Gente corriente

Eduard Zafra: "Me dijo: 'Tú has nacido para hacer de The Edge'"

Corte de pelo y gorro llegaron a la vida de este músico y químico para revelar su alquimia con The Edge, guitarra de U2

«Me dijo: 'Tú has nacido para hacer de The Edge'»_MEDIA_1

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CARME ESCALES

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Escuchando vinilos, Eduard Zafra (Barcelona, 1969) sacó las primeras notas de una guitarra abandonada en un armario de su casa. Deep Purple y AC/DC sonaban en su mente todo el día, y a la edad de 16 años también en su guitarra. Su hermana mayor era fan de Queen, y la menor, de U2. Entonces él estaba lejos aún de su actual mimetismo con The Edge, el guitarra de la banda irlandesa liderada por Bono, a la que el grupo barcelonés Please emula (www.u2please.com). Zafra es The Edge en él. Su parecido físico con David Howell Evans acapara la mayoría de selfis de los seguidores del conjunto.

-¿U2 llegó a su vida gracias a su hermana? Sí, porque yo era mucho más roquero, pero cuando escuché el Sunday Bloody Sunday, me gustó, fue la canción que más me gustó, pero yo no soy mitómano, no fui fan de U2.

-¿Y cómo llegó a encarnar a The Edge? Yo tocaba, y toco, con Synchronicity Tributo a The Police, que nació hace 16 años. En el 2006 actuamos en La Palma, donde también tocaban el mismo día los Please, el tributo oficial a U2 en España (avalado por Universal Music Spain), y tocamos juntos. Cuando su cantante, Miki Fargas, me vio, me dijo: «Tú has nacido para hacer de The Edge».

-¿Nadie le había visto antes ese parecido? La culpa fue de un gorro que me compré para esquiar. Yo hasta los 30 y pico llevé el pelo largo, y cuando me lo corté ya hubo quien me lo dijo. Pero el gran detonante fue ponerme aquel gorro negro, el que llevaba la noche que actuamos en La Palma.

-¿Los Please lo ficharon aquel día? No. Dos años después su guitarra se marchó, y Miki me contactó. Me envió el repertorio de canciones y vídeos. Y al visionarlos me di cuenta de que sí me parecía.

-Ya metido en el personaje, ¿alguna reacción de los fans le ha impresionado? En todas las actuaciones vienen a pedir selfis. Hay fans de los U2 de verdad que los siguen allí donde van, que vienen a enseñarme el nombre de The Edge tatuado: «Te llevo aquí», dicen. Y uno de ellos, que tiene incluso unas gafas que le dio The Edge porque les sigue siempre al hotel, me dijo que mi padre, que estaba conmigo cuando me vino a saludar, también se parece bastante al padre de The Edge, al que también conoció. Y hace tres años, en Palencia, entre la multitud que esperaba un selfi con nosotros había una chica de 16 años fuera de sí. Cuando se me acercó, temblaba. Yo le hablaba en castellano, pero ni me oía.

-La puesta en escena y el sonido propician mucho esa mitomanía. Claro. Hay otro grupo de tributo a U2 en Italia, los Achtung Babies, que son verdaderos profesionales, para sacarse el sombrero, pero tal vez están más pendientes de clavar música y voces. Intentan sacar al máximo de igualdad posible cada tema. En cambio, nosotros nos concentramos en transmitir el mensaje musical de la banda, más que limitarnos a reproducir.

-¿Cómo intentan lograrlo? Por ejemplo, cuando tocamos Sunday Bloody Sunday, Miki hace un minuto de silencio, como Bono. Nos importan mucho el show visual, la actitud y las emociones. Detrás de cada álbum de U2 hay una historia artística, casi como una teatralización. Y, para mí, la clave de ello es el binomio de The Edge y Bono. El año pasado, cuando vinieron a Barcelona, el Hard Rock Café nos eligió para las after parties de los conciertos de la banda. La gente que salía del Palau Sant Jordi y pasaba frente al Hard Rock pensaba que los U2 se les habían adelantado.

-¿Dónde van a actuar próximamente? En Begues (9 de septiemre), en El Masnou (21 de octubre) y en Bikini, en Barcelona, en un concierto benéfico por el cáncer infantil (22 de noviembre).

-Compagina actuaciones y su labor de químico ¿Qué tiene de química la música? En mi trabajo busco el principio activo de los medicamentos, y la música activa emociones. La música, si no le pones corazón, es matemática pura. La magia surge cuando la humanizas. Cuando haces imperfecta esa matemática, creas arte.