detenida el 26 de marzo por los Mossos d’Esquadra en Sitges tras permanecer casi cinco años fugada.

Vigilado durante meses

Moñux y su entonces pareja, Varela, volvían a casa después del trabajo la noche del crimen y se disponían a entrar en su garaje cuando dos encapuchados se aproximaron al Mercedes que conducía el abogado y uno de ellos le descerrajó dos tiros en la cabeza. La mujer, a la que la víctima conoció cuando ella todavía era novia del hijastro de Oubiña, contaría luego que ella salvó la vida porque justo en el momento del asesinato, agachó la cabeza en el asiento del copiloto para coger las llaves de su bolso, pero lo cierto es que quienes acabaron con la vida de Moñux, lo hicieron por encargo y el macabro recado solo incluía una víctima.

Así lo declaró uno de los ocho detenidos (cuatro colombianos y cuatro españoles) a los que la policía consiguió identificar y localizar durante la investigación: "Me ofrecieron 60.000 euros por darle la vueltica. Quien me lo propuso me dijo que había que matarlo rápido", explicó un colombiano. La policía encontró en su domicilio un dosier con el seguimiento que la trama practicó a Moñux los meses anteriores al asesinato.

Ante el juez, el fiscal describió este lunes la muerte del abogado como "la crónica de una muerte anunciada". Antes de morir, la propia víctima se había percatado de que estaba siendo vigilada y contactó con la policía hasta seis veces en un año para denunciar amenazas. Ninguno de los sicarios delató a quien hizo el encargo, solo Varela señaló, antes de esfumarse, al entorno de su expareja, Pérez Lago, y también a una mafia colombiana. "Son todos los que están, pero no están todos los que son", subrayó el abogado de la acusación Jaime Sanz de Bremond durante la sesión del lunes. Las otras dos acusaciones, representadas por los abogados José Antonio Tuero y Manuel Alonso, coincidieron con su afirmación.

Un jurado popular declaró culpables a los ocho detenidos en el 2013, incluido el ahora acusado Miguel Ángel Durán, que fue condenado a 23 años de cárcel en el 2014. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid anuló luego el juicio y ordenó repetirlo, circunstancia que Durán aprovechó para huir de España. Lo hizo solo unos meses después de que la única testigo ocular del asesinato, Varela, se fugara tras ser condenada a siete años de prisión por tráfico de drogas y blanqueo de capitales.

Luchador de 'vale tudo'

La huida hacia delante de ambos fugitivos terminó también casi a la vez. La de la mujer, hace unas semanas, en la costa del Garraf, donde vivía con su hija. La del hombre que, según el fiscal, apretó el gatillo contra el abogado Moñux, acabó el pasado febrero, cuando fue extraditado desde Brasil, donde se ganaba la vida como luchador de 'vale tudo', un arte marcial que, como su propio nombre indica, permite una gran variedad de golpes y del que, cuando se produjo el asesinato, ya era profesor en un gimnasio de la localidad madrileña de Fuenlabrada llamado El Club de la Lucha. Su destreza en combate le valió el apodo de 'el Animal' entre algunos de sus alumnos y familiares.

La policía cree que tras su huida, Durán "se confió e hizo su vida en Río de Janeiro junto a una mujer brasileña, pensando que nunca le encontrarían", sobre todo después de que las otras siete personas que fueron detenidas junto a él por matar a Moñux fueron condenadas en un segundo juicio, celebrado en el 2015, del que él, entonces en su escondite brasileño, se libró.  Tan seguro se sentía de que ya no darían con su paradero que participó en varios combates, retransmitidos por cadenas de televisión brasileñas, realizando entrevistas tras algunas de sus victorias.   

Su perfil dista mucho del que su abogado presentó el lunes en sala judicial: "Miguel Ángel Durán no es un sicario, es padre de dos hijas y una persona deportista", señaló durante su intervención el letrado, que apostilló: "El deporte le lleva a hacer el bien". La investigación le sitúa como "uno de los brazos ejecutores de la sección española de la trama" que mató al abogado en el 2008. La policía ubicó su teléfono y el de otro español en el lugar y momento de los hechos. La justicia dio por probado que los otros dos españoles, cuyos teléfonos móviles posicionaron en el despacho de Moñux minutos antes del crimen, fueron los encargados de avisar con una breve llamada a sus colegas, que ya esperaban en el domicilio de la víctima, de que el letrado y su pareja salían del trabajo y se dirigían a su casa. El tiro y la misión de "bajarse al abogado" quedaron así asegurados.