El 'caso Benítez' allana el camino a las Taser

GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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Uno de los puntos del acuerdo que ha impedido el juicio contra los ocho mossos d’Esquadra del 'caso Benítez' es el compromiso de la Conselleria d'Interior de “revisar” los procedimientos de reducción policial de una persona alterada. Según fuentes policiales, el cuerpo ya lleva "tiempo" buscando alternativas para practicar contenciones más seguras y los jefes policiales creen que lo más oportuno es armarse con pistolas eléctricas.

En palabras de Albert Batlle, su director general, conviene "rellenar" el espacio que existe entre el uso de las porras y el de las armas de fuego. Su compra será un hecho en cuanto las avale el grupo de trabajo que estos días las analiza en el Parlament. El comisario jefe, Josep Lluís Trapero, durante su intervención en este grupo, ya defendió el uso de los dispositivos conductores de energía precisamente para reducir a personas “alteradas”. 

134 PISTOLAS

Interior quiere comprar las 134 pistolas eléctricas que había planeado. Dará una a cada jefe de guardia de cada comisaría. Cada pistola irá acompañada de una cámara que se colocará en el pecho del uniforme policial. Esta cámara funcionará con un sistema de almacenamiento ‘buffering’ que grabará constantemente. De este modo, cuando se presione el gatillo, la secuencia registrada incluirá los dos minutos anteriores al disparo. Un detalle que posibilitará visionar la secuencia entera que ha propiciado la descarga.

El inspector Josep Saumell explicó también en el Parlament que los policías cogieron 12 marcapasos de difuntos y los envolvieron con piel de cerdo para averiguar qué consecuencias ocasionaba en los aparatos una descarga. Constataron que "10 seguían funcionando" con normalidad, uno se detuvo “un rato” y el último se "estropeó". Saumell también aseguró que él sería partidario de que los propios agentes de los Mossos notaran en sus carnes la descarga de una Taser. En todo el mundo, lo habrán probado “600.000 policías”, estimó. “Y a nadie le ha ocurrido nada”, como se aprecia en los vídeos de Youtube.

Un disparo con una pistola eléctrica paraliza el cuerpo durante los segundos que dura la descarga. "El cuerpo no te responde y te desplomas”, ejemplifica Saumell. Esos instantes de paralisis permiten “arrestarlo” ahorrando la lucha “cuerpo a cuerpo”. Toni Castejón, secretario general del Sindicat de Mossos d’Esquadra (SME), avisa de que cualquier cambio que se incorpore en los protocolos de reducción no evitará la imagen de varios policías sobre el detenido. Por ello, coincidie con el resto de sindicatos en que lo más oportuno es optar por las pistolas eléctricas.

ARMA ARRIESGADA

Lejos del consenso que generan las Taser entre los policías, la coordinadora de Amnistía Internacional en Catalunya, Adriana Ribas, mantiene que las pistolas “de electroshock” solo deberían utilizarse cuando sean una “alternativa” al uso de armas de fuego porque suponen "un riesgo para la salud”. A lo largo del 2015, en Estados Unidos fallecieron “43 personas” por su uso, asegura. Además, se trata de una herramienta que podría utilizarse en exceso y en casos no pertinentes, dado que no deja ninguna marca en el cuerpo de la víctima. Amnistía Internacional, además de acotar mucho los casos en los que las pistolas eléctricas resultarían oportunas, pide el compromiso de la Conselleria d'Interior de aclarar anualmente cuántas veces se han utilizado y de dejar en manos de un mecanismo independiente la responsabilidad de comprobar si la policía ha actuado adecuadamente en todas ellas. 

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