Cuando el sistema de protección de la infancia no protege y el sistema judicial no hace justicia

Informe abusos sexuales 0018

Informe abusos sexuales 0018 / pa

EMILIE RIVAS. SAVE THE CHILDREN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Chsss…Es un secreto entre tú y yo, no se lo cuentes a nadie… 

Una frase muy bonita y muy romántica, aunque suena siniestra cuando se contextualiza en una situación de abuso sexual entre un adulto y un niño. Y es que el mayor problema del abuso sexual infantil es el secreto y los tabúes que lo envuelven. Los que lo viven no lo pueden contar porque es un “secreto” y los que lo deberían detectar no lo ven, porque no lo quieren ver o porque no lo saben ver. 

Pero si el abuso sexual infantil no se mira de cara, se desencadenan una serie de errores muy dañinos para el niño o la niña que lo está sufriendo. El informe “Ojos que no quieren ver Para dar una atención integral a los menores que sufren abuso sexual, las administraciones tienen que saber ver, saber prevenir y saber cuidar; un saber-hacer muy cuestionable hoy en día.

ERROR Nº1: NO SABER VER

Primero de todo, tanto para limitar las probabilidades de ser abusados como para reducir el tiempo del abuso que de media dura unos 4 años, es esencial desarrollar programas de prevención que deberían formar parte de una asignatura en el currículo escolar y desde edades muy tempranas. Esta asignatura podría abarcar todo el prisma de la educación sexual y afectiva, además de dar información sobre las situaciones de riesgo y dar herramientas para salir de ellas. Pero además de los niños, es muy importante trabajar también sobre su entorno, tanto las familias como los profesores y los pediatras han de aprender a ver y reconocer los síntomas que puede presentar un niño abusado además de saber qué hacer al respecto. Hasta ahora, a pesar de ser la escuela un ámbito privilegiado para poder trabajar la prevención, no existe en Cataluña ninguna asignatura que incluya estos contenidos. En los países donde la prevención del abuso sexual forma parte de una asignatura o de un programa estable, la probabilidad del abuso sexual infantil se reduce a la mitad. Además, los niños que han pasado por programas de prevención lo comunican antes y por tanto los abusos se extienden menos en el tiempo.

ERROR Nº2: NO SABER CUIDAR

El diagnóstico y el tratamiento que luego reciben los niños víctimas de abuso sexual en Cataluña es también muy limitado. Sólo existen dos unidades de diagnóstico integral que no forman parte de la cartera de servicio de Catsalut y el programa de tratamiento público específico para estos casos está reservado a los niños del sistema de protección. De momento los niños que no son tutelados tienen que ir a los Centros de Salud Mental Infantil y Juvenil (CSMIJ), que están saturados y no pueden atenderlos como deberían. En estos momentos, hay una luz al final del túnel ya que en 2016 se creó la Comisión Interdepartamental para el Impulso de la Protección Efectiva en caso de Maltratos a Niños, Niñas y Adolescentes-CIIPEMIA que depende de la DGAIA, y que en estos momentos está elaborando el borrador de una futura unidad integral de atención a los niños y niñas víctimas de abuso sexual, prevista en la Ley de Infancia de 2010.

ERROR Nº3: NO SABER ESCUCHAR

Tal como está diseñado, el sistema judicial al que se tienen que enfrentar los niños víctimas de abuso sexual puede generar más daño que el propio abuso. Las trabas del sistema judicial, fundamentalmente enfocado a castigar al acusado y no a cuidar de la víctima, acaba siendo otro calvario para los niños. Estos tienen que repetir su historia más de 4 veces, a 4 unidades diferentes, luego tienen que esperar una media de 3 años antes del juicio, y finalmente, a pesar de haberse grabado la primera declaración como prueba preconstituida, años después tienen que ir al juicio para volver a declarar, muchas veces a puerta abierta.

Existe la recomendación legal de practicar la prueba preconstituida para que el niño declare una sola vez y que esta declaración sea grabada y utilizada como prueba, pero como no es una obligación legal depende del juez aceptarla o no. En Cataluña se recurrió a la prueba preconstituida en un 33% de los casos de abuso sexual infantil, mucho más que la media española que es del 14%, pero muy lejos de lo que debería ser para que los niños no tengan que pasar por este proceso tan traumático.

Además de ser un camino arduo, muchas veces el proceso judicial acaba sin condenar al acusado. En Cataluña el 73,7% de los casos de abuso sexual infantil se sobreseen, en general por falta de pruebas. Y es que es la palabra del abusador contra la de la víctima que, si no está bien tratada, ni bien preparada, puede retractarse o sencillamente no aportar las informaciones necesarias para comprobar la acusación.

Al tratarse de un delito castigado por el derecho penal, el abuso sexual infantil es tratado desde el enfoque de castigar al acusado y no desde el de cuidar de la víctima, lo que acaba siendo contraproducente dado que en 7 de cada 10 casos el agresor sale impune.

Muchos de los errores cometidos por las administraciones públicas en su atención a los niños y niñas víctimas de abuso sexual, tienen soluciones que se están aplicando en otros países. Desde los años 80 en los EEUU y desde los 90 en los países nórdicos existen las Casas de los niños, unos centros interdisciplinares dónde están todos los servicios que intervienen cuando surge un caso de abuso sexual infantil; policía, servicios sociales, fiscalía, juzgado y psicólogos. En estos centros los niños eciben una atención rápida, profesionalizada y coordinada, declaran una sola vez con un psicólogo forense especializado en abuso sexual infantil y la declaración es grabada para ser constituida como prueba y enseguida pueden empezar a recibir un tratamiento. Mejorándose la coordinación intersectorial, en estas casas no solo se mejora la atención y el tratamiento que reciben los niños, sino que también está comprobado que se mejora el proceso judicial ya que aumenta el número de condenas de manera significativa.

Mejorar el abordaje del abuso sexual infantil pasa por tener una visión integral de la infancia y no contraponer visiones antagónicas como la que existe ahora entre el sistema de protección que protege y el sistema judicial que castiga. Garantizar el interés superior del niño tiene que ser el objetivo de las de las administraciones públicas que tienen en las Casas de los Niños un magnífico ejemplo de cómo resolver muchos errores con un cambio de paradigma poniendo al niño en el centro.