SUERTE EN EL CAMPO DE LA GRAMA

"Es mucho dinero para gente pobre"

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Antón Rosa / Teresa Pérez

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Cristina Gallego, mamá de un niño que juega en el estadio de la Fundació Esportiva Grama de Santa Coloma, ha aparecido este viernes con aire despistado a la puerta del campo de fútbol al ver un remolino de gente y cámaras de televisión. "Pensaba que a lo mejor estaba Messi", afirma con desparpajo y sonoras risas. En un ¡plis, plas! cogió el móvil y contactó con su padre.

Su alegría se desbocó porque la familia Gallego, como quien no quiere la cosa, llevaba 8 décimos en participaciones del número 6.914, el tercer premio del sorteo de la Lotería de Navidad. En total 400.000 euros, lo mismo que si le hubiera tocado un décimo del Gordo. Y Luisa, la titular del bar de la 'Grama', en las instalaciones del club, había repartido 20 boletos ganadores, pero ella no acudió a la celebración porque durante la madrugada habían entrado en el local y se habían llevado botellas. 

La joven Cristina no daba crédito a su fortuna. "!No me lo creo, no me lo creo!, repetía. Y a continuación soltó la frase que pronuncian los agraciados: "El dinero lo destinaré a pagar agujeros". No cesaba de dar las gracias a Àlex, el entrenador, por haberle insistido a su padre para que le comprara los tres últimos boletos que le quedaban. Cristina advertía a todos los que le querían oír que iba a viajar a todos los lados y daba, en voz alta, toda una lección de geografía con destinos exóticos.

Diagonal Mar

El número premiado procede de la administración de loterías del centro comercial Diagonal Mar de Barcelona, cuya propietaria es Anabel Morales, hija de Antonio, el presidente de la Fundació Esportiva Grama. El responsable del club estaba exultante porque los euros han ido a parar "a gente humilde, con una necesidad imperiosa". La insistencia tiene premio porque llevan seis años jugando al mismo número. 

Uno de los 20 décimos lo compró Ana Guirao, mamá de Jesús, uno de los jóvenes futbolistas de la entidad deportiva. La mamá adquirió el 6.914 al ver que lo compraba Patri, otra progenitora con la que tomaba café una tarde esperando que sus hijos dejaran de darle al balón en el campo de fútbol.

Ana, con los ojos llorosos, tenía muy claro a qué dedicará los 50.000 euros que le han tocado. "Le compraré un coche a mi marido, que es camionero y todos los días me lo pide", dice. Jesús Infantes ha rechazado de momento la oferta de su pareja. "Primero la hipoteca", ha dicho. "Es mucho dinero para gente pobre", ha sentenciado. Jesús trabajará la noche del viernes llevando un camión con paquetería a Zaragoza. "Trabajaré pero con otra alegría", dice.

Jesús, de lágrima fácil como su mujer, congregó a la puerta del club a toda su familia. Incluso a su sobrino José Antonio Gervilla lo sacaron del colegio para celebrar la llegada del dinero. Comparon botellas de cava para repartir y Jesús, con la generosidad propia de la gente humilde, fue al coche y sacó una caja de bombones y dos de polvorones que formaban parte de su aguinaldo. Pese a la alegría exterior, la familia sufría por dentro porque el padre de Jesús "está muy malico", aseguraban.

El padre de Kenneth Giner, jugador del Juvenil A de la 'Grama', también tiene un décimo. Y reclama su parte: "Si no me da algo, ¡se va a enterar!", bromea. Giner, de 18 años, asegura que otro compañero también llevaba un boleto "pero no quiere que dé su nombre", aclara. 

Lágrimas de alegría

Los millones también regaron el centro comercial de Diagonal Mar en Barcelona. La administración de lotería del centro comercial ha vendido 41 series del tercer premio que, traducido en dinero, son 20,5 millones de euros. El viernes por la mañana atendía a la gente Valeria Álvarez, la dependienta, una uruguaya que llevaba el número agraciado con 50.000 euros por décimo. "Lloro de alegría y satisfacción. Me encanta mi trabajo", explica. Compró el número porque el 6 (junio) es el mes en que nació ella; el 9 (septiembre) es el mes  y el año en que nació su hijo, y el 14 es el día en que nació su hijo: 6.914. "¡No llores!", le dice por teléfono a una agraciada. 

Elisabet y Alberto, una pareja de Badalona, que trabaja hace un año en la tienda de Orange de Diagonal Mar también tiene un décimo. "¡Para la familia!", exclama Elisabet. Los dependientes de la tienda Primark también estaban de enhorabuena. "Compramos dos boletos entre todos. Ahora nos toca repartir el premio entre 24 personas", comentaba Azul, una de las afortunadas. Hasta la administración de Diagonal Mar se ha acercado corriendo Miriam Flores. "Compré el décimo hace un par de días. Cuando he visto mi número no me lo podía creer", explicaba Flores.

Más de 20 millones, todo un dineral, pero muy bien repartido.