Poco margen para el cereal de secano

Los regantes de la provincia de Lleida están preocupados. Lo están por la falta de lluvias acumulada durante los tres últimos meses, pero también por el riesgo de que la sequía se prolongue hasta la primavera, que es cuando más agua necesitan.

La escasez afecta a día de hoy a las zonas de secano, principalmente al cereal de invierno. “Desde el 2 de noviembre, solo ha llovido en cuatro ocasiones contadas”, recuerda el presidente de la Junta de Sequiatge, Joan Antoni Boldú, quien asegura que la situación no se puede mantener así mucho tiempo más.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"La niebla, la\u00a0gran aliada","text":"Las nieblas afincadas en la provincia de Lleida durante el pasado mes de diciembre han sido un soplo de aire fresco para los regantes. Los payeses calculan que han estado presente una veintena de d\u00edas,\u00a0cosa que agradecen. \u201cSi tenemos niebla, los terrenos aguantan la humedad y es como si tuvi\u00e9ramos agua\u201d, explica el presidente de la Comunidad de Regantes del Canal Segarra-Garrigues, Josep Maria Jov\u00e9. \u201cSi bien es cierto que no soluciona el problema, al menos no\u00a0empeora la situaci\u00f3n\u201d, apunta. \u201cEn algunos casos, la niebla ha llegado a salvar las cosechas\u201d, concluye."}}

“Si no llueve en los próximos 10 o 15 días, podríamos perder parte de la campaña del cereal de invierno”, añade Josep Maria Jové, presidente de la Comunidad de Regantes del Canal Segarra-Garrigues. “Todavía tenemos unos días de margen”, apunta, aunque se muestra alarmado por la posibilidad de que esta escasez persista en los próximos meses y afecte a los árboles frutales.

El frío y las nieblas de los últimos días han dado una tregua a los payeses, aunque no ha sido suficiente. Algunos sistemas de riego han visto la necesidad de aumentar la demanda de agua como consecuencia de la sequía de los días previos a iniciarse las bajas temperaturas. Son factores que no ayudan al buen funcionamiento de la producción, ya que un adelanto en la floración después de pocas horas de frío puede producir problemas de calidad en las fincas, tanto de la misma floración como del cuajado de sus frutos.

COMPLICACIONES

A partir de marzo, coincidiendo con un aumento en la demanda de agua, es cuando podrían comenzar realmente los problemas. “Cuando tengamos que plantar el maíz necesitamos regar a manta, lo que se conoce como sistema de inundación", apunta Boldú. Es cierto que los pantanos tienen reservas, pero si la situación no mejora y el riego comienza antes de lo previsto, serán necesarias quizá más provisiones, “y tendremos un grave problema”. En Lleida, las comarcas más afectadas por la falta de precipitaciones son ahora la Segarra y la Noguera, que es justamente donde se concentran los cultivos de secano.

En cualquier caso, no todos ven la situación tan preocupante como Boldú y Jové. En el caso de la Comunidad de Regantes del Canal de Urgell, su presidente, Ramon Carné, cree que el descenso de las temperaturas de los últimos días ha permitido tranquilizar un poco la situación. “Con el frío, los árboles no trabajan, por lo que no necesitan agua. Eso nos permite tener un poco más de margen”, explica.

En su opinión, los agricultores que sembraron el cereal antes de llover, es decir, en el mes de octubre, han resultado ser los más afortunados. Por el contrario, los que lo hicieron más tarde, a finales de diciembre o principios de enero, son los que se han visto más afectados. No obstante, el Canal de Urgell ofrece soluciones a aquellas personas que realmente necesitan regar. Los payeses, por ejemplo, tienen la posibilidad de coger agua de su cauce una vez por semana y llenar así sus depósitos. De esta forma, los regantes intentan salvar la temporada de invierno, mientras siguen esperando que lleguen las tan deseadas lluvias que les permitan continuar sin problemas su cosecha en primavera.