contencioso en el maresme

Mataró decreta el cierre de una escuela granja inglesa por no tener licencia

El centro está en una zona agrícola y los promotores aseguran que la normativa vigente les permite llevar a cabo actividades educativas

Varios de los niños que acuden a la escuela rural inglesa Casa Nostra, en Mataró, esta mañana jugando en el interior del recinto.

Varios de los niños que acuden a la escuela rural inglesa Casa Nostra, en Mataró, esta mañana jugando en el interior del recinto. / periodico

JOAN SALICRÚ / MATARÓ

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La escuela rural inglesa Casa Nostra, ubicada en la finca Can Gual de la zona agrícola de las Cinc Sénies de Mataró, tendrá que cerrar sus instalaciones en los próximos días si nada cambia. La clausura del centro dejará en la calle a 23 alumnos que asisten regularmente a las clases desde septiembre pasado, cuando el colegio abrió sus puertas, e impedirá que 40 familias que habían inscrito a sus hijos para el próximo curso puedan empezarlo.

Así lo ha decretado el Ayuntamiento de la capital del Maresme después de la apertura de dos expedientes de disciplina urbanística al centro por no contar éste con licencia de actividad como escuela y por haber llevado a cabo varias obras de forma ilegal.

SIN LICENCIA MUNICIPAL

“Allí hay una actividad que actualmente no tiene licencia ni de escuela ni de granja escuela, y es responsabilidad nuestra y también nuestra obligación que todas las actividades tengan la correspondiente licencia. También para garantizar la seguridad de los padres que llevan sus hijos al centro”, ha afirmado Núria Calpe, concejala de Urbanismo de Mataró.

Uno de los elementos que más preocupación ha generado al ayuntamiento a la hora de tomar la drástica decisión es que, de los 23 alumnos escolarizados, hay varios en edad de escolarización obligatoria, ya que los niños tienen entre 3 y 12 años.  

La Conselleria d'Ensenyament, asegura no tener constancia de ello, pese a que cinco meses atrás dos inspectoras del departamento se personaron en el espacio a raíz de un aviso del concejal de Educación del Ayuntamiento de Mataró, Miquel Àngel Vadell, sin que se produjera con posterioridad ninguna denuncia.  

AMPARO DEL BRITISH COUNCIL

El centro tiene el respaldo del British Council, como es preceptivo para poder abrir una escuela inglesa fuera del Reino Unido, pero, como admite la propia promotora, Maria Bellmunt, no dispone de la licencia reglamentaria municipal. 

No obstante, Bellmunt asegura haber hecho todo lo que se le ha pedido desde el consistorio para legalizar la actividad y recuerda que el catálogo del Pla Especial de Masies –aprobado por la Generalitat- permite usos educativos en esta finca. Un extremo que reconocen fuentes municipales, aunque también recuerdan que los interesados no han cumplido con todo lo exigido y, en cambio, han llevado a cabo actividades ilegales como las mencionadas obras.

Bellmunt, en cambio, se ve víctima del afán del ayuntamiento para impedir que su innovador proyecto tire adelante: “No entendemos qué interés oculto hay para que no nos dejen llevar a cabo nuestro proyecto, que es distinto de todo lo que hay en Mataró. Tendremos que irnos a otro lugar. Además, tendré que despedir a las 13 personas contratadas para el Casal d’Estiu y las familias que venían y las que querían venir se quedarán en la calle". 

“Nosotros no queremos cerrar nada -replica la concejal de Urbanismo, Núria Calpe-. Queremos que tramiten la licencia que necesitar para legalizar su situación y hacer la actividad que puedan hacer”.

POSIBLE SOLUCIÓN A LA VISTA

Precisamente, este viernes la misma concejala de Urbanismo ha concretado una posible salida para la legalización definitiva del centro como escuela reglamentada: que se llevara a cabo un cambio de usos del edificio principal de la finca, pasando de usos residenciales a educativos. Esta petición, de hecho, se llevó a cabo precisamente dos días atrás por parte de los promotores del centro.    

“Dentro de la masía, de 275 metros cuadrados, sí pueden ejercer esta actividad educativa formal. Pero dentro de la casa y nada más. Fuera de ella no podrá hacerse ninguna de las actividades que se están realizando ahora mismo y habrá que derribar todo lo que se ha construido de forma ilegal. Ni se puede ampliar la masía, ni modificar el entorno ni hacerse nuevas construcciones”, ha recordado.     

De todos modos, Calpe avisa de que el proceso de legalización –que tiene que contar con el visto bueno del Departamento de Urbanismo de la Generalitat- puede ser largo y que difícilmente el centro estará legalizado el 12 de septiembre, cuando empieza el curso.  

Por su parte, Ensenyament explica que legalizará el espacio cuando el consistorio dé el permiso de ocupación del espacio a los promotores de la escuela. Y confirma que el centro ha hecho la petición correspondiente. En este sentido, explica que solo faltaría poder acreditar la ocupación del espacio -el permiso municipal- puesto que los otros dos requisitos, que son la autorización del país correspondiente (Reino Unido, a través del British Council) y cumplir con el currículum español, ya se han satisfecho.      

LOS PADRES, MOLESTOS CON EL AYUNTAMIENTO

Desiré Cabrera, residente en Teià y madre de una niña de cinco años que acude al centro, manifestaba este viernes su enojo ante la situación y especialmente contra las autoridades de Mataró: “Al final, las victimas de todo son los niños. ¿Alguien ha pensado en ellos? Hace dos años que esta escuela funciona y desde septiembre como escuela granja; si realmente la actividad es ilegal como ahora dicen, ¿Cómo es que no la han cerrado?”.

La concejalía de Educación se ha puesto en contacto con la ampa del centro para ofrecerles una salida de cara a la educación de sus hijos si, como parece bastante probable, en septiembre el curso no puede empezar con normalidad.

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