La cuenca del río Sió recogió un tercio de la lluvia media anual

Los registros en algunos observatorios fueron los más altos de la última década -- El 15% del territorio catalán se encuentra en zonas con riesgo de inundación

Unos bomberos, ante la residencia geriátrica de Agramunt.

Unos bomberos, ante la residencia geriátrica de Agramunt.

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En el río Sió, un pequeño afluente del Segre, no hay ninguna estación de aforo que permita calcular su caudal, pero los datos procedentes de estaciones meteorológicas próximas muestran que en toda la cuenca alta, desde el nacimiento en una fuente de Gàver, en la vecina comarca de la Segarra, se recogieron posiblemente más de 100 litros por metro cuadrado, buena parte concentrados en un intenso chaparrón que aconteció entre las 20.00 y las 22.00 horas. Ya había llovido por la tarde.

Demasiado, en definitiva, para que los terrenos de secano sin bosques que deberían retener el agua y luego el estrecho cauce del río a su paso por Agramunt, por donde normalmente no fluyen ni dos palmos de agua, pudieran absorberlo todo. A gran velocidad, el agua del Sió salvó 300 metros de desnivel en pocos kilómetros y a partir de medianoche empezó a desbordarse. También se salieron de madre otros pequeños cursos cercanos, como el Llobregós y el Ondara.

Datos de estaciones

La situación quizá no fuera excepcional, desconocida para los vecinos de Agramunt, pero sí poco habitual. De media, el lunes llovió en diversos municipios próximos al Sió una tercera parte de lo que habitualmente se registra en un año, según datos facilitados por el Servei Meteorològic de Catalunya (SMC-Meteocat).

En el cercano observatorio de Pujalt (Anoia), por ejemplo, se recogieron 146 litros por metro cuadrado, lo que supone el récord desde la inauguración del pluviómetro hace 12 años, además de duplicar la anterior marca diaria de 76 litros, del 9 de octubre del 2010. No muy lejos, en la estación automática de La Panadella, con siete años de historia, se acumularon 136 litros, también superando el anterior récord de noviuembre del 2014 (78,4 litros). Y en Cervera, con una serie bastante más larga, es necesario retroceder a mayo de 1970 para encontrar un registro superior: 82 litros entonces frente a 70 del pasado lunes.

En la zona se tiene constancia en fechas recientes de al menos otras dos grandes 'rovinades', como allí son conocidas las crecidas inesperadas de los ríos: en 1989 -entonces el Ondara alcanzó un nivel de tres metros a su paso por Tàrrega- y en el 2008. Ayer no solo se inundó la residencia geriátrica, sino algunos bajos y párkings cercanos. La subida llegó al paseo principal.

Tonet, vecino de Agramunt desde hace 60 años, explicó que «hace más de dos décadas también se desbordó el Sió, pero nada comparable con lo de ayer. Entonces entró un palmo de agua en las casas», informa Laura Biela. Los vecinos retiraban ayer el fango y el agua de su interior, pero todavía les quedan largas horas de trabajo para conseguir recuperar la imagen que anterior al lunes.

¿Dormir en subterráneos?

Con perspectiva, Joan Manuel Vilaplana, profesor de la Universitat de Barcelona (UB) y especialista en riesgo de inundaciones, explica que siempre ha habido pueblos al lado de los ríos, pero «quizá antes no se construían subterráneos y mucho menos se dormía en ellos». El profesor recuerda que en Francia no está permitido que haya dormitorios en las zonas bajas de los edificios situados en áreas inundables.

Vilaplana y otros investigadores, por encargo de la Generalitat, elaboraron en el 2008 la cartografía de zonas inundables de Catalunya y estimaron que el 15% del territorio urbano, muy especialmente en la costa, se encontraba en áreas de riesgo. «Lo están, por ejemplo, gran parte de los centros históricos de Lleida y Girona. No digo que haya que quitarlos, que haya que cambiarlo todo, pero hay que activar medidas de prevención», concluye.